El reloj no se detiene. Cada vez falta menos para el 1 de octubre, fecha en la que los empaques de alimentos y bebidas deberán incluir información adicional a la que ya tienen: los negros octágonos del etiquetado.
Los octágonos negros alertan sobre el exceso de grasa, sodio, azúcares, calorías y grasas trans. Incluyen también las leyendas precautorias: “Contiene cafeína, evitar en niños” y “Contiene edulcorantes, no recomendable en niños”. En menos de tres meses deberán exhibirse en la parte frontal de los empaques de alimentos y bebidas que se comercializan en el país.
Cumplir con las modificaciones a la nueva Norma Oficial Mexicana NOM-051 para alimentos y bebidas no alcohólicas, se traduce en una inversión de miles de pesos para las medianas, pequeñas y micro empresas del país. Pero el tema se complica. Por un lado, diferentes representantes de la industria de alimentos y bebidas han alertado sobre el impacto económico para cumplir en plena pandemia por la cantidad de inventario que tienen. Por el otro, varias empresas, entre ellas las imprentas, aún no restablecen sus operaciones de manera regular.
Ante ese escenario, las autoridades no han dado dado señales de prórroga y menos de modificaciones. Eso quedó demostrado con el resolutivo del Décimo Octavo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa que rechazó suspender el plazo que tienen las empresas de alimentos y bebidas del país para cumplir con la nueva Norma Oficial Mexicana. Es decir, las empresas siguen obligadas a utilizar el etiquetado frontal de advertencia de información nutrimental complementaria.
Fue Hershey’s de México la empresa que solicitó la suspensión provisional al señalar que fue “inoportuna” la publicación del decreto en plena emergencia sanitaria, pero la juez Blanca Lobo Domínguez, titular del juzgado Décimo Segundo de Distrito de Amparo en Materia Administrativa rechazó la medida cautelar, a lo que Hershey’s interpuso un recurso de queja, que después fue desestimada por el Décimo Octavo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa que confirmó la decisión de la juez.
Hay que recordar que el pasado 27 de marzo pasado, se publicaron las modificaciones a la Norma Oficial Mexicana y sus especificaciones generales en el Diario Oficial de la Federación, ahí se informa que el nuevo etiquetado frontal en alimentos y bebidas debe cumplirse en tres etapas, la primera arranca el 1 de octubre de 2020, la tercera y última se completa el 1 de octubre de 2025.
“El impacto será distinto de acuerdo a la dimensión de la empresa. Mientras que los principales actores del sector tienen un área específica para ello, las empresas pequeñas, a veces, hasta carecen de las formulaciones de cada uno de sus productos”, explica la doctora Itzel García, directora de Glin Asesores Consulting, consultora que guía a las empresas para cumplir con las nuevas disposiciones del etiquetado frontal.
García cuenta que mientras trabajó en su proyecto de tesis doctoral sobre los procesos para transformar la sábila en polvo, se percató que varios colegas necesitaban análisis de laboratorio para sus alimentos y acompañamiento para cumplir con las disposiciones de la autoridad sanitaria. Ello la llevó a fundar su firma de consultoría. Algo parecido le sucedió a Mariana Curiel, ingeniera en alimentos que fundó desde hace tres años la Asociación Mexicana de Etiquetado, Etiquetado Nutrimental, Capacitación y Emprendimiento, especialista en normas oficiales y su aplicación desde hace 14 años, hoy asesora a empresas nacionales y extranjeras para cumplir con la reglamentación correspondiente. Ambas ofrecen consejos para quienes aún no tengan una ruta clara sobre cómo cumplir.
1 ¿Por dónde empezar? Por los análisis nutrimentales
“Quienes no están preparados y no tienen los análisis químicos de sus alimentos primero los deben hacer para saber si son acreedores o no a algún sello”, recomienda Itzel García. Los cálculos deben hacerse en porciones de 100 gramos para los sólidos y 100 mililitros para los líquidos. Con base en ello se determinará si el producto es acreedor a uno o más sellos. Lo que se mide es la información nutrimental complementaria. “No es momento para mandar a imprimir etiquetas, si la empresa es pequeña basta con que cumpla con octágonos y leyendas de advertencia para la fase 1. Ya con calma, conforme se vayan acabando sus inventarios, pueden ir trabajando a la par la nueva etiqueta”, agrega Mariana Curiel.
