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Las Claves De La Transformación Y El Crecimiento Del Sector De La Papa En Colombia

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Las claves de la transformación y el crecimiento del sector de la papa en Colombia

Germán Palacio, gerente de Fedepapa, nos cuenta cómo se rescató la producción nacional, se invirtió en desarrollo, abrieron un centro de investigación y trabajan en aumentar la rentabilidad de los productores colombianos.

La papa es un ingrediente fundamental en la alimentación de los colombianos. El 90% de las familias la consumen, está en platos típicos, snacks y como acompañamiento favorito en la comida rápida. Es, de acuerdo a estimaciones de la Federación de Productores de Papa (Fedepapa), el segundo alimento en importancia después del arroz. Pero Colombia estuvo a punto de perder ese sector productivo, esta es la historia de cómo lo rescataron, ha crecido y se sigue transformando.

Desde hace ocho años, Germán Palacio es el gerente de Fedepapa. Oriundo del departamento de Antioquia, tiene más de tres décadas en el agronegocio. Es la voz más importante del gremio y quien lideró en 2022 la demanda antidumping que evitó que el mercado nacional siguiera amenazado por las importaciones desbordadas de papas a la francesa.

Palacio platicó con Goula.lat sobre los retos actuales del sector. Nos cuenta cómo avanzaron en innovación y tecnificación en sus procesos productivos, de los principales programas de apoyo, de la creación de un centro especializado en investigación y de las acciones para aumentar la rentabilidad de los productores nacionales.

El directivo afirma que la mayoría de los programas se logran gracias a los recursos que administra el Fondo de Fomento Nacional de la Papa, fondo parafiscal financiado con el aporte del 1% de las ventas de cada productor. Comparte que en 2014 inició con 700 millones de pesos*, hoy ya tienen 11 mil millones de pesos*.

“Ello nos ha permitido financiar la incorporación de nuevas tecnologías, campañas de consumo, capacitaciones en agricultura de precisión y formalización empresarial de productores”, expone Palacio.

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Las claves de la transformación y el crecimiento del sector de la papa en Colombia

Más de 100 mil familias campesinas dependen del cultivo de la papa y se han visto afectadas por incremento en el costo de producción, prácticas desleales de importadores y falta de capacidad de almacenamiento y transporte. ¿Qué programas existen para ayudarlos con tecnificación de procesos que permitan mayor eficiencia y rentabilidad?
El proyecto más importante en este momento es el desarrollo de semillas certificadas y mejoramiento genético para nuevas variedades, con una inversión de 2 mil 500 millones. En Villapinzón (Boyacá), el municipio más productor de papa, estamos terminando de montar un Centro Nacional de Investigación de Papa y un laboratorio para lograr la innovación tecnológica. Con un equipo de la Universidad Nacional, en 2023 lanzamos tres nuevas variedades de semillas: Jacky, Bachue y Villa. Estas revolucionarán el mercado porque los productores podrán migrar a variedades con mayor resistencia al estrés climático, que no dependen del uso de fertilizantes químicos y que responden más a las necesidades de consumo de los hogares y el sector industrial.

En los últimos cinco años, cayó la producción de papa en Colombia y entre 2022 y 2023 disminuyó el área sembrada en un 13%. Esto impactó en el consumo. ¿Qué planes tienen para revertir la caída?
Desde Fedepapa nunca hemos buscado incrementar las áreas. Nosotros no participamos en esos proyectos. La solución no es producir más sino comercializar. Hay que ser integrales, si bien el área de siembra ha disminuido cerca de 20 mil hectáreas, los rendimientos han aumentado sustancialmente. Hace 10 años, el rendimiento era de 18 toneladas por hectárea y hoy estamos por encima de 23 toneladas. Estamos compensando el área con mayor rendimiento.

