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“Se Acerca Un Mercado Negro De Glifosato En México”: Luis Eduardo González, Líder De Los Fabricantes De Agroquímicos

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“Se acerca un mercado negro de glifosato en México”: Luis Eduardo González, líder de los fabricantes de agroquímicos

El presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos advierte de pérdidas de hasta 40% en la producción alimentaria por la prohibición de plaguicidas y glifosato.

A partir del 1 de abril de 2024, por decreto presidencial, en México no deberá comercializarse glifosato, el herbicida más usado en el mundo. Su uso controla la maleza que afecta a los plantíos de alimentos. En opinión de Luis Eduardo González, presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC), los agricultores mexicanos no están listos para ello. Las pérdidas de producción de alimentos básicos como el maíz o el limón podría ser de hasta 30%.

Las “alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas” para sustituirlo que prometió el gobierno federal, asegura González, simplemente no existen. En tanto, la Unión Europea acaba de autorizar el uso del glifosato por otros 10 años más.

A esto se suma una iniciativa de ley que busca la eliminación gradual de los “plaguicidas altamente peligrosos”, la propuesta es de los diputados de Morena y en su exposición de motivos destacan el decreto presidencial para prohibir el glifosato, pero no explican qué sustancias entrarían en ese calificativo. Para el presidente de UMFFAAC estas políticas agroalimentarias son impulsadas por el desconocimiento de lo que realmente necesita el campo mexicano.

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La iniciativa relacionada con la regulación de plaguicidas en el sector agrícola mexicano, que está ahí, detenida pero latente, enarbola el término “Plaguicidas altamente Peligrosos” (PAP). ¿Qué opinas de este calificativo?
Es una forma de definir algo que muchos de los que están hablando de ello no entienden. ¿Los plaguicidas son peligrosos? Sí. Es más, ningún plaguicida no es peligroso. Cualquier sustancia, no sólo los plaguicidas, puede considerarse peligrosa, si no es manejada, administrada, medida de manera adecuada. En los hogares hay sustancias mucho más peligrosas que un plaguicida: la sosa para limpiar baños es sumamente peligrosa. Por eso se guarda en un lugar seguro, el bote donde se envasa tiene una tapa de seguridad, las personas saben cuánta utilizar… Es muy fácil calificar a los plaguicidas tratando de deshacerse de ellos sin considerar los beneficios que traen. Los ambientalistas y extremistas hablan de plaguicidas altamente peligrosos, pero valdría la pena separar bien para qué sirven y cómo funcionan los plaguicidas. Y si en su caso, nuestra industria, gobierno y sector salud determinamos que alguna de estas sustancias debería ser eliminada porque ya hay otra alternativa, entonces nos ponemos de acuerdo y la eliminamos.

¿En nuestros alimentos que provienen del campo son aplicados estos “plaguicidas altamente peligrosos” para la salud de los mexicanos? Es decir, ¿los plaguicidas pueden estar siendo mal utilizados?
Hay sustancias que se aplican de forma no controlada. Hay sustancias con las que el agricultor no mide el alcance, a pesar de que la industria tiene muchos años con programas de apoyo a los agricultores. La UMFFAAC tiene su programa de uso responsable de agroquímicos. Terminaremos 2023 con 30 mil capacitados, entre agricultores y técnicos. Pero se requiere mucho más. Son 5.6 millones de agricultores. Sabemos que algunos comités de sanidad vegetal del gobierno también hacen estas capacitaciones, pero no es una iniciativa global. Es decir, no estamos hablando de un gobierno interesado en que el agricultor aprenda a manejar las sustancias. En Canadá, el agricultor no aplica los agroquímicos porque quiere y como quiere. Tiene una licencia, tiene la receta para aplicarlo con las condiciones adecuadas. Debe de seguir todos los protocolos de seguridad de manejo de las sustancias. La diferencia es la capacitación. Los plaguicidas que tenemos ahora, con un manejo adecuado, son productos seguros y efectivos para la protección de los cultivos y seguros para la producción de nuestros alimentos. Recalco, con un manejo adecuado.

De avanzar esta iniciativa, se estima que el 60% de los plaguicidas que se usan en México quedarían prohibidos. ¿De qué dimensiones serían las repercusiones en la producción de los campos mexicanos?
Ya hay cifras internacionales: de dejarse de usar los plaguicidas, dependiendo de cada cultivo porque tienen diferentes condiciones, podríamos tener pérdidas del 20% hasta 40% de la producción de distintos alimentos. Habría un impacto económico: el agricultor al no tener esas herramientas va a buscar otras, pero las opciones que hay en este momento son más caras, de 200% a 300% más. Un costo incremental inmediato que llevará a que el agricultor diga: “Pues mejor no siembro”.  Hay una corriente dentro del gobierno que habla de las sustancias destinadas para el control de plagas como las malas de la película y que ellos tienen remedios mucho mejores: productos biológicos, orgánicos… que siguen siendo plaguicidas.  La industria de protección de cultivos ha estado buscando estas alternativas porque a todos nos conviene, pero hemos encontrado que estas no son tan efectivas como las químicas. Las opciones orgánicas son aplicables en países desarrollados donde los sistemas de control de plagas y los invernaderos tienen las condiciones necesarias para aplicarlas con éxito. En México más del 60% de la superficie agrícola es de bajos recursos, de baja tecnología y de baja tecnificación.

