A nueve meses de la entrada en vigor del impuesto saludable a las bebidas azucaradas en Colombia, sí hay bebidas que se venden menos, pero no se debe al impuesto saludable sino a otros factores como la inflación, así lo señalan analistas y mediciones de mercado. Además, los colombianos están dejando de comprar alimentos como carnes frías y algunas frutas, pero para seguir comprando ¡gaseosas!
La consultora de mercado Kantar expuso que en el primer semestre de 2024 hay una mínima tendencia de contracción general en la compra de bebidas azucaradas de un 5% respecto al año pasado. Cifra similar a la que maneja otra consultora, Raddar, que en su informe, “Gastometría, análisis del Gasto de los Hogares en Colombia”, estableció que de enero a julio de 2024, las familias colombianas gastaron 5,2% menos en bebidas azucaradas que en 2023.
Ambas explican que esta disminución no está asociada al impuesto saludable, sino a la inflación que han sufrido las bebidas azucaradas, lo que ha mermado la capacidad de compra. Afirman que las familias colombianas no han dejado de adquirir este tipo de bebidas, pues prefieren dejar de consumir otros alimentos como carnes frías o algunas frutas que se han encarecido, para comprar gaseosas.
“Lo que hemos encontrado es que el impuesto, si bien está generando una pequeña afectación, hay una tendencia del consumidor a reducir su consumo en otras categorías no gravadas como frutas para hacer jugos”, explica John Studerus, gerente de analítica avanzada de Kantar Colombia.
Esa firma consultora observa que en lo que respecta a las bebidas azucaradas, las categorías más afectadas en venta son té líquido, leches saborizadas y jugos, con hasta un 15% de caída. En contraparte en gaseosas, bebidas hidratantes –como Gatorade – y las no alcohólicas a base de malta cebada, no hay registro de una disminución en ventas.
“Más que un impacto generalizado, las empresas deben comprender la dinámica específica de cada categoría para anticipar el impacto a futuro y a medida que vaya aumentando el impuesto en los próximos años”, agregó Studeros.
¿Cómo funciona en Colombia el impuesto a las bebidas con alto contenido de azúcar?
No hay que olvidar que la política del gobierno colombiano que pretende disminuir el consumo de alimentos y bebidas en ingredientes críticos como azúcar, sodio, grasas saturadas y edulcorantes, es la Ley 2277 de 2022, con ella se creó el impuesto saludable.
La base gravable para las bebidas azucaradas es sobre la cantidad de azúcar concentrada en cada 100 mililitros. La norma dice que las bebidas con menos de 4 gramos de azúcar no pagarán impuesto y que las que tengan una concentración de más de 8 gramos serán las que más impuestos pagarán.
Para 2024 la tarifa quedó de la siguiente forma: una bebida que contenga entre 4 y 8 gramos de azúcar debe pagar 18 pesos* por cada 100 mililitros. Es decir, si viene en una presentación de 335 mililitros pagará un impuesto de 60 pesos*, y una bebida de un litro pagará 180 pesos. Esta es la referencia para las opciones energizantes, algunas sodas y gaseosas.
A su vez, las bebidas con una concentración mayor a 8 gramos de azúcar, pagan 35 pesos. Es decir, una presentación en botella de 335 mililitros tendría un impuesto de 117 pesos*, y la presentación de un litro en 350 pesos*. En este grupo se encuentran las bebidas energizantes, leches saborizadas, gaseosas, jugos y refrescos en polvo, entre otros.
Para 2025, estas sumas crecerán a 38 pesos por cada 100 mililitros, para las bebidas que contengan entre 4 y 8 gramos de azúcar, el impuesto será de 65 pesos*. El consumidor deberá pagar por un litro de bebida hidratante, 380 pesos* de impuesto y por un litro de jugo, 650 pesos*. Por ejemplo, una Coca Cola de 2.5 litros hoy tiene un precio de 8 mil 200 pesos*, de los cuales 875 pesos son del impuesto saludable, el año entrante el gravamen se incrementa a 950 pesos*, y esta bebida se vendería a 9 mil 150 pesos, es decir, un 11% más.
Tenderos y familias con menos ingresos, los sectores más golpeados por el impuesto saludable
Camilo Montes, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos (Andi), dijo que la medida afecta profundamente al consumidor, “tendrá que pagar por sus alimentos un valor mucho más alto con afectación directa sobre su economía”. El directivo agrega que también impactará a los tenderos porque la mayor parte de sus ingresos proviene de la venta de bebidas que hoy están gravadas, “Esto supone un impacto económico monumental”, agregó.
David Velasco, socio de la firma Baker McKenzie, afirma que este impuesto, a nivel mundial, en ningún caso ha demostrado tener una correlación directa con la reducción de consumo.
“La realidad es que sí existe un cambio en la mentalidad del consumidor, pero no por el impuesto. Según un informe de Nielsen, casi al 69% de los compradores les gustaría contar con más información sobre los productos que compran. Es ahí en donde debemos enfocar esfuerzos para generar mayor transparencia en la información”, añade Velasco.
El estudio “Impacto de la Reforma Tributaria en Colombia” realizado por el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, tiene un capítulo sobre el impuesto saludable, ahí se indica que las familias de menores niveles de ingresos enfrentan un 4,6% en el incremento del gasto del hogar como consecuencia del impuesto saludable a bebidas azucaradas.Afirman que el impuesto pega a uno de los productos de mayor consumo en ese sector de la población.
*Todos las cantidades en este texto se refieren a pesos colombianos.