¿Qué hace falta para mejorar la comercialización?
Ese es uno de los frentes en los que trabajamos, principalmente en la campaña de consumo. Hace 10 años, nos guiaban las cifras de un consumo aparente, pero empezamos a depurar la cifra y gracias a los recursos del fondo, hoy sabemos con precisión qué población nos compra y cuánto. Actualmente está por el orden de los 38 kilos por persona. Con las campañas de consumo queremos difundir los beneficios de la papa como carbohidrato sano. La penetración de la papa en los hogares colombianos la estimamos en un 90%, es decir, que la gente sí consume papa, pero necesitamos nuevos momentos de consumo y nuevos mercados.

En 2023, en Colombia el consumo per cápita de papa fue de 38 kilos, pero en países como Perú es de 90 kilos por persona. ¿A qué atribuye esta situación?
Esto se debe a que algunos influenciadores satanizan el producto en redes sociales y generan malas concepciones sobre la papa. Por ejemplo, que engorda o es un carbohidrato maligno. Debemos desmontar esos mitos. El tema de Perú es que la papa es muy económica y se produce con variedades nativas. Eso permite un mayor acceso al producto. Lo mismo sucede en Ecuador, donde el consumo es de cerca de 63 kilos. Estamos promoviendo campañas en todos los canales, donde invertimos cerca del 20% de los recursos en publicidad.

¿Cómo enfrentaron el dumping (importación de papa a un valor inferior a su precio de mercado)?
Fue gracias a lo que encontramos que Inglaterra importaba cerca de 600 mil toneladas de papa de Bélgica. Eso nos sirvió en la federación para demostrar que había dumping, porque se importaban 100 mil toneladas provenientes de Bélgica, con ello, evidenciamos que a nosotros nos vendían más barato el producto que al Reino Unido.

¿Cómo afectó esta situación al mercado interno? Muchas marcas prefieren importar el producto transformado y no utilizar la papa nacional.
En Colombia solo se importa papa en bastones. No entra papa fresca. Como lo demostramos en nuestra demanda de dumping que ganamos, los importadores utilizaban prácticas desleales. En Chile, las importaciones sí lograron acabar con la papa nacional, ahora todo es importado. En Colombia este tema iba a un ritmo acelerado, pues mientras en 2010 importaban 10 mil toneladas, en 2022 fueron 113 mil. Para 2023 logramos bajar a 70 mil gracias a las medidas que adoptaron con la demanda. De no ser así, hoy se estaría importando la totalidad de la papa que consume la industria nacional. Esa importación no cumple con temas de sanidad es papa de descarte en Bélgica.

¿Cuál es la meta para reducir las importaciones? ¿Hay capacidad de satisfacer la demanda con la producción local?
Sí. Por ejemplo, McCain, la multinacional canadiense que más papa produce en el mundo, hoy es industria nacional tiene cultivos y fábrica en Colombia. Ellos tienen la capacidad de autoabastecerse. Cuando instalamos la demanda, la capacidad de producción colombiana estaba siendo utilizada solo hasta un 50%, por lo que podemos garantizar al mercado que siempre tendrán producto.

¿Qué estrategias de innovación y transformación están desarrollando para incrementar su mercado?
Es un aspecto que se trabajará en el nuevo Centro de Investigación Nacional. Estamos buscando generar harina, almidones, papas chips y papas en bastón (papa a la francesa). Intentamos producir licores, pero no dio buen resultado. Lo que sí vemos es un gran potencial en la industria de la panadería, porque el pan de papa tiene mejores cualidades que el de trigo. Es un negocio importante para los productores.

¿Han pensado en replicar los casos de éxito de Inglaterra y Australia, países donde extraen el almidón de los residuos de la papa y el uso de la cáscara para la generación de bioplásticos o biocombustibles?
En este momento no nos hemos centrado en ese campo. Nuestro primer enfoque es la transformación primaria y los prototipos para sacar harinas, almidones, proteínas y posiblemente para alimentación animal.

*Estas cifras son en pesos colombianos.

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