Cristina Barba llegó a la dirección de la Asociación de Cerveceros Artesanales de México (Acermex) en marzo de 2020. El mismo mes en que el mundo cambió. Al poco tiempo, la producción de cerveza se detuvo. Los restaurantes, bares y hoteles —puntos de venta vitales para la cerveza artesanal— prácticamente cerraron. Los eventos cerveceros, su principal vitrina, fueron cancelados por meses.
Todo pintaba mal para una industria que no logra alcanzar el 1% de las ventas totales de cerveza en nuestro país. Sin embargo, esos malos tiempos también trajeron buenas noticias: la pandemia dio un empujón inesperado a los cerveceros artesanales.
Ahora se muestran dispuestos a arrebatarle una rebanada del pastel a dos de las más grandes cerveceras industriales del planeta.
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Acababas de tomar asiento en la dirección de Acermex cuando se declaró la pandemia. ¿Qué pasó por tu mente cuando la industria de la cerveza fue catalogada como no esencial y se suspendió su producción?
En realidad, fue un aprendizaje. Fue una sensibilización de las condiciones en las que se encontraba nuestra industria en ese momento. Cuando nos clasificaron como no esenciales, se paró la producción, mas no la comercialización. Creo que esa fue la clave para que resultara un área de oportunidad para nosotros: hubo escasez de la cerveza industrializada y de alguna forma entramos ahí. Fue una llamada de atención para abrir nuevos canales de distribución y comercialización. Varias de nuestras cervecerías medianas y grandes pudieron entrar a centros de consumo que no existían dentro de su panorama, como al e-commerce y a los grandes grupos, como Walmart, City Market y Costco.
La cerveza artesanal llegaba a los restaurantes, pero quizá no al estante de los retailers. ¿Cómo fue la apertura a estos nuevos canales de venta?
Estamos arraigados en las comunidades en las que producimos. Lo primero fue que los productores artesanales de cerveza empezaron a hacer ventas de puerta en puerta, a hacer entregas personales en las colonias cercanas. Claro, con todas las medidas de seguridad. Eso fue, en buena medida, lo que nos sacó adelante. Luego, quienes tenían más posibilidades de producción comenzaron a investigar todo sobre cómo entrar a las tiendas de autoservicio. Fue un paso muy importante porque era algo que dábamos por hecho que no podíamos lograr y al final lo obtuvimos. Hoy está creciendo mucho el ingreso de las cervecerías artesanales a este tipo de tiendas.
La pandemia consiguió que más consumidores y los grandes del retail los tomaran en cuenta, ¿es así?
Es un hecho. Se ve en nuestras ventas. Claro que nos vimos afectados como prácticamente todas las industrias, pero mientras la cerveza industrial sufrió caídas, nosotros registramos crecimiento aún con las condiciones pandémicas.
Sin embargo, el cierre de 41 cervecerías artesanales durante 2020, como reporta Acermex, es un número que puede espantar a cualquiera. ¿La consolidación de la cerveza artesanal en México se afectó aún más por la emergencia sanitaria?
Es lamentable por el cierre de quienes no lograron sobrevivir, pero en 2021 este dato bajó drásticamente: sólo cerraron 14. Los números pueden parecer duros, pero es algo que están viviendo muchas otras industrias y tienen que ver también con la situación económica. Los avances de la cerveza artesanal no dieron un paso atrás, al contrario. La pandemia vino a enseñarnos muchas cosas, aceleró procesos.
¿Cuáles? ¿Hay aspectos en los que la cerveza artesanal mexicana debe profesionalizarse?
Si de algo estoy segura es que está industria es de corazón. Claro que también debemos ver temas financieros y de utilidades, pero el trabajo que hacemos de corazón es lo que nos ha levantado realmente. A veces nos dejamos llevar por nuestra pasión, por lo que hacemos, por lo que queremos compartir… Esta pandemia nos mostró que teníamos que hacer más eficiente nuestro modelo de negocio, ver los comportamientos del consumidor, que no debemos confiarnos en tan escasos canales de venta.
La cerveza artesanal mexicana, antes de la pandemia, reportaba crecimientos anuales de doble dígito. ¿Cómo cerró 2021?
Cerramos con un crecimiento del 25.8% en producción. Somos menos cerveceras pero hicimos más cerveza. La pandemia fue un empujón para nosotros. De hecho, este 2022 esperamos llegar al 1% de participación de mercado de consumo en el país. Suena a muy poquito, sin embargo, la cerveza ocupa el 96% del consumo de alcohol en México. En realidad es un gran mercado.
Ese 1% tan anhelado. Los cerveceros artesanales de México llevan tiempo esforzándose en romper esa barrera. ¿Por qué no lo han logrado? ¿Cuál es la desventaja toral que tienen frente a las cervezas industrializadas?
