Nuestra ingratitud hacia las abejas es evidente. Su presencia en la tierra disminuye a tal grado que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) ha señalado que están en peligro de extinción. Son varios los factores que nos llevaron a esto, pero casi todos tienen como denominador común al ser humano: uso de agrotóxicos, deforestación, cambio climático y plagas, entre otros.
“Más del 75% de los cultivos alimentarios en el mundo dependen de ellas”, dijo Víctor Villalobos, titular de Sader, durante el foro virtual realizado en mayo pasado con motivo del Día Mundial de las Abejas.
“Son nuestras mejores aliadas para la seguridad alimentaria del mundo y para lograr nuestras metas como país de autosuficiencia alimentaria”, enfatizó sobre los insectos polinizadores.
Sin abejas, no hay comida, no hay vida. Las superheroínas de la alimentación necesitan ayuda y estas empresas de la industria de alimentos y bebidas realizan acciones en favor de su conservación.
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El restaurante que apoya a las abejas y a sus guardianes
La cadena de restaurantes Toks que acaba de cumplir 50 años en México es una de las empresas con más historial en fomentar el bienestar de las abejas. “Hemos tenido diferentes iniciativas. La más antigua inició en octubre de 2003 y se enfocó en la compra y preservación de apiarios de grupos indígenas amuzgos en la comunidad de Xochistlahuaca, Guerrero”, recuerda Gustavo Pérez, director de responsabilidad social de Grupo Restaurantero Gigante, firma propietaria de Toks.
Este proyecto, que comenzó con 800 colmenas y ahora cuenta con más de 4 mil, se basa en un sistema de comercio justo y sostenible donde se impulsa y apoya a los apicultores para ser los guardianes de las abejas y sus productos.
Una más de las iniciativas de Toks en este sentido es su alianza con Corazón de Abeja, organización hidalguense que agrupa 12 productores de miel y otros productos agregados (champús y jabones, por ejemplo), a quienes ha apoyado con talleres de acceso al mercado, diseño de imagen y mejores prácticas.
Abejas por la Vida es otra asociación con la que trabajan: “Antes de la pandemia, hicimos con ellos campañas de concientización y de recaudación de fondos entre nuestros clientes”, comenta Gustavo Pérez. En 2020, Toks compró 600 abejas de peluche elaboradas en un taller en Nezahualcóyotl, Estado de México, integrado por personas en proceso de rehabilitación por adicciones. Al venderlas en sus restaurantes, las ganancias se tradujeron en recursos para Abejas por la Vida.
Hay más de estas acciones de Toks en favor de las abejas, pero quizá el dato más revelador es el dinero que han pagado por la miel que utilizan en su menú y que también tienen a la venta al público en sus mostradores: los pequeños productores con los que trabajan, calcula el directivo, han recibido unos 70 millones de pesos por su miel en todo este tiempo. “Siempre pagando precios justos: en octubre de 2003, los productores vendían a 4 pesos el litro de miel a los ‘coyotes’, Toks llegó y se los empezó a comprar en 40, para darnos una idea”, explica.
Y no es que Toks sea demasiado bondadoso, es el valor real de un producto que al restaurante le reditúa. “Sí se puede ser una empresa con fines de lucro y construir en favor tanto de las personas como del planeta, y en este caso del polinizador más grande del mundo”, concluye Gustavo Pérez.
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El santuario para las abejas que promueve la apicultura orgánica
Se trata del primer santuario de abejas en Latinoamérica, pero también es un emprendimiento que ofrece su propia marca de miel y un laboratorio. BeeRing se autodenomina como el proyecto sustentable más importante de México para la protección, preservación y conservación de las abejas.
El santuario BeeRing se encuentra en Jardines de México, parque temático en el estado de Morelos. Nació en 2019 y alberga 36 colmenas que pueden ser contempladas en visitas guiadas.
“Buscamos sensibilizar a los visitantes respecto al amor y respeto que merecen las abejas, que han sido consideradas como los seres vivos más importantes del planeta”, comenta Daniel Altafi, director de Jardines de México.
No se trata sólo de un showroom porque parte de las colmenas del santuario son monitoreadas en tiempo real las 24 horas del día con sensores y micrófonos. Ello genera información sobre el comportamiento de los insectos que posteriormente podrá utilizarse por investigadores de todo el mundo.
Esta iniciativa ha generado a la par un negocio de apicultura orgánica y sustentable. “Con esa filosofía y con muchos cuidados en la producción y el apoyo de apicultores guerrerenses lanzamos Miel Altiplano, velas de cera de abeja y una innovadora colmena de observación —algo así como el equivalente a una granja de hormigas— todo está disponible en Jardines de México y en Amazon”, agrega Altafi.
Las metas de BeeRing alcanzan incluso temas políticos: sus impulsores trabajan en una iniciativa de ley que presentarán a nivel estatal para que los derechos de las abejas sean reconocidos. Consideran que su iniciativa podría ser el principio del camino rumbo a una apicultura mexicana más consciente. Un tributo para las abejas que tanto aportan a los seres humanos.
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La marca de miel que siembra árboles para que las abejas se alimenten
Grupo Herdez inició, con Miel Carlota, sus labores en pro de las abejas en 2006. La mejor forma de ayudar que encontraron en ese momento fue aportar abejas reinas y cajones (colmenas) para mejorar la cantidad y la calidad de miel de sus apicultores. A partir de ahí, las estrategias de la marca para garantizar una producción sustentable de miel han variado según las necesidades de sus productores y las demandas del medio ambiente.
“En un tiempo nos enfocamos en sembrar árboles de lipa, los cuales florecen todo el año y permiten que las abejas se alimenten y sobrevivan durante la época en que no hay floración”, ejemplifica Humberto Murillo, gerente de marca de Miel Carlota.
Este año, los Apicultores de Champotón, organización de productores ubicada en Campeche, recibirán de parte de Miel Carlota, 50 piezas de ahumadores, cuchillos especuladores, bastidores y equipos de protección.
“Nos acercamos a las comunidades de apicultores para escuchar lo que requieren porque no todo es llevar colmenas”, señala Murillo. El gerente afirma que la marca de miel destina alrededor del 30% de su presupuesto anual a proporcionar ese tipo de apoyos a sus productores.
Miel Carlota trabaja con organizaciones de apicultores de Yucatán, Zacatecas y Campeche a quienes, asegura, les pagan un precio justo y a tiempo por su producto, “lo actualizamos cada temporada porque sabemos que ellos dependen de ese ingreso”, señala el directivo.
Hay una estrategia en favor de las abejas que les interesa resaltar: la campaña de comunicación de Miel Carlota apoyada en influencers. Así podemos ver a Facundo, el irreverente comediante y presentador, junto al ambientalista Arturo Islas Allende en un viaje a través del reconocimiento de la abeja como el ser vivo que no sólo produce miel, sino que es fundamental para la vida en el planeta. A juzgar por sus más de 270 mil vistas en YouTube, no es una mala idea.
