Nada detiene al tequila. Ni la pandemia ni el cierre de restaurantes y bares. Los récords en producción y exportación del destilado mexicano, de tan comunes al alza, casi dejan de ser noticia. Ahora todo indica que la guerra Ruso-Ucraniana podría ser incluso una oportunidad para nuestro destilado nacional.
Los ojos de la industria estaban puestos en exportar más a China y en seguir penetrando en los Estados Unidos, pero Rusia invadió Ucrania y las expectativas cambiaron.
The Distilled Spirits Council of the United States (DISCUS) reporta en su “2021 Economic Briefing”, que el tequila es la segunda bebida espirituosa más vendida en Estados Unidos con ingresos por 5,200 millones de dólares. El primer lugar es para el vodka con 7,300 millones de dólares. En entrevista, Luis Fernando Félix, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Tequilera (CNIT), nos confirmó ese dato.
El pasado 11 de marzo, el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que prohibiría las importaciones de vodka, caviar y diamantes rusos como parte de las sanciones económicas que su gobierno ha impuesto a Rusia. Ante ese escenario, el destilado nacional está ante una enorme oportunidad de incrementar todavía más su dominio en los Estados Unidos.
Al cierre del año pasado había más de 1,950 marcas de tequila en México y el extranjero. La producción total de ese destilado durante 2021 fue de 527 millones de litros, 40.9% más que en 2020. Las exportaciones se incrementaron en casi 20%.
El directivo señala que el futuro es promisorio porque salvo en México, donde la participación del licor es del 40%, en todos los demás países está en promedio en apenas un 3%. “Lo único que tenemos es oportunidades y esperamos seguir creciendo”, expone.
Entre los principales retos de la industria a nivel internacional están mantener a salvo la bebida de quienes se quieren colgar de su éxito, ya sea un sembrador de agave en Australia o de una de las compañías cerveceras más grandes del mundo, que quieran vender más a nombre del destilado.
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Luego de cumplir un año al frente de la CNIT, de febrero de 2021 a febrero de 2022, fuiste reelegido como presidente. ¿Cuál de los logros del plan de trabajo del año pasado te dejó más satisfecho?
Un año es poco tiempo para realmente dar resultados. Para mí, lo más interesante fue conocer con detalle a todos los participantes en la industria tequilera y a todos en la cámara. Destaco la apuesta importante que hicimos por cambiar el esquema de impuestos en nuestro país. Uno de los logros importantes es que alineamos a la industria y lideramos la propuesta. Explicamos muy bien a la Secretaría de Hacienda y a los legisladores un esquema de impuestos que creemos es más equitativo, que recauda incluso más y que es usado en diferentes partes del mundo. Sembramos ya una buena semilla que ojalá pueda dar frutos más adelante.
Aunque los productores de vinos y licores se unieron como nunca antes, no lograron el cambio del IEPS a la modalidad ad quantum. ¿Qué hace falta para que esto se concrete?
Yo creo que hicimos un buen trabajo. Quizá llegamos un poco tarde porque ya había una señal desde arriba de que no habría más impuestos. Ese fue el tema principal. Este año, volveremos con la iniciativa, con más tiempo, quizá con una propuesta más preparada para tratar de conciliar y que más actores se alineen con esta iniciativa.
A pesar del panorama global, su agroindustria ha alcanzado cifras récord en producción y exportación en los últimos años. ¿Qué factores lo han consolidado?
El tequila es cada vez más reconocido como una buena bebida. La gente que lo prueba, lo adopta porque su calidad no está a discusión. Claramente, también hay factores externos. Muchas de las compañías transnacionales ahora ya tienen un tequila en sus portafolios y han dedicado mucho tiempo a promoverlo fuera de México. Está también la participación de celebridades que han lanzado sus propios tequilas y eso le da más reconocimiento a la categoría. Le da esta aspiración que deben tener las bebidas alcohólicas: cuando estas personalidades tienen sus marcas de tequila, las consumen y las promueven, eso hace que la gente se pregunte por qué están tomando tequila y se suman a la moda. Un tercer elemento es que durante la pandemia la gente eligió esta bebida para llevarla a casa. El tequila es quizá la opción más versátil que hay, se toma ‘derecho’, en cocteles…la margarita, es por ejemplo, el cóctel más vendido en Estados Unidos. Esa bondad del tequila ha hecho que la gente lo adopte.
