Todos los días, marcas de alimentos y bebidas se suman a producir opciones de proteína vegetal. El éxito de empresas globales como Beyond Meat e Impossible Foods, que comercializan hamburguesas y salchichas hechas de plantas —pero con sabor y olor a carne animal—, abrió camino para que empresas como Danone o Pepsi comenzaran a producir bebidas vegetales y a invertir en comida plant-based.
Las proyecciones de crecimiento del mercado global de proteína vegetal se multiplican. Todas muestran una clara línea ascendente. Research and Markets pronosticó el mes pasado, que para 2027, ese mercado global llegará a 74 mil millones de dólares, cifra que replica Meticulous Research.
Asia, Europa y Norteamérica son las regiones en las que el consumo de proteínas vegetales comienza a ser cotidiano. Leche, huevo, queso, crema, mantequilla, yogur y variedades de proteína animal como carne de res, puerco, pollo y hasta pescado, tienen sus equivalentes en opciones vegetales.
El informe Plant-Based Eating: A Bird’s Eye View of the $42B Market, señala que la tendencia está apuntalada por la necesidad de consumir alimentos más sanos, mejorar la salud intestinal, perder peso y ganar energía. Pero hay dos indicativos principales: consumo consciente y cuidado al medio ambiente.
No es un secreto que la crianza de animales para consumo humano produce contaminación del aire y el agua; así como gases de efecto invernadero. La población mundial crece todos los años con lo que se incrementa la demanda de alimentos y disminuye la superficie de cultivo. Ante ello, las proteínas vegetales son una alternativa menos contaminante.
En América Latina el interés en este tipo de alimentos se ha incrementado en los últimos años por la intolerancia a la lactosa, prevalente en la genética de los habitantes de la región, y el interés de los flexitarianos. Estos últimos son los consumidores que sin ser vegetarianos o veganos están dispuestos a disminuir su consumo de carne animal y combinarlo con proteínas vegetales, sobre todo para obtener un beneficio a su salud.
La investigadora de mercado Nielsen afirmó en 2016, en su Estudio Global sobre salud y percepciones de ingredientes, que el 19% de los mexicanos afirmó seguir una dieta vegana, vegetariana o flexivegetariana. Dos años después, datos recabados por la expo y festival gastronómico Gourmet Show, elevó la cifra a 20%.
Con la irrupción de la pandemia provocada por el coronavirus, creció el interés en una alimentación más saludable, lo que abonó a que aumentara el interés en los alimentos hechos a base de plantas.
Esa oportunidad fue la que advirtieron Aldo González e Iván Jiménez, emprendedores que cuentan a Goula.lat su historia de negocio y las razones que los llevaron a abrir brecha en esta categoría de mercado que crece todos los días: el negocio de la proteína vegetal.
Te puede interesar: 8 señales que las marcas de A&B deben tomar en cuenta para adelantarse al futuro
El negocio verde impulsado por Blue Horizon
Hace cuatro años y medio, padre e hijo decidieron emprender. Aniceto es ingeniero en alimentos con más de 35 años de experiencia y Aldo es administrador de empresas. Ambos sumaron esfuerzos para consolidar Heartbest, food tech, que ofrece alternativas vegetales de lácteos animales como leche y quesos.
Después de un diagnóstico médico poco halagador, Aniceto se vio en la necesidad de cambiar su alimentación. Esta situación les permitió constatar que había muy pocas opciones nutrimentales con las características que le exigían los médicos. En ello, vieron una oportunidad de negocio y la pusieron en marcha. Desde entonces a la fecha han procurado posicionar un concepto: bienestar a través de los alimentos.
Actualmente venden sus bebidas vegetales, queso y spreads en 900 puntos de venta en todo el país. Están en supermercados, clubes de precio, minoristas y con su propio canal online. Tienen una producción mensual de alrededor de 30 toneladas y el año pasado experimentaron un crecimiento de 105%, tan sólo en las ventas en supermercados.
“La pandemia aceleró el cambio de hábitos, ya hay muchos consumidores que entendieron el valor de la salud y buscan ese tipo de opciones”, afirma Aldo.
