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El Millonario Negocio Que Viene: Alimentos Funcionales

TENDENCIA

El millonario negocio que viene: alimentos funcionales

Los alimentos funcionales revolucionarán el mercado de los procesados pero muchos consumidores no saben qué son. Todavía hace falta definir qué alimentos y bebidas pueden anunciarse como tales y obviamente un marco regulatorio que ya se tardó.

“Alimento funcional es un concepto que tiene variables en su definición. Todavía no se tiene un acuerdo internacional totalmente convincente para todo el gremio”, inicia la conversación el doctor Aarón González Córdova, coordinador de la Red Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico en Alimentos funcionales y Nutracéuticos (Red Alfanutra).

Sin embargo, el profesor investigador titular C del Sistema Nacional de Investigadores nos comparte la definición más aceptada entre los expertos en el tema: se trata de alimentos que, más allá de su valor nutricional básico, contienen ingredientes bioactivos que pueden contribuir al bienestar de las personas.

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“Alimento funcional es un concepto que tiene variables en su definición. Todavía no se tiene un acuerdo internacional totalmente convincente para todo el gremio”, inicia la conversación el doctor Aarón González Córdova, coordinador de la Red Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico en Alimentos funcionales y Nutracéuticos (Red Alfanutra).
Sin embargo, el profesor investigador titular C del Sistema Nacional de Investigadores nos comparte la definición más aceptada entre los expertos en el tema: se trata de alimentos que, más allá de su valor nutricional básico, contienen ingredientes bioactivos que pueden contribuir al bienestar de las personas.¿Qué son y cómo ayudan a nuestra salud los alimentos funcionales?
Si se expone esta definición de alimentos funcionales, llegaremos al punto en que existen productos naturales que son funcionales como los nopales y su alto contenido de fibra; así nos iríamos con el brócoli, amaranto, manzana, betabel, pescado, avena…“La granada es un alimento rico en compuestos antioxidantes. Ahí están, la naturaleza nos los brinda”, comienza la explicación el doctor González. Por otro lado, tenemos otro alimento natural, el yogurt, también con compuestos que son benéficos para la salud. El investigador complementa: “Tomo los antioxidantes de la granada y se los adiciono a un yogur. Ahí estamos hablando de un alimento al que se le ha agregado un componente”.Los alimentos funcionales, como se mencionó al principio, son aquellos que contienen componentes bioactivos. Pueden ser fibra, proteínas, ácidos grasos, vitaminas, minerales, los mencionados antioxidantes, probióticos, prebióticos, simbióticos…Por medio de procesos de reformulación, estos ingredientes funcionales pueden ser eliminados (a las leches infantiles se les quitan proteínas que causan alergia, pero se preservan otras moléculas bioactivas benéficas), sustituidos (a la leche descremada se le quita la grasa, pero se le puede agregar ácido fólico o vitaminas) o aumentados en su concentración (como los alimentos enriquecidos con Omega 3).Otra de las reglas o máximas para poder llamar funcional a un alimento reformulado es que debe ser precisamente eso: un alimento. Si se presenta en forma de cápsula o polvo no puede ser catalogado como tal. Los suplementos alimenticios no son alimentos funcionales, por ejemplo.El gran reto de ostentar el nombre: alimento y/o bebida funcional
Para ganar más espacio en los supermercados y en las listas de compras, los alimentos funcionales tendrán que superar algunos obstáculos, entre ellos los regulatorios.“Un alimento que se ostente como funcional, con un beneficio para el consumidor, debe tener las pruebas científicas que lo avalen. Porque si no, esto se convierte en publicidad barata”, advierte el doctor Aarón González. El soporte con pruebas de laboratorio, señala con insistencia el investigador, será una clave “muy importante” para el desarrollo de esta industria.Cada vez más productos ostentarán que tienen beneficios para la salud, pero ¿con base en qué o según quién? Las instituciones que vigilan los derechos del consumidor y aquellas que los protegen de riesgos sanitarios no tardarán en voltear a ver a los alimentos funcionales. Las autoridades tendrán mucho trabajo al respecto.“Cada vez estamos más cerca de que eso suceda. El mercado tendrá que regularse. Nos tenemos que ir preparando”, confirma el coordinador de la Red Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico en Alimentos funcionales y Nutracéuticos.La pandemia vino a acelerar una tendencia que ya se manifestaba desde hace años. “Hoy tenemos un consumidor más informado, educado y consciente de la importancia de lo que come. No sólo come para nutrirse y que le sepa bueno. Ahora, busca que el alimento tenga efectos benéficos adicionales”, explica el coordinador de la Red Alfanutra. Los fabricantes y desarrolladores de alimentos han tomado nota de ello.Qué piden (y pedirán) los consumidores a este mercado millonario
El mercado mundial de alimentos y bebidas funcionales rebasará los 218 mil millones de dólares en 2026, ello de acuerdo con un estudio de la investigadora de mercados Global Industry Analysts.De acuerdo con Mintel Global New Products Database, en los últimos 5 años, 7% de todos los lanzamientos de alimentos y bebidas hechos en Latinoamérica contienen leyendas publicitarias que los manifiestan como funcionales.Ana Paula Gilsogamo, analista senior de Alimentos y Bebidas LATAM de Mintel confirma la tendencia: “Como los consumidores están cada vez más interesados en productos que los ayuden a mejorar su desempeño en los más variados aspectos de sus vidas y rutinas, la expectativa es que la presencia de alimentos y bebidas funcionales no solo crezca, sino que se diversifique más en los próximos años”.Bebidas calientes (11.5%), productos lácteos (10.9%) y snacks (8.4%) son las tres categorías de producto con un mayor porcentaje de lanzamientos funcionales en nuestra región, en los últimos cinco años, informa Mintel. ¿Qué les gusta resaltar a los alimentos y bebidas funcionales? 35% destacan que brindan energía, 23% que cuentan con antioxidantes, 15% que aportan beneficios digestivos, 12% publicitan un funcional cardiovascular y cerca del 10% resaltan su aporte al sistema inmunológico.“Los productos funcionales enfocados en la salud cognitiva, del cerebro y sistema nervioso, también relacionados con la relajación y buen sueño, serán tendencias para los próximos años debido a la gran importancia que ha ganado la salud mental y emocional”, agrega Ana Paula Gilsogamo.Incluso por nacionalidades hay intereses específicos. De acuerdo con datos proporcionados por la investigadora de mercados Mintel, 55% de los consumidores peruanos y mexicanos tienen como prioridad en su dieta el fortalecimiento de su sistema inmunológico. 48% de los consumidores colombianos, mexicanos y peruanos tienen interés en alimentos y bebidas que los ayuden a concentrarse.Mientras los chilenos mencionan más, con 42%, la mejora de su estado de ánimo como una prioridad en su dieta; los mexicanos demuestran un mayor interés por opciones de alimentos y bebidas que fomenten la salud digestiva/intestinal, con un 52%.Los alimentos funcionales llegaron para quedarse e incluso irán más allá gracias al impulso que le darán los consumidores, cada vez más conscientes de lo que comen y beben: “Vienen a revolucionar el mercado de alimentos procesados. Definitivamente”, remata el doctor Aarón González.
El millonario negocio que viene: alimentos funcionales
 

