Amir Kazemi comenzó vendiendo pistaches en una caja. Hoy sus productos se encuentran en los estantes de supermercados, tiendas de conveniencia y departamentales, cafeterías y en las centrales de abasto más concurridas del país. Cuenta sus producciones diarias en toneladas y llega casi a la totalidad del territorio nacional.
La marca que fundó, Mister Alimentos, comercializa frutos secos, semillas, gomitas, chocolates, superfoods y cremas untables veganas. Tiene un catálogo de 26 alimentos de marca propia, pero también venden a granel y empacan para otras marcas. Esta es la historia del comerciante iraní que entendió el antojo mexicano.
Kazemi cuenta que en sus tiempos de universitario en Pensilvania, Estados Unidos, recorría los dormitorios de sus compañeros con una caja en las manos, “les vendía pistaches, ahí supe que eso era lo que quería hacer, pero a gran escala”.
Hijo de migrantes iraníes asentados en EU, su padre vendía alfombras persas en Nueva York. Heredó su vena comercial pero eligió otro producto, el fruto de una planta desértica originaria de Asia occidental.
“Los pistaches me recuerdan Irán. Sus veranos calurosos y sus sabores. Cuando era niño nos llevaban. Varios amigos de mi padre los vendían, fue algo natural”, recuerda.
Estudió administración y un año de negocios internacionales, después se fue a probar suerte en Montreal, Canadá. “Ahí alguien me habló de México, me dijeron que había un mercado muy grande, la Central de Abastos y vine a conocerla un fin de semana”.
El empresario llegó a la CDMX en febrero de 1994. Después de recorrer sus pasillos, esquivar a los diableros, escuchar a los marchantes ofrecer sus productos y experimentar el bullicio comercial que se gesta en las entrañas de ese, el mercado más grande del mundo, entendió que aquello era lo que estaba buscando.
“En cinco días vendí lo que en Montreal me compraban en tres meses. No lo pensé. A los seis meses me vine a vivir aquí”.
Los primeros años fueron complicados. No hablaba español, se entendía a señas con sus clientes, en diciembre del año en que llegó, lo sorprendió la devaluación del peso y perdió “mucho dinero”. Enfrentó robos constantes y compradores que se iban sin pagar. No todo fue malo. A la par, conoció gente hospitalaria y calurosa que lo apoyó y orientó.
“Traía algunos productos de Irán, otros de California. Estudié mucho de cosechas, de importación y fundé mi propia marca. Mi propósito siempre ha sido que sea reconocida por ofrecer productos de calidad”, enfatiza.
Así nació Mister Alimentos. Primero fue la venta a granel en la Central de Abastos, que se extendió a opciones similares en el interior del país. Después llegó la marca propia que también se vende en supermercados como Walmart, y en departamentales como Palacio de Hierro y Liverpool, en donde es habitual encontrar su línea de superfoods, gourmet sin azúcar y mixes de frutos y semillas. La empresa también es proveedora y empacadora de otras marcas. Sus productos llegan al consumidor con las etiquetas de Starbucks, 7-Eleven, Circulo K, HEB y Sanborns.
Para la elaboración de sus alimentos compran insumos mexicanos, en su mayoría, pero también importan de 16 países, entre los que se cuentan EU, Brasil, India, España, China, Filipinas y Tailandia.
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La clave del éxito: entender el mercado a conquistar
Kazemi revela que entender tres características esenciales del mercado a conquistar resultaron en las claves de su éxito. Ofrecer siempre buena calidad, saber que al paladar mexicano le gustan los confitados y los enchilados, y acercar novedad, “los productos nuevos traen nuevos clientes”, afirma.
“Cuando aprendí a enchilar y a confitar abrí una puerta muy grande. Hicimos gomitas, lanzamos la mangomita, ese sabor de mango con chile es lo que más vendemos actualmente”.
También fabrican chicles, dulces comprimidos, superfoods en polvo como hemp, espirulina, goji, maca y moringa, entre otros. Tiene opciones gourmet con avellana, almendra y pistache cubiertos con chocolate sin azúcar, y una línea de cremas listas para untar.
“La variedad es lo que me hace diferente a los demás. Ahora hacemos frutas y semillas con sal rosa del Himalaya, bombones, galletas y pasas cubiertas de chocolate y vamos a lanzar una línea de 15 productos de la canasta básica”, adelanta.
Respecto del impacto que podría tener en sus productos, el nuevo etiquetado para alimentos y bebidas, Kazemi se muestra optimista porque el mayor volumen de sus ventas es a granel, pero ya invirtieron en la renovación de empaques, sobre todo de su línea de gomitas que incluye personajes animados.
“Ya hemos reducido azúcar y sales al máximo. Seguimos en la búsqueda de mejores fórmulas, también hemos innovado en mixes saludables de frutas sin dulzor ni sal añadidos.”
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Quiere enchilar a EU y Canadá
Por el momento, la marca solo tiene presencia nacional. Si bien se han expandido a lo largo de 26 años, la exigencia constante de novedad mantiene su producción al límite. Para conquistar nuevos mercados necesitan mayor volumen. La mira está puesta en los vecinos del norte: Estados Unidos y Canadá, de donde ya tienen pedidos que esperan surtir en febrero de 2021.
“Ahora producimos 10 toneladas de mangomitas por día, recién se compraron dos máquinas alemanas, cada una hará entre 23 y 25 toneladas, con eso llegaremos a 50 toneladas diarias. Ya se puede pensar en ventas de contenedores”.
Por lo pronto, la producción diaria de sus alimentos se completa con 6 toneladas de fruta, 4 de confitados, 2.5 de enchilados y la misma cantidad de cubiertos de chocolate. Mister Alimentos elabora 25 toneladas diarias.
Sobre el futuro y la expansión de su empresa, Kazemi remata, “hay que echarle muchas ganas y siempre hacer lo correcto. Soy pastor y predico todos los domingos, he aprendido que hay que ir paso a paso. Me gusta pensar que todo comenzó con una caja de pistaches”.