“El mercado más grande en México es el de las bebidas, después el del queso. Nuestras bebidas vegetales usan hasta 25% menos de agua que lo que se requiere para hacer una leche animal. Hace tres años comenzamos a comercializar los quesos hechos de plantas y han sido muy bien recibidos porque se pueden fundir y eso le gusta a los clientes”, agrega el emprendedor sobre sus productos.
El año pasado obtuvieron una inversión de 2 millones de dólares de Blue Horizon, fondo de capital especializado en plant-based. Aldo comparte que ese dinero les ayudará a desarrollar más productos: “A mediados o finales de año lanzamos una crema y una mantequilla”.
La inversión será útil para seguir desarrollando tecnología que impulse la producción de proteína vegetal, que es otro de sus negocios: “Buscamos hacer más eficiente todo el proceso de producción. Por ejemplo, usamos ocho veces menos espacio que una producción convencional de alimentos de origen animal. Nuestros quesos maduran en tres, cinco y hasta 10 días; mientras que los quesos animales a veces tardan entre 30 y 90 días. Optimizamos la energía y ello se consigue con tecnología”, afirma Aldo.
Trabajar en la reducción del impacto ambiental de la industria de alimentos es otro de los factores que ha impulsado la inversión a la marca. Por ello, a finales de año buscarán más capital para seguir creciendo y exportar a EU.
Te puede interesar: Los consumidores conscientes rescatarán a la industria de alimentos de sí misma
Barbacoa, cochinita y carne al pastor hechas de plantas
Iván Jiménez es ingeniero industrial, laboró en el negocio inmobiliario, estudió negocios, trabajó para un fondo de energía y otro de capital. En 2018, él y su esposa lanzaron Asanté Foods, empresa que comenzó comercializando hamburguesas hechas de soya y lentejas, pero hoy ofrecen una línea de alimentos tradicionales mexicanos hechos con plantas. Barbacoa, cochinita, carne al pastor o queso fundido son parte de sus opciones listas para servir.
“El consumo de carne está ligado a la deforestación y a la contaminación del planeta. No podemos permanecer ajenos, sabíamos que esto sería un negocio cuesta arriba pero la necesidad de impulsar una alternativa a través de alimentos nos llevó a crear la marca”, explica Iván.
La empresa comenzó a vender en México en Soriana en 2018 y en algunas tiendas especializadas. En abril del año pasado comenzaron a vender en Estados Unidos. Operan desde Miami y decidieron hacerlo porque el vecino del norte es el principal comprador de carne mexicana y es también un territorio fértil para la añoranza culinaria nacional.
Renuente a compartir cifras de producción y venta, Iván comenta: “apenas pudimos abastecer los pedidos con el stock disponible porque nos agarró la pandemia, pero nuestro producto se mueve bien en ambos lados”.
Asegura que una vez que crearon sus alimentos a base de chícharo, soya, lentejas y trigo, se dedicaron a trabajar en “una tecnología, que está en proceso de patente por eso no puedo dar más detalles”, afirma Iván.
Lo que sí comenta es que con esa tecnología se conservan mejor el alimento y no requiere de refrigeración. “Evita que se cree o reproduzca cualquier tipo de microorganismo, no usamos conservadores. Con la eliminación de la cadena de frío también ayudamos al planeta”, señala Iván.
El emprendedor adelanta que trabaja con un equipo de científicos mexicanos en el cultivo de micelio de hongos, para después transformarlos en proteína con un sabor similar al de la carne.
Por el momento, sus alimentos se pueden comprar en 18 puntos de venta en México. Están principalmente en supermercados como Soriana, City Market y Comercial Mexicana, además del canal online en opciones como Amazon y Canasta Rosa.
Han recibido asesoría de un par de impulsoras de negocio como ProVeg, ubicada en Berlín y Brinc que está en Hong Kong.
“Son programas que nos ayudan a madurar como empresarios para después conseguir inversión. En México es complicado, pero en Europa y Asia hay más oportunidad y a eso le apostamos”, expone Iván.
Su expectativa de crecimiento para este año es cerrar una ronda de capital para consolidar una mayor producción y colocar sus productos en restaurantes y hoteles. “Este es un negocio con futuro a largo plazo, ya llegamos y hay que hacer lo posible por consolidarlo. En eso estamos”.