A finales de 2022, empresas alimentarias estadounidenses como General Mills, Hostess Brands y Frito-Lay, de PepsiCo, lanzaron al mercado sus versiones mini de alimentos icónicos. Cerealitos, pastelitos y frituritas comenzaron a poblar los estantes, según lo reportó The Wall Street Journal.
Este año, esa tendencia no sólo se ha fortalecido, ya está en franca expansión con obleas, más opciones de cereales, y otros bocadillos.
Los analistas de mercado señalan que la aceptación en estas presentaciones ayuda a las marcas a posicionar mejor sus alimentos. Además, ven una tendencia natural en el ser humano a comprar cosas pequeñas: la prueba está en que esos tamaños se agotan.
Lynn Dornblaser, directora de Innovación y Conocimiento de Mintel, investigadora de mercado, dijo que en el caso de los cereales, las nuevas generaciones identifican lo que comían sus padres y sus abuelos: “Tener algo divertido, fresco y nuevo lo hace relevante para un grupo completamente nuevo de consumidores, y es oro si las empresas pueden hacer que funcione”.