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Las Tecnologías Que Revolucionan La Industria Del Empaque Comestible En Colombia

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COLOMBIA

Las tecnologías que revolucionan la industria del empaque comestible en Colombia

Para eliminar plásticos de un solo uso, empresas colombianas han desarrollado desde un biopolímero comestible que alarga la vida útil de los alimentos, hasta cubiertos y recipientes hechos con galleta.

La revolución del empaque en Colombia es una realidad y ya se desarrollan diferentes productos para eliminar los plásticos de un solo uso. Prueba de ello, es el biopolímero comestible creado en la Universidad Nacional de Colombia: no sólo alarga la vida útil de los alimentos, también contiene probióticos y beneficia a la digestión. También se están creando cubiertos, platos y recipientes hechos con galleta, que desarrolla la marca Crunchis.

El mundo está cansado de los plásticos. Los cubiertos plásticos pueden tardar en descomponerse hasta 400 años y un recipiente de unicel entre 500 y 800 años. Según estadísticas de Greenpeace, en Colombia una persona consume al año 24 kilos de plástico. De ellos, más de la mitad (56%) son de un solo uso, lo que equivale anualmente a la generación de cerca de 1 millón 250 mil toneladas de desechos plásticos.

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Tres tendencias para la creación de empaques

El manejo de empaques reciclables que se pueden convertir nuevamente en materia prima para otro producto, es tendencia mundial. Por ejemplo, una bolsa de polietileno se procesa y puede volver a usarse en la fabricación de una nueva bolsa u otro artículo del mismo material. Ello ha aproximado a algunas empresas del sector de alimentos hacia la economía circular.

Otra solución son los empaques y envases compostables que están hechos de un material que se degrada biológicamente sin dejar residuos tóxicos en el ambiente. Se trata de replicar lo que ocurre con las cáscaras de las frutas cuando se incorporan a la tierra.

Finalmente, están los empaques biodegradables que pueden descomponerse en condiciones naturales. Estos transforman el material bioplástico en nutrientes, dióxido de carbono, agua y biomasa. Hay, por ejemplo, vasos desechables fabricados con papel procedente de bosques sostenibles con certificación internacional del Consejo de Administración Forestal (FSC en sus siglas en inglés); y variedad de utensilios para comer hechos con bambú o bagazo de caña de azúcar.

Las tecnologías que revolucionan la industria del empaque comestible en Colombia

Los biopolímeros comestibles que mejoran la digestión

Investigadores del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional de Colombia desarrollaron un empaque para frutas, un biopolímero comestible que alarga la vida útil de los alimentos. Lo crearon a partir de un microorganismo encontrado en una cepa del azúcar de caña.

En el Grupo de Biopolímeros y Biofuncionales de esa universidad trabajan profesores, investigadores y estudiantes de diferentes especialidades. Olga Cobos es nutricionista y tiene una maestría en Ciencia de Alimentos, Sofía Ospina es doctora en Biotecnología y también química farmacéutica. El equipo es liderado por el profesor con maestría en Ingeniería Química, Gustavo Buitrago.

El biopolímero que desarrollaron puede emplearse tanto para cápsulas usadas en la industria farmacéutica como para empaques de alimentos.

Por ejemplo, puede usarse para recubrir frutas frescas y con ello incrementar su tiempo de conservación. Se ha probado ya en empaques de fresa, uchuva y mora; también se ha usado para recubrir barras de frutas. Pero además, el empaque es comestible.

“Uno de los logros de estos empaques es que son fibra funcional para el cuerpo. La ingesta de esa fibra puede prevenir hasta accidentes cardiovasculares. Asimismo, ayudan a generar una sensación de saciedad. Es decir, que también podemos ayudar con esta creación a combatir la obesidad”, explica el profesor Buitrago.

En el documento, “Los biopolímeros, compuestos que mejoran la salud”, que cita la investigación de los tres científicos, se especifica que otros estudios permitieron demostrar que “El biopolímero acelera el tránsito intestinal, por lo que favorece la digestión; y su potencial efecto prebiótico, puesto que la ingesta diaria permite mejorar la microflora colónica al aumentar la viabilidad de Lactobacillus y el Bifidobacterium , microflora altamente benéfica para el sistema gastrointestinal”.