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¿Qué hay detrás de esta iniciativa? ¿Sólo desconocimiento del tema?
Hemos identificado dos tendencias muy claras. Una de ellas es clarísimamente el desconocimiento de las necesidades del campo. Muchos de los que hablan del tema, jamás han pisado el campo, jamás han enfrentado una plaga. El desconocimiento del trabajo del agricultor hace que no estimes las necesidades y herramientas que éste necesita. La otra es una ideología de grupos que tienen años hablando del mismo tema. Repiten lo mismo que se decía en los años 70. Hablan de sistemas agroecológicos. Están muy bien. Claro que el agricultor puede implementarlos, pero no pretendas alimentar al país de esa manera porque no va a alcanzar más que para el agricultor y sus dos hijos. No promuevas sistemas de cultivo que someten a los agricultores a sólo subsistencia. Promueve un sistema de cultivo que crezca la producción agrícola del país. Lo que le informan al presidente Andrés Manuel López Obrador, para que apoye este tipo de iniciativas, es que los plaguicidas matan a la gente. Pero si haces un análisis de fondo, ¿cuánta gente se ha intoxicado con plaguicidas y cuánta gente se ha intoxicado con alcohol?

En otro punto más que relevante para su industria, ¿México está preparado para producir sus cultivos sin glifosato?
No. La gente que está detrás de esto denota las sustancias químicas que aplicamos en el campo, pero que preparen entonces las alternativas. El presidente dijo que había asignado al Consejo Nacional de Humanidades Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) a que buscaran alternativas para sustituir al glifosato. No las tienen.

El decreto en contra del glifosato señala que éste deberá ser sustituido en todo México por “alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas”. Entonces, a unos meses de que se prohíba el glifosato, ¿ya están esas alternativas?
No lo han logrado. Además, quienes trabajan en ello, no tienen ni la menor idea de cómo tienen que investigar realmente. Sustituir el glifosato no es sólo es tener control de ciertas malezas. El glifosato es un herbicida total, es decir, elimina todo tipo de malezas, pero no toca hongos y bacterias del suelo, no se fija en el suelo, no se lixivia como un producto químico que vaya a los mantos freáticos. ¿Hay alternativas para sustituir al glifosato? Sí. ¿Sostenibles? No. No son viables técnica, económica ni socialmente. Hablan de utilizar sustancias naturales para el control de maleza. El vinagre, por ejemplo. En efecto, es un gran herbicida pero también es biocida, es decir, elimina hongos y bacterias que son benéficas para el suelo. Además, no hay suficiente vinagre en el país para ello. No es costeable. Que no me vengan a decir que ya tienen las alternativas. Y si las tuvieran, todavía falta que las registren ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para que sean legalmente comercializadas. Los registros en Cofepris están tardando entre 3 y 5 años.

¿Qué va a pasar entonces el próximo año? ¿El glifosato realmente desaparecerá de los campos mexicanos el 1 de abril?
Primero, la ley no te puede decir que tires el glifosato que tengas en tu almacén. En abril ya no se podrá comercializar, pero se irán agotando las reservas. La otra cosa que va a pasar es que va a entrar el mercado negro. Si el agricultor necesita glifosato, lo va a conseguir. No lo va a importar oficialmente, lo va a pasar por los puentes del sur y norte del país. Entonces vamos a tener contrabando afectando a la red comercializadora de agroquímicos en todo el país, a las fuentes de empleo y a la fuente de impuestos.

¿Cómo impactará esto en las cosechas del año entrante y qué cultivos serán los más perjudicados?
Habrá afectaciones en los cultivos de cítricos, de maíz… los pequeños productores de la sierra de Oaxaca y de la sierra de Chiapas utilizan el glifosato como herramienta importante contra la maleza. Los productores de maíz utilizan el glifosato para antes de sembrar, para barbechar, rastrear y eliminar todas las malezas que se quedan en el suelo. Los cultivos del centro y sur del país van a ser los más afectados con la prohibición del glifosato. Sinaloa, Sonora, Tamaulipas no tiene problema porque hay mucha maquinaria. Se van a incrementar los costos de producción de los cultivos. La alternativa que existe por ahora tiene un costo 120% más caro. Si antes tenías una utilidad por hectárea de $1000 pesos, ahora se tendrán a lo sumo $800 de utilidad, sólo por el costo directo de este insumo. Al gastar más en un producto menos eficiente, seguramente tendrás problemas de malezas que traerán plagas… le van a pegar a la producción. Si el agricultor no tiene glifosato y no utiliza nada, se vendrá 30% abajo la producción. El agricultor va a terminar por cambiar de cultivo, buscará cultivos que sean más rentables. Ya no se va a dedicar al maíz, a los limones o a las naranjas.

La Unión Europea aprobó hace unos días el uso de glifosato para que se utilice por otros 10 años. ¿Por qué en México vamos en contrasentido?
Los ecologistas y ambientalistas también pusieron allá el tema del glifosato sobre la mesa. Estudios muy profundos determinaron que el glifosato no es causante de cáncer y no encontraron las herramientas para sustituirlo. Vamos en contrasentido por la falta de información, la ignorancia de estos pseudocientíficos y pseudoecologistas que lo único que tenían eran argumentos copiados de periódicos internacionales, pero ahora que se aprobó el glifosato 10 años más en Europa ya no dicen nada. Pero los ecologistas van a seguir insistiendo en su idea de que el glifosato causa cáncer.

¿Cuál es el llamado al gobierno federal sobre esta prohibición y sobre la iniciativa que busca prohibir los plaguicidas que consideran peligrosos?
Que si el gobierno se interese en el campo, vaya al campo. Con iniciativas que ayuden a los productores a mejorar sus sistemas de cultivo, con mejoras en los sistemas de riego, con la orientación a una cultura de producción sustentable pero real. No con mitos de ecología.

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