Estados Unidos es su mercado número uno de exportación. ¿A qué países le hace falta más presencia de tequila? ¿Qué mercados internacionales tienen en la mira?
En Estados Unidos, que además es el mercado más importante de tequila, las ventas crecieron entre un 18% y 20%. En mercados como Latinoamérica vimos un crecimiento muy alto, igual que en Europa. Esto a pesar de que el tequila se vende más en restaurantes y bares: cuando reabrieron tenían inventarios bajos de tequila y comenzaron a comprar. La Cámara ha tenido acercamiento con muchos países. El año pasado tuvimos contacto con más de 12 embajadas para ver si había posibilidad de extendernos. La verdad es que el tequila está en casi 120 países y no nos faltan muchos países que tengan potencial. Quizá, por población y desarrollo, en India y China puede ser importante el crecimiento porque su consumo de tequila aún es muy bajito. Hay muchas compañías que ya están apuntando a China y creen que puede ser un buen escaparate para nuestra categoría.
El tequila representa apenas el 1% del mercado mundial de bebidas espirituosas. ¿Cuál es el siguiente paso para vender aún más?
Vamos en ese camino. En Estados Unidos, el tequila fue la categoría que más creció en 2021, más que el whisky americano, vodka, ginebra y demás. Estados Unidos es importante porque siempre ha sido un escaparate: la gente de todo el mundo viaja a ese país y ve que, en el anaquel de cualquier restaurante, el espacio dedicado al tequila equivale a mucho más que ese 1%. Hoy el tequila es la categoría en valor número dos en Estados Unidos, sólo detrás del vodka. Es un logro importantísimo.
¿Basta con acercar el tequila a los nuevos mercados para incrementar las ventas?
Yo creo que más bien es un proceso: la gente entra al mundo del tequila quizá por la fiesta y demás, pero muchos países ya empiezan a probar el tequila por algo más, como lo tomamos en México, que no es solamente para fiesta. La gente empieza a experimentar y le gusta. Es un proceso natural de adopción, que la gente vea y pruebe que el tequila también se puede tomar solo, que se puede disfrutar después de la comida, que hay tequilas cristalinos, que hay extra añejos… eso ayudará muchísimo para que el tequila sea mucho más apreciado en otros lugares donde su consumo todavía es menor. Esa promoción la hacen las empresas. Nosotros no hacemos promoción porque no tenemos fondos suficientes para ello. La Cámara está para ayudar a las empresas en temas de competitividad, en proteger la denominación de origen, revisar todo el tema normativo, entre otras labores.
Por cierto, sabemos que no son tequila, pero ¿qué opinas de la bebida de agave que quiere lanzar la empresa australiana Top Shelf International y la relativamente nueva bebida de agave que hacen en Morelos llamada Ávila? ¿Significan algún tipo de competencia para su bebida?
Tenemos la primera denominación de origen del país, que es el Tequila, y tenemos todo para protegerla. Contamos con un organismo como el Consejo Regulador del Tequila (CRT), que protege la denominación y supervisa que el tequila se produzca como debe producirse. Fuera de México, la denominación está aceptada en muchos países. El año pasado fue muy sonada una disputa que tuvo el CRT con una compañía cervecera que decía que su cerveza tenía tequila, lo cual no era así. No creo que estas bebidas sean un riesgo tan importante porque el tequila es reconocido como una bebida mexicana y si sale una bebida sudafricana o australiana diciendo que es tequila, me parece que la gente no los va a reconocer como tal.
El conflicto que mencionas fue con Heineken por su bebida Desperados que utilizaba la palabra “tequila”. ¿Cómo se solucionó? ¿Cuáles fueron los términos del acuerdo?
No podemos dar a conocer los términos, pero se llegó a un acuerdo con ellos para que gradualmente vayan desapareciendo la palabra tequila de sus latas y botellas. Este fue un caso muy grande, pero siempre aparecen bebidas así. El CRT tiene un área legal que está activamente viendo casos como éste.
