En los primeros meses en que la pandemia nos llevaba a guardarnos en nuestras casas, el gobierno federal salió a calmar a los ciudadanos: no subirían los precios del maíz ni de la harina de maíz, ni se vería afectada la producción de ambos. Esto parecería una obviedad dado que nuestro país ocupa la octava posición a nivel mundial con 25.3 millones de toneladas producidas en el periodo 2019 a 2020. De éstas, casi el 93% (unas 23.5 millones de toneladas) corresponden a la variedad de maíz blanco que, mayoritariamente, se queda en México para consumo local.
Nada haría suponer que tanto la producción de maíz blanco, como su procesamiento en forma de harina y sus productos derivados fueran a experimentar un crecimiento considerable en plena crisis sanitaria global. Sin embargo, eso es lo que indican los resultados compartidos por el Centro de Información de Mercados Agroalimentarios (CIMA), y los reportes de resultados de los tres principales actores de la industria de la harina de maíz y derivados, los grupos Gruma, Minsa y Bimbo. Pero, ¿a qué se debe este “milagro”?
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El imperio harinero de Gruma
Gruma es la principal productora de harina de maíz de México. No sólo la comercializa empacada bajo la marca Maseca, también como materia prima para miles de tortillerías en México (incluyendo las de los supermercados). Fundada en 1949 en Nuevo León por Roberto González Gutiérrez y su hijo Roberto González Barrera, desde entonces se ha posicionado como líder en la industria de la harina nixtamalizada en México, Centroamérica y Estados Unidos (donde se calcula un market share de 51%).
Gruma también es propietaria de una de las marcas de tortillas y derivados de la harina de maíz más reconocidas en el norte de México y en Estados Unidos: Mission. Si bien esta marca nacida en Los Ángeles, California, fue adquirida por el grupo en 1977, no fue sino hasta 1994, que se lanzó en el mercado mexicano. Actualmente, Mission tiene presencia en Centroamérica, Europa y Asia, con una participación creciente en estos dos últimos mercados.
Bajo el liderazgo de Juan Antonio González Moreno, director general y presidente del consejo, Grupo Gruma reportó resultados de operación inéditos durante el segundo trimestre de este tumultuoso 2020. Según una fuente de la compañía entrevistada para este artículo, los resultados fueron impulsados principalmente por sus operaciones fuera de México y en especial en Estados Unidos, donde se registró un crecimiento de 5% en las ventas de harina Maseca y un 6% de los productos de la marca Mission. El resultado en ventas netas en ese país fue de 14,536 millones de pesos (mdp), un 14% más que durante el mismo periodo del año pasado.
¿Causas del éxito? La diversificación de marcas, productos y mercados han ayudado a transitar la pandemia con márgenes positivos. Más aún, el factor “quédate en casa” ha sido fundamental en el caso del consumo en México y Centroamérica. En esta región, los productos basados en el maíz forman parte de la dieta habitual, mientras que la búsqueda de productos saludables y “gluten free” está resultando más que favorable en los mercados estadounidense y europeo.
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Minsa, segunda en la producción de harina de maíz
La segunda empresa productora de harina de maíz nixtamalizada de México, liderada por José E. Cacho Ribeiro, también reportó este año un crecimiento de 3.3% en el volumen de ventas comparado con el mismo periodo de 2019. Ellos lo atribuyen a la “consolidación de la fuerza de ventas”. Este resultado, además, respondería a la inversión realizada por la empresa en México durante los últimos dos años, después de que en 2018 decidiera vender su subsidiaria en Estados Unidos, Minsa Corporation, a la compañía Bunge Milling.
Minsa comparte con Gruma el 90% del market share de producción y venta de harina de maíz en México. Su apuesta consiste en crecer a nivel nacional, en lugar de diversificar su oferta de productos (ahora sólo harina de maíz nixtamalizado). Parte de las ganancias obtenidas por la venta de Minsa Corporation han sido invertidas también en la modernización de sus seis plantas distribuidas a lo largo del país.
Su carácter nacionalista refiere a su origen, en 1993 y como parte de la ola privatizadora de los años noventa impulsada por el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, Grupo Minsa adquirió algunos pasivos y activos de la paraestatal Maíz Industrializado Conasupo SA de CV (Miconsa).
Bimbo, el líder de las tortillas empacadas
Aunque de origen panadero y con espíritu distribuidor, en 1990 Bimbo ingresó al mercado de las tortillas y tostadas de maíz con su marca Milpa Real. La empresa de la familia Servitje ya había lanzado una década antes la marca de tortillas de trigo Tortillinas Tía Rosa. El éxito vino en buena parte gracias al expertise en la creación de cadenas de distribución de su actual presidente, Daniel Servitje. Aunque se ha diversificado en distintos tipos de tortillas de maíz, en nuestro país lideran en el canal de retail en el segmento de tortilla tostada, aunque sólo se comercializa en México.
La marca con la que buscan desde 2010 penetrar en los mercados estadounidense, canadiense y latinoamericano es Sanissimo, que se posiciona en el segmento de productos de maíz saludables o bajos en calorías.
Bimbo es una de las empresas más grandes de la industria alimentaria a nivel global con un crecimiento sostenido tanto en ventas como en adquisición de subsidiarias. Esta estrategia le ha permitido crecer en el segundo cuatrimestre de este año un 7% por sus ventas de productos derivados del trigo y el maíz, si bien esto no implica un incremento sustancial en cuanto a los derivados del maíz. En lo que va del segundo cuatrimestre del año, Grupo Bimbo en su conjunto ha obtenido ganancias por 311.1 billones de pesos: una quinta parte más que en el mismo periodo del año pasado. Un 20.8% de ese incremento proviene de México, mientras que 11.7% lo ha generado las ventas en Estados Unidos.
Harina de maíz y un mercado desesperado por lo sano
La pandemia causada por el coronavirus ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de gran parte de la población mundial con enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad como diabetes e hipertensión. Para una gran cantidad de humanos cada día más preocupados por el origen de sus alimentos y estilos de vida más saludables, el maíz se está posicionando entre los más consumidos.
La empresa de investigación de mercados Transparency, explica que el incremento sostenido en la producción y exportación de maíz, así como de su harina y derivados, se debe a la búsqueda de alternativas a los productos libres de gluten (el nuevo “enemigo” de las dietas); pero también a las ventajas que ofrece como sabor, textura y color. Esas son las razones por las que cada día es más empleado en la producción industrial de alimentos y en la industria restaurantera.
Transparency estima que el valor de mercado del maíz y sus derivados en la industria alimenticia podrían alcanzar 1.1 billones de dólares para 2029, por lo que, con o sin pandemia, este mercado seguirá creciendo.
