Todo comenzó hace un par de décadas, cuando se decidió aprovechar el hecho de que si empacas las lechugas con todo y su raíz, duran más tiempo frescas. Fue en la primera década de este siglo cuando en los supermercados se comenzaron a ofrecer diferentes variedades de esta verdura en empaques plásticos con todo y su raíz. No solamente se aseguraba una mayor vida en anaquel, también permitía una mayor durabilidad en los refrigeradores caseros del consumidor final.
La idea de cómo ofrecer el producto se sumó a otra innovación que aseguraba una cosecha perfectamente controlada: el cultivo hidropónico. En él, los vegetales no crecen sobre la tierra, sino que se les suministran los minerales necesarios para su crecimiento por medio del agua.
Ese mismo impulso innovador los llevó a ser reconocidos en los Goula Awards 2021 como Mejor Diseño de Empaque, en la categoría Transparencia e Imagen.
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Una iniciativa con linaje empresarial
La tradición de innovación de Grupo Altex, la empresa que encabezó esos esfuerzos, a través de su marca Eva, surgió desde sus inicios, a mediados de la década de los ochenta. Nació como proveedora de materias primas, equipos, maquinaria, moldes y exhibidores para las empresas de Grupo Bimbo.
A ambas empresas los une el mismo linaje de empresarios: el fundador de Altex es Roberto Servitje Achutegui. Su padre, Roberto Servitje Sendra fue uno de los fundadores de Bimbo, junto con