Según la Organización Internacional del Cacao (ICCO), el grano producido en Colombia es de los mejores del mundo. Con sus 7 millones de hectáreas aptas para el cultivo del cacao, Colombia podría arrebatarle a Costa de Marfil el primer lugar en la producción mundial. Ese es el objetivo en el que trabajan cacaocultores y gobierno, y esperan conseguirlo en 2030.
En ello mucho tienen que ver los programas de sustitución de tierras, la calidad de los suelos colombianos y sus climas benéficos para el cultivo; todos, factores clave para apuntalar el crecimiento.
“La tierra colombiana es especial, principalmente por la variedad de climas y alturas”, así lo explica David Briceño, agrónomo y consultor experto en cacao. Más de 400 municipios de 27 departamentos de Colombia, producen cacao, según el Ministerio de Agricultura. Se destacan Santander, Arauca, Antioquia, Huila, Tolima y Nariño. En estas regiones se concentra el 80% de las plantaciones.
Por cerca de 60 años, el territorio colombiano estuvo ocupado por los grupos al margen de la ley que sembraron hoja de coca. Sin embargo, la dinámica cambió hace siete años y el cacao ha recuperado hectáreas sembradas.
A pesar del impacto de la violencia y el conflicto armado que ha vivido Colombia, gracias a la determinación de cacaocultores que decidieron erradicar los cultivos ilícitos, en departamentos como Santander y Arauca se acabó con la siembra de coca. Así lo expone Eduard Baquero, cabeza de la Federación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao).
“Esta federación estima que hay 190 mil hectáreas de cacao sembrado en Colombia y que 25 mil de ellas están dedicadas a la sustitución de cultivos ilícitos”. Aunque este es un proceso que lleva más o menos 20 años, Baquero reconoce que después de la firma de los acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC, las comunidades han manifestado que el cacao es el producto con el cual quieren reemplazar la hoja de coca que antes sembraban.
Una de las principales razones por las que los agricultores eligen cacao, es que el fruto que crece casi de manera silvestre por las condiciones climáticas y de altura de la mayoría de la tierra disponible en el país. Además, es un cultivo más económico de mantener en comparación con el café o el arroz, pues es más resistente, expone Baquero.
En la actualidad, según Procolombia, el cacao involucra a pequeños y medianos productores que generan un aproximado de 165 mil empleos en los más de 400 municipios donde se siembra. Fedecacao informó recientemente que hasta el 90% del cacao en Colombia se cultiva en fincas que tienen menos de 5 hectáreas de tierra, por lo que se estima que este negocio en el país tendría más de 60 mil empresarios del sector.
Según datos de Johanna Verdugo, coordinadora de Mercadeo de Equiori, productores de cacao orgánico, existen alrededor de 60 empresas que compran, transforman o comercializan cacao. Este dato respalda la hipótesis de que esta es una industria de pequeños y medianos empresarios.
Según la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), Colombia tiene 7 millones de hectáreas aptas para el cultivo del cacao, por lo que no es descabellado pensar en arrebatarle a Costa de Marfil el primer lugar en la producción mundial de este valioso producto.
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El crecimiento del cacao colombiano
Hace 16 años, Colombia sólo producía 30 mil toneladas de cacao, se importaban cerca de 12 mil y se exportaban mil 300 toneladas. Hoy, la producción ha aumentado 106%, las importaciones son casi nulas y las exportaciones han crecido más de 1000%, representando ingresos cercanos a los 130 millones de dólares.
Legiscomex (plataforma con herramientas estadísticas sobre aranceles, normas y documentos para la gestión y análisis del comercio exterior) expone que los principales productos de cacao que exporta Colombia son chocolates y otras preparaciones alimenticias que contienen cacao, y que alcanzaron ya un valor de 26 millones de dólares en 2022. Le siguen las barras o tabletas de chocolate con 15 millones de dólares, el grano crudo con 12.2 millones de dólares, la manteca de cacao con 11.4 millones de dólares y el chocolate envasado (en polvo o líquido) con 11.3 millones de dólares.
María Carolina Angulo, CEO de Lök Foods, empresa productora de cacao, destaca que el país solía ser un exportador de materias primas de cacao, pero en la última década, la industria ha comprendido el valor de transformar el cacao y no exportarlo como fruto sino ya procesado en chocolates, polvo u otras variaciones para competir en mercados internacionales.
“Antes Colombia enviaba materias primas a países como Japón, Suiza, Bélgica o Estados Unidos, pero ahora hay hasta 15 marcas de talla mundial con una calidad excepcional y alrededor de 400 transformadores de cacao que fueron mucho más allá al fruto como tal”, asegura.
Las principales empresas exportadoras son la Compañía Nacional de Chocolates con 36.6 millones de dólares, Casa Luker con 24.5 millones de dólares y Super S.A. con 8.4 millones de dólares, según Legiscomex, tomando datos completos de 2022.
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Colombia cree en el cacao y apuesta por liderar el mercado
La iniciativa del propio gobierno de Colombia, del entonces presidente Iván Duque, ha sido desarrollar un Plan Decenal destinado al cultivo del cacao. Este proyecto cuenta con la participación de todas las empresas pertenecientes al Consejo Nacional Cacaotero, bajo la presidencia de Fedecacao, en colaboración con el Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Comercio y Agrosavia, entidad de Ciencia, Tecnología e Innovación, que contribuye al cambio técnico para mejorar la productividad y competitividad de la agricultura.
El principal objetivo de este plan es alcanzar una producción cercana a las 130 mil toneladas de cacao para el año 2030. De esa cantidad, se espera exportar alrededor de 65 mil toneladas de producto transformado en tabletas, polvo u otras variaciones.
Los actores del sector son conscientes del inmenso potencial, pero reconocen que se necesita un respaldo significativo, no sólo en cuanto a la disponibilidad de tierras, también a través de Fedecacao, para que proporcione la asesoría adecuada a los productores.
“Aspectos como la productividad y la innovación son fundamentales, así como la colaboración efectiva entre el gobierno y los productores privados. De ello depende que la época del cacao no sea efímera, sino que dé origen a una industria beneficiosa para todos”, concluye María Carolina Angulo, de Lök Foods.