¿Qué son y cómo ayudan a nuestra salud los alimentos funcionales?

Si se expone esta definición de alimentos funcionales, llegaremos al punto en que existen productos naturales que son funcionales como los nopales y su alto contenido de fibra; así nos iríamos con el brócoli, amaranto, manzana, betabel, pescado, avena…

“La granada es un alimento rico en compuestos antioxidantes. Ahí están, la naturaleza nos los brinda”, comienza la explicación el doctor González. Por otro lado, tenemos otro alimento natural, el yogurt, también con compuestos que son benéficos para la salud. El investigador complementa: “Tomo los antioxidantes de la granada y se los adiciono a un yogur. Ahí estamos hablando de un alimento al que se le ha agregado un componente”.

Los alimentos funcionales, como se mencionó al principio, son aquellos que contienen componentes bioactivos. Pueden ser fibra, proteínas, ácidos grasos, vitaminas, minerales, los mencionados antioxidantes, probióticos, prebióticos, simbióticos…

Por medio de procesos de reformulación, estos ingredientes funcionales pueden ser eliminados (a las leches infantiles se les quitan proteínas que causan alergia, pero se preservan otras moléculas bioactivas benéficas), sustituidos (a la leche descremada se le quita la grasa, pero se le puede agregar ácido fólico o vitaminas) o aumentados en su concentración (como los alimentos enriquecidos con Omega 3).

