El 12% del huevo que se produce en Colombia es libre de jaula o proviene de gallinas felices, nicho que, en los últimos cinco años se ha expandido en el país. La rentabilidad de este alimento es cercana al 30% y en los próximos años se prevé que siga creciendo. La demanda será impulsada por los consumidores que buscan opciones más saludables y la garantía de que los animales no sufren.
La estadística sobre la producción de ese alimento en suelo colombiano es de la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi). En 2023 reportó que 12% del huevo son de gallinas felices, modalidad que se incrementa debido a las exigencias de consumidores que preocupados por su salud, verifican que sus alimentos sean más naturales y saludables. A esto se suman las presiones por garantizar la calidad de vida de los animales.
Según la consultora avícola InOvo, la clave para que las gallinas sean felices es que se cumplan las cinco libertades: libre de hambre y sed, libre de incomodidades, libre de dolor, libre para expresar su comportamiento y libres de miedo y angustia.
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Historias de negocio de los productores de huevo libre de jaula en Colombia
En Colombia, empresas líderes de la industria como Huevos Oro, Santa Anita o Santa Reyes y empresas medianas y pequeñas como La Canasta o El Aviario, han apostado a esta práctica productiva.
“Gallina Feliz es una marca que cumplió 15 años. Fuimos los pioneros en el tema de cómo se tienen que revisar los procesos productivos, por eso, le apostamos al manejo del huevo campesino”, indicó Carlos Lozano, gerente general de la productora Santa Reyes.
Lozano explica que este tipo de huevo representa más del 10% de las ventas de esta empresa familiar. En 2023 vendieron 700 mil unidades. Aunque Santa Reyes ha sido pionera en este segmento del huevo, el negocio principal para ellos es la producción y venta de huevo con el proceso tradicional. Al respecto, Lozano comenta que es el segmento más grande de la población colombiana, pues ellos prefieren cuidar su economía.
Otra realidad es la de Gonzalo Flórez es CEO de la empresa El Aviario, tienen tres años de vida y nacieron para dedicarse a la producción de huevos de aves libres de jaula, su marca es FreeEggs y son originarios de Medellín. Sobre la producción de este tipo de huevo, Flórez dijo que las ganancias sí se incrementan en comparación con los huevos tradicionales, “las nuevas generaciones exigen, cada vez más, a las empresas un mayor compromiso ambiental con sus cadenas productivas, por ello es un negocio que ha venido creciendo 100% anual en los últimos años”.
El caso de Huevos Oro es distinto porque se dedican desde hace más de 42 años a producir sólo huevos de gallinas libres de jaula. Aseguran que su misión ha sido competir con calidad y no con cantidad. Ramiro Delgado, Managing Director de Huevos Oro, explica que tienen una rentabilidad promedio de 30%, lo que demuestra que esta es una apuesta ganadora. Huevos Oro tiene presencia en el mercado nacional y le ha apostado a un nicho de consumidores que buscan calidad por encima de economía.
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¿Por qué son más valorados los huevos de las gallinas libres de jaula?
Según Carlos Duque, director de sostenibilidad de Fenavi, el 70% de la avicultura en Colombia es de piso, es decir, no predomina la técnica de enjaulado. Estos procesos de aves en jaula suelen ser los más rentables porque en menos espacio logran poner más aves y los procesos están automatizados, “eso representa menos precio para el consumidor final”, explica Duque.
Las gallinas criadas en suelo es el modelo número uno del país, el cual aplican todas las empresas líderes de la industria como Santa Anita, Kikes o Santa Reyes.
“En este modelo se pueden mover con libertad, sin embargo, no todas las empresas tienen controles efectivos y terminan metiendo en espacios muy pequeños una gran cantidad de animales que no la pasan bien”, complementa el funcionario de Fenavi.
Estas aves, al igual que las enjauladas, son alimentadas con concentrados especiales para controlar su dieta y mantener uniformidad en el producto final. Para alimentar gallinas felices, en algunos casos se utiliza este tipo de concentrados, pero también, se complementa su alimentación con maíz, pasto y otros animales como grillos.