Son factores externos a nosotros. Depende mucho de que la sociedad demande productos artesanales en sus centros de consumo. El consumidor final es el que va a pedir cerveza artesanal en el restaurante y éste nos va a voltear a ver y nos va a dejar entrar más. Nosotros podemos tocar mil puertas, pero si el consumidor no pide cerveza artesanal… ese es uno de nuestros más grandes retos.
Las dos gigantes que llevan la cerveza mexicana a todo el mundo pertenecen hoy a firmas extranjeras. ¿Consideras que el consumidor mexicano es injusto con ustedes por no reconocerlas como las auténticas cervezas 100% mexicanas?
Bueno, empezaron siendo mexicanas y después vendieron. Pero sí hay un tema de desinformación muy fuerte. Los consumidores mexicanos no sabemos lo que nos estamos tomando.
Hace un año te entrevistamos para un reportaje de este medio. En esa ocasión decías que el mercado no sabe qué es una cerveza artesanal, cómo probarla, cómo apreciarla. ¿Qué tanto avanzó Acermex en el tema de sensibilizar a los consumidores?
La mitad de los esfuerzos que hacemos van encaminados precisamente a sensibilizar a los consumidores. Otra vez, la pandemia nos favoreció. Al no encontrar su cerveza en el Oxxo, los consumidores voltearon a vernos y se atrevieron a degustar. Fue un tema de obligación, pero se animaron a probarnos y ese fue un gran paso. Acercar nuestra industria a los consumidores finales seguirá siendo uno de nuestros principales objetivos.
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Hay otro reto prioritario.¿Qué tan duro fue el golpe de que no avanzara la modificación al IEPS que ustedes proponían, lo que supondría una carga fiscal más grande para la cerveza industrializada?
Fue muy duro. Trabajamos arduamente en temas de cabildeo. Tuvimos reuniones con diputados y senadores varias veces al día para sensibilizarlos sobre la iniciativa porque la mayoría de ellos no conocen el contexto y el ambiente tan retador que tenemos los cerveceros artesanales ante este duopolio que domina el mercado de la cerveza en México.
¿Por qué no pasó? ¿Qué percibes detrás de la negativa?
No tengo miedo en decir que hay grandes intereses de por medio. Y si la iniciativa no pasó es realmente por esos intereses. Ellos representan casi el 96% del consumo de alcohol en nuestro país. Son dos grandes contribuyentes que deberían pagar más impuestos. Todas las demás industrias estamos subsidiando un porcentaje que ellos deberían pagar; sin embargo, ellos tienen alcances mucho más grandes. No nos vamos a agachar porque no pudo pasar esa iniciativa, pero tampoco vamos a poner todos nuestros esfuerzos en el tema del IEPS. Hay varias vertientes para el crecimiento y fortalecimiento de nuestra industria, como las que hemos hablado. Si el esquema tributario no nos favorece en lo absoluto, tenemos que abrir nuestras alas, buscar otros horizontes y prepararnos para lo peor, pero esperando lo mejor.
En una industria que valora y procura al máximo la calidad de los ingredientes, ¿cómo enfrentar ahora la escasez y el alza de precios en los insumos?
Es uno de los retos y es uno de los grandes éxitos que hemos tenido: las compras consolidadas y colectivas. Sobre todo, en el tema de envases. Solos no somos lo suficientemente grandes para hacer una orden de compra significativa para la vidriera que es la gran proveedora en el país. Y ante la escasez de vidrio, el problema era más grande. En Acermex comenzamos a hacer grupos entre nuestros afiliados y logramos buenas compras.
¿Hay un área de oportunidad en la exportación de su cerveza?
En estos días tuvimos un foro de exportación a Hong Kong, pero es algo que sólo pueden soportar nuestras empresas medianas y grandes. Por ahora, es un tema incierto por los costos de los transportes.
A finales del año pasado, tu gremio presentó Arena, una bebida que denominaron “un hidromiel con un twist de lúpulo”. ¿Qué tanto deben abrirse a la innovación con nuevas combinaciones o productos?
El tema de hacer cerveza con algunos otros insumos es a final de cuentas una tendencia mundial. Se han incorporado algunos elementos en las cervezas artesanales porque es parte de nuestra esencia hacer colaboraciones y mezclas distintas. Es un tema muy natural en la cerveza artesanal. Las seltzers es una tendencia de Estados Unidos que llegó muy fuerte con la pandemia y nos ha salpicado. Las cervecerías artesanales ya están trabajando sus seltzers.
¿Cómo ves el futuro inmediato de la cerveza artesanal mexicana?
Lo veo creciente, optimista. Es una tendencia internacional el voltear a ver productos artesanales, locales y menos estandarizados. Eso llegará con fuerza a México. En Estados Unidos, la cerveza artesanal es “la cerveza de cervezas” y sin duda nosotros llegaremos a lo mismo en unos años.