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De acuerdo con Clearsale, una empresa de soluciones antifraudes, la bebida alcohólica favorita para defraudar con bebidas apócrifas a través de e-commerce es el tequila. ¿Este es un problema más grande ahora?
Es muy difícil medir la cantidad de producto que no es producto original y que se vende. Tenemos una idea, pero es difícil medir y es difícil cuantificar si ha crecido o no. Yo creo que las compañías están haciendo todo para fortalecer temas de etiquetado, de tapones irrellenables y buscando más alternativas, pero siempre existe esta “creatividad” para vender bebidas que no son. No te podría decir si ha crecido esto por el comercio electrónico. Lo que sí puedo decir es que el comercio electrónico tiene todavía un peso específico muy pequeño para nosotros, no llega ni al 4% de las ventas.
Aunque sea difícil medir, ¿qué tanto te preocupan los temas de piratería y adulteración?
Mucho. Es un tema, más allá de la pérdida económica, de salud pública que nos preocupa y nos ocupa muchísimo. El último dato que teníamos es que estos problemas pueden llegar a cerca del 30% de las bebidas. No es un tema exclusivamente del tequila, pero estas bebidas de precio alto están sujetas a estas bandas que adulteran el producto.
¿Consideras que las autoridades llevan a cabo las acciones necesarias para combatir estas prácticas?
Pues trabajamos muy de cerca con ellos. Me parece que no es un tema fácil. ¿Se podría hacer más? Seguramente sí.
Hablando de temas que no son fáciles: tanto el aguacate como el limón han sido cultivos en los que se ha detectado la mano del crimen organizado. ¿Cómo está el tequila en este aspecto? ¿Qué tanto han incursionado los grupos delincuenciales en su industria?
Tenemos muchas empresas establecidas en México, algunas grandes transnacionales y algunas otras empresas familiares de mucho tiempo. La verdad es que todos nos conocemos. Entonces, yo diría en ese sentido y a ese nivel que no hay participación del crimen organizado. Se han dado casos, en el cultivo, de campos en el que se han robado agaves. Pero sí es un tema que nos preocupa hacia el futuro.
¿Qué hace la CNIT para apoyar a los productores que puedan padecer esto?
La Cámara y el CRT tenemos un contacto cercano con ellos. Con el CRT, que es quien supervisa que los agaves tengan la edad que dicen tener, que los plantíos estén de acuerdo a la denominación, que estén etiquetados y que vigila qué es lo que sale de cada campo, creo que estamos bien cubiertos. No creo que haya mucho que hacer porque el asunto tampoco es tan fuerte hoy. Ahora son más temas de amenazas relacionadas con no entrar a ciertas zonas porque no se puede plantar ahí.
Se dice que hay una sobreexplotación del agave y que eso puede afectar la producción de tequila en el futuro. ¿Hasta cuándo está asegurada la producción de agave maduro?
En algún tiempo tuvimos problema de abasto de materia prima de agave, pero lo que estamos viendo es que hay suficiente agave para la proyección tan agresiva que podemos tener. El agave maduro ya está disponible y tenemos asegurado más de 1,100 millones de plantas en el campo ya puestas. El consumo de agave anual es de 80 millones de plantas, así que hay entre 13 y 14 años de, digamos, agave ya plantado. Me parece que el agave no va a ser un reto por ahora.
¿Cuál es la perspectiva para el tequila durante la próxima década?
Estamos muy positivos y creemos que el tequila tiene probabilidad de crecer. Como decían, la participación del tequila contra el resto de bebidas es todavía muy pequeña. Salvo en México, donde nuestra participación es del 40%, en todos los demás países estamos en promedio en un 3%. Lo único que tenemos es oportunidades y esperamos seguir creciendo, que el tequila siga de moda y que la gente siga reconociendo la calidad y el trabajo de los tequileros. El tequila encaja perfectamente con esta tendencia global de jóvenes que están buscando productos artesanales. No hay nada más artesanal que sembrar un agave, cortarlo y llevarlo a la fábrica donde el proceso también es muy artesanal.