La principal diferencia entre el proceso de gallinas libres de jaula o felices y el tradicional es que las aves se les permite acceso a zonas con pastos, exhiban su comportamiento natural y disminuyen el estrés al que son sometidas en los sistemas convencionales de explotación, Con ello mejoran su bienestar y disminuyen la incidencia de enfermedades. Otra diferencia significativa, según Gonzalo Flórez, es que el productor tiene mayor control de sus aves y reduce las pérdidas de huevos y de animales.
“En galpones tradicionales conviven muchas aves en un espacio pequeño, ello genera que se pierda parte de la producción que el animal pisa. Por otro lado, es más difícil, por la sobrepoblación, tener un control del estado de cada una de las aves”.
Jorge Gómez, especialista en producción avícola de la Universidad Nacional de Colombia, expone que el sistema tradicional sigue siendo predominante debido a su capacidad para satisfacer la alta demanda de huevos a un costo competitivo.
“Los huevos de gallinas enjauladas pueden tener una menor calidad nutricional y organoléptica en comparación con los huevos de gallinas criadas en sistemas más naturales”, concluye Gómez.
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Mejor calidad, pero mayor precio. ¿Cuánto cuesta producir huevo libre de jaula?
Felipe Restrepo, investigador en bienestar animal de la Universidad de Antioquia, señala que la tendencia hacia la producción de gallinas felices refleja una mayor preocupación por el origen de los alimentos y el bienestar animal, “lo que puede traducirse en una mayor lealtad del consumidor y precios más altos”, refiere.
Estudios hechos por Santa Reyes, empresa pionera en la producción de huevo proveniente de gallinas felices, se expone que los huevos de gallinas criadas en libertad tienen mejores perfiles nutricionales, incluyendo mayores niveles de omega-3 y vitaminas. Se advierte que los consumidores están dispuestos a pagar un precio más alto por productos que consideran más éticos y saludables.
Ana María Rodríguez, economista agrícola del Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIES), indica que “aunque los costos iniciales de la producción de gallinas felices son 21% más altos, el mercado está mostrando una tendencia favorable hacia estos productos, lo que puede compensar los costos a largo plazo”.
Por ejemplo, en Colombia, una cubeta de 24 huevos de la marca Gallina Feliz tienen un precio de 20 mil pesos*; esa misma cantidad pero de gallinas ponedoras normales cuestan 15 mil pesos*. Otra marca, Santa Anita, vende los 24 huevos de gallinas consentidas en 23 mil 400 pesos; mientras que una cubeta tradicional está en 18 mil 100 pesos*. Hay otras marcas como las de los almacenes D1 o Ara, en donde una cubeta de 30 huevos tiene un precio de 14 mil pesos*, valores inalcanzables para las gallinas felices.
“Los consumidores que buscan calidad, terminan pagando los huevos al precio que se le cobren, sin embargo, el 80% de los colombianos viven con el salario mínimo, por lo que muchas veces la necesidad los lleva a no buscar calidad sino economía y por esa razón los procesos tradicionales de avicultura siguen siendo un negocio relevante en el país”, destacó Ana María Rodríguez.
Fenavi promociona sello de sostenibilidad que avala buen trato animal
Este año, Fenavi estrenó su sello de sostenibilidad, proyecto que incentiva buenas prácticas de sostenibilidad, entre ellas, el buen trato animal. Hay tres niveles de certificación: bronce, plata y diamante, que se obtienen de acuerdo con un puntaje hecho durante un proceso de evaluación. Se puso en marcha hace tres meses y ya hay 10 empresas certificadas. Para aplicar se debe presentar una solicitud en la página de Fenavi. El precio de la certificación varía de acuerdo con el tamaño de la empresa, pero va de 3 a 5 millones para las empresas pequeñas*, y entre 15 y 25 millones de pesos* para las medianas.
*Todas las cantidades en pesos en este texto se refieren a pesos colombianos.