Otra de las reglas o máximas para poder llamar funcional a un alimento reformulado es que debe ser precisamente eso: un alimento. Si se presenta en forma de cápsula o polvo no puede ser catalogado como tal. Los suplementos alimenticios no son alimentos funcionales, por ejemplo.

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El millonario negocio que viene: alimentos funcionales
 

El gran reto de ostentar el nombre: alimento y/o bebida funcional

Para ganar más espacio en los supermercados y en las listas de compras, los alimentos funcionales tendrán que superar algunos obstáculos, entre ellos los regulatorios.

“Un alimento que se ostente como funcional, con un beneficio para el consumidor, debe tener las pruebas científicas que lo avalen. Porque si no, esto se convierte en publicidad barata”, advierte el doctor Aarón González. El soporte con pruebas de laboratorio, señala con insistencia el investigador, será una clave “muy importante” para el desarrollo de esta industria.

Cada vez más productos ostentarán que tienen beneficios para la salud, pero ¿con base en qué o según quién? Las instituciones que vigilan los derechos del consumidor y aquellas que los protegen de riesgos sanitarios no tardarán en voltear a ver a los alimentos funcionales. Las autoridades tendrán mucho trabajo al respecto.

“Cada vez estamos más cerca de que eso suceda. El mercado tendrá que regularse. Nos tenemos que ir preparando”, confirma el coordinador de la Red Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico en Alimentos funcionales y Nutracéuticos.

La pandemia vino a acelerar una tendencia que ya se manifestaba desde hace años. “Hoy tenemos un consumidor más informado, educado y consciente de la importancia de lo que come. No sólo come para nutrirse y que le sepa bueno. Ahora, busca que el alimento tenga efectos benéficos adicionales”, explica el coordinador de la Red Alfanutra. Los fabricantes y desarrolladores de alimentos han tomado nota de ello.

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El millonario negocio que viene: alimentos funcionales
 

Qué piden (y pedirán) los consumidores a este mercado millonario

El mercado mundial de alimentos y bebidas funcionales rebasará los 218 mil millones de dólares en 2026, ello de acuerdo con un estudio de la investigadora de mercados Global Industry Analysts.

De acuerdo con Mintel Global New Products Database, en los últimos 5 años, 7% de todos los lanzamientos de alimentos y bebidas hechos en Latinoamérica contienen leyendas publicitarias que los manifiestan como funcionales.

Ana Paula Gilsogamo, analista senior de Alimentos y Bebidas LATAM de Mintel confirma la tendencia: “Como los consumidores están cada vez más interesados en productos que los ayuden a mejorar su desempeño en los más variados aspectos de sus vidas y rutinas, la expectativa es que la presencia de alimentos y bebidas funcionales no solo crezca, sino que se diversifique más en los próximos años”.

Bebidas calientes (11.5%), productos lácteos (10.9%) y snacks (8.4%) son las tres categorías de producto con un mayor porcentaje de lanzamientos funcionales en nuestra región, en los últimos cinco años, informa Mintel. ¿Qué les gusta resaltar a los alimentos y bebidas funcionales? 35% destacan que brindan energía, 23% que cuentan con antioxidantes, 15% que aportan beneficios digestivos, 12% publicitan un funcional cardiovascular y cerca del 10% resaltan su aporte al sistema inmunológico.

“Los productos funcionales enfocados en la salud cognitiva, del cerebro y sistema nervioso, también relacionados con la relajación y buen sueño, serán tendencias para los próximos años debido a la gran importancia que ha ganado la salud mental y emocional”, agrega Ana Paula Gilsogamo.

Incluso por nacionalidades hay intereses específicos. De acuerdo con datos proporcionados por la investigadora de mercados Mintel, 55% de los consumidores peruanos y mexicanos tienen como prioridad en su dieta el fortalecimiento de su sistema inmunológico. 48% de los consumidores colombianos, mexicanos y peruanos tienen interés en alimentos y bebidas que los ayuden a concentrarse.

Mientras los chilenos mencionan más, con 42%, la mejora de su estado de ánimo como una prioridad en su dieta; los mexicanos demuestran un mayor interés por opciones de alimentos y bebidas que fomenten la salud digestiva/intestinal, con un 52%.

Los alimentos funcionales llegaron para quedarse e incluso irán más allá gracias al impulso que le darán los consumidores, cada vez más conscientes de lo que comen y beben: “Vienen a revolucionar el mercado de alimentos procesados. Definitivamente”, remata el doctor Aarón González.

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