Este empaque creado por los académicos ya está siendo probado en la industria. Por motivos de confidencialidad no se pueden publicar los nombres de los socios, sin embargo, Buitrago señala que se trata de empresas internacionales que están comprometidas con la reducción de empaques plásticos de un solo uso y con el impulso de una estrategia de sostenibilidad ambiental.

“Para la industria de alimentos encontramos 17 aplicaciones para este biopolímero en empaques. Se pueden usar en chocolates, galletas, frutas y verduras”, expone el profesor.

Sobre el precio a la industria que podría tener este desarrollo, Buitrago comenta que el empaque permite preservar por más tiempo la calidad del alimento.

“Por ejemplo, para recubrir un kilo de fruta, se requieren 18 gramos de biopolímero, algo que en costo es muy bajo. En cambio, esto permite mitigar el desperdicio de alimentos, extender la vida del producto y mejorar su calidad”, explica.

Los investigadores de la Universidad Nacional consiguieron conservar mejor las frutas que fueron envueltas con el polímero, las fresas triplicaron su conservación, mientras que otras frutas como las moras y las uchuvas, las duplicaron.

“Este avance ha hecho que el sector exportador en Colombia pueda tener un ahorro impresionante. Antes, todas las frutas se exportaban por avión, ahora sólo el banano sale del país por aire y lo demás puede exportarse por vía marítima, gracias a esta invención”, agrega Buitrago.

Para Buitrago y su grupo, la aprobación del Ley 274  que prohíbe cualquier empaque plástico de un solo uso para 2025, permite que el desarrollo de biopolímeros sea una oportunidad real de negocio. Para que entre en vigor, a esa ley ya solo le falta la firma del ejecutivo colombiano.

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empaque comestible

Crunchis, la empresa que hace cubiertos comestibles y empaques orgánicos

Crunchis es una empresa que busca reducir el uso del plástico en la industria de alimentos, a través de la creación de cubiertos, vajillas y recipientes comestibles.

La idea de Alejandro Bonilla nació en 2019, luego de un viaje familiar al Caribe colombiano, en el que observó una gran cantidad de plástico acumulado en las playas. Ahí surgió Crunchis como un emprendimiento para aportar soluciones a los problemas que generan los plásticos de un solo uso.

A la iniciativa se sumaron las primas de Bonilla, Adriana y Alba, y así empezaron el desarrollo de una mezcla de galleta casera que después perfeccionaron. Un año después, encontraron la fórmula correcta.

“Cerramos un negocio para el uso de estas cucharas con una heladería en Medellín y el emprendimiento despegó”, comenta Alejandro Bonilla.

El producto que ingeniaron es comestible, pero si se desecha es biodegradable y su descomposición tarda entre tres y cinco días. Su apariencia es como si los cubiertos fueran de madera, pero en realidad son de galleta hecha con harina de trigo, no tiene conservadores, ni grasas saturadas o lácteos. Pueden ser utilizadas para cualquier comida, desde sopas y platos fuertes, hasta recipientes para helados o postres y hasta para revolver café. Según Bonilla, sus cubiertos fueron resistentes al frío y al calor, y no tienen riesgo de desintegrarse.

El precio al mercado de estos productos es de 70 mil pesos* por 100 unidades de platos o cubiertos plásticos, que van desde cucharas, tenedores o cuchillos. Un precio que llega a ser casi 10 veces más caro que un paquete tradicional de cubiertos plásticos.

“Por ahora, el único canal de ventas es a través de WhatsApp, pero la idea es expandir el negocio y que las personas puedan conseguirlos de manera más sencilla. Nuestra mayoría de clientes son cafeterías y heladerías de Medellín”, agrega el fundador.

Crunchis no ha escapado al impacto de la invasión rusa a Ucrania, en lo que respecta al alza de materias primas como el trigo. Si bien su costo de producción ha aumentado, no ha sido significativo, por lo que no han subido los precios para no sacrificar su rentabilidad.

La empresa también desarrolló un empaque para sus productos: bolsas de bagazo de caña de azúcar. Bonilla señala que están revisando la opción de también comercializar este tipo de recipientes, para que se sumen a su oferta de cucharas, tenedores, mezcladores de bebidas, platos, pitillos (popotes) y vasos. El objetivo de Crunchis es que a mediano plazo también puedan exportar sus productos.

*Las cantidades en pesos en este texto se refieren a pesos colombianos.

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