El 13 de octubre todos vimos en las noticias y con enorme sorpresa una lista de marcas de quesos que, decía la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), no eran tales. Entre ellos, figuraban marcas clásicas como Lala, Fud, Covadonga, Caperucita, Portales, Cremería Aurrera y Philadelphia. Según el organismo gubernamental, estas marcas incumplían la Norma Oficial de Queso NOM-223-SCFI/SAGARPA-2018, así como la NOM-002-SCFI-2011, sobre contenido neto, tolerancias y métodos de verificación, y la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, referente a las especificaciones generales de etiquetado.
Si bien no todos los quesos de dichas marcas fueron retirados del mercado, los que recibieron la prohibición fueron aquellos calificados como “engañosos”. En algunos casos el “100% de leche” que decía la etiqueta no se veía reflejado en la fórmula, mientras que en otros se había hallado grasa vegetal y hasta en algunos más se incumplía el gramaje declarado.
Los quesos problemáticos eran panela de Fud y Zwan, el tipo manchego de Lala, Fud, Aurrera, Caperucita, Zwan Premium y Covadonga, entre otros.
El mundo se dividió en dos: quienes protestaban por la injusticia de retirar estos productos del mercado, algo que consideraron atentaba contra sus derechos como consumidores, y el bando contrario que se molestó ante lo que consideraban un engaño de la industria que —en eso sí coincidían— atentaba contra sus derechos como consumidores.
No obstante, apenas cuatro días después, los quesos fueron exonerados por Profeco. En un comunicado la dependencia expresó: “Las audiencias que ha sostenido la Profeco, encabezadas por el Procurador Ricardo Sheffield, con las empresas de alimentos, no son para hacer aclaraciones, sino para que prueben que las correcciones y los cambios a sus etiquetas y contenidos fueron hechos para cumplir con las normas oficiales mexicanas”. ¿Qué ocurrió antes y en medio de la prohibición para semejante timonazo en tiempo récord?
Las marcas no hablan
El 14 de octubre, Fud compartió en un comunicado por sus redes sociales que sus quesos son fabricados 100% con leche y que la Profeco los había incluido en la lista “negra” por el gramaje declarado en las etiquetas, pese a que estos “cumplen con lo establecido por la normatividad”.
Un camino similar, de comunicados de prensa, siguieron Covadonga, Caperucita y Lala. El contacto directo con las marcas, para responder sobre cómo había afectado la acción de la Profeco a la imagen de los productos y a las ventas, fue imposible. Lo que sí pudo saber Goula, por medio de una publirrelacionista de una de estas marcas, fue que decidieron no hablar del tema con la prensa. Según la profesional, la Profeco habría actuado sin investigar antes cuál era el estatus de los quesos seleccionados para el estudio, algunos de los cuales estaban en proceso de ser reformulados y otros lo habían sido recientemente.
Qué dice la Profeco respecto de los quesos
Consultados sobre cómo fue el proceso que llevó a solicitar la retirada del mercado de estas marcas y por qué regresaron tan pronto a los anaqueles, Jesús Montaño, director general de Información Institucional y Vinculación Social de Profeco dijo en entrevista con Goula que en los últimos dos años se han realizado análisis a diferentes tipo de quesos y explicó las normas con las que tienen que cumplir para que un queso sea realmente queso:
- Su origen debe ser 100% de leche cuajada
- No se le deben agregar grasas vegetales
- La proporción entre las proteínas de suero y la caseína no debe ser superior a las de la leche
- Como quesos están regulados por la “NOM-223-SCFI/SAGARPA-2018, Queso-Denominación, especificaciones, información comercial y métodos de prueba
¿Cuántos quesos se analizaron?
Se evaluaron 22 productos correspondientes a 11 quesos; nueve denominaciones imitaciones, estilos o tipo queso y dos preparaciones alimenticias tipo queso amarillo en sus diferentes denominaciones. En todos los casos se verificó el contenido de agua, ya que en el caso de algunas marcas el agua añadida llega a ser el principal ingrediente. También checamos la presencia de almidón y el contenido de grasa vegetal que se usan para abaratar el producto.
¿Cuál es el problema con los quesos llamados “tipo”?
En España se denomina queso manchego al elaborado en la comarca de La Mancha, a partir de leche de ovejas de raza manchega, con un periodo de maduración mínimo de 60 días. Las ovejas proceden de ganaderías registradas en la denominación de origen. En México los fabricantes de quesos utilizaban la denominación “queso tipo manchego” para el producto que se obtiene a partir de leche pasteurizada entera de vaca, sometida a procesos de coagulación, cortado, desuerado, fermentado, salado, prensado y madurado, durante un periodo mínimo de siete días a temperatura y humedad controladas. Por lo tanto no sólo es una imitación de un tipo de queso, sino de un queso con denominación de origen y eso no está permitido por la ley.
Algunas marcas objetaron que el estudio no tuvo en cuenta los procesos de reformulación por los que estaban pasando sus productos, entre otras cosas. ¿Qué opina?
Antes de publicar un estudio de calidad, el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor notifica a las empresas involucradas el resultado obtenido, para que ellos tomen las medidas necesarias y las notifiquen a la Profeco. Los productores no acreditaron haber hecho las modificaciones requeridas, sino hasta que la Secretaría de Economía emitió la orden de retirar algunos productos del mercado.
Estudios de calidad para quesos
Luego de impugnaciones y reformulaciones, hacia el 17 de octubre, 13 marcas tuvieron su regreso glorioso a los anaqueles: Swan, Covadonga, Lala y Caperucita, entre otras.
Los estudios de calidad se han creado para apoyar el consumo saludable de productos industriales y en este sentido, el hecho de que las compañías decidan responder pronto con una reformulación de los mismos ante la posibilidad de ser sacados del mercado puede resultar en un beneficio para ambas partes.