2 ¿Cuánto cuestan estos análisis?
El precio varía dependiendo de la cantidad de productos que maneje una marca, por lo regular los análisis y cálculos nutrimentales para saber si llevarán sellos o no, se cobran entre 7 y 10 mil 500 pesos por producto en ambas consultoras. Si el cliente sólo necesita las etiquetas también se trabaja en el diseño que debe ir de acuerdo con la superficie de cada empaque y el precio es menor. Hay empresas que tienen hasta cinco presentaciones por producto y manejan hasta 50 productos en total, por ello, ambas consultoras ofrecen facilidades de pago.
3 ¿Debo pensar en la reformulación?
La importancia de tener los cálculos nutrimentales adecuados ya es una ventaja porque si el cliente quiere reducir la cantidad de sellos de su producto ya sabe qué es lo que hay que cambiar. “La mejor respuesta está en conocer a tu consumidor. Todo depende del tipo de producto y de su perfil sensorial. Si lo cambiamos y no tiene sellos, pero el público no lo quiere, no tiene sentido”, advierte Mariana Curiel, quien señala que en la asociación a su cargo se ofrece el proceso de reformulación completa. No hay que perder de vista que la reformulación tiene que cumplir con todas las expectativas, la primera es la disminución de sellos, pero también debe conservar su sabor y características propias. La verdadera magia está en buscar ingredientes más naturales, como lo explica la doctora García: “Los ultraprocesados tienen todas las de perder, lo que se busca son etiquetas más limpias y conseguir una buena vida de anaquel”. Ambas empresas ofrecen el desarrollo completo de nuevas fórmulas que garanticen la disminución de sellos. Incluso con la reformulación final se entrega un listado de los proveedores de las materias primas que se usaron para conseguir los resultados finales. El paquete de reformulación cuesta entre 10 y 50 mil pesos dependiendo del producto y de la consultora elegida, también se ofrecen facilidades de pago.
4 ¿A qué productos les pega más?
Las industrias de galletas, botanas y dulces son las más afectadas porque tienen grasas saturadas, grasas trans, calorías y azúcares; las opciones saladas tienen incluso, altos contenidos de sodio. “Los dulces para niños están muy golpeados: paletas, caramelos suaves, en promedio tienen tres sellos y usaban muchos personajes y caricaturas en sus empaques, así que también ya están previendo eso. La repercusión para ellos es muy complicada porque algunos hasta se comercializan en un juguete que es el envase del producto como una canasta o una espada”, comenta la doctora García, en relación a las disposiciones comerciales sobre el uso de personajes en las modificaciones a la NOM-O51, y que entrarán en vigor con las fases 2 y 3 de la norma. Mariana Curiel afirma que en el caso de las bebidas tanto refrescos como néctares de fruta son los más afectados, además de todos los sólidos con cadena de trigo y maíz, como galletas, panes y botanas.
5 ¿Qué productos la libran?
Hay industrias que no se ven tan afectadas porque manejan productos más saludables como las salsas, que con cambios no tan complicados reducen el exceso de sodio. Lo mismo pasa con las verduras empacadas que con cambios en la reformulación pueden disminuir hasta un 60% en sus formulaciones finales.
6 ¿Y si no cumplo?
Las sanciones ya fueron publicadas. Para cualquiera de los incumplimientos por etiquetado, publicidad engañosa, publicidad o por octágonos; pueden ameritar desde una clausura total o parcial del establecimiento, el retiro o decomiso del producto, el arresto al representante legal de la empresa hasta por 72 horas y una sanción de más de 9 millones de pesos a calcular dependiendo de la empresa. No sorprende que Mariana Curiel señale que es más barato y sencillo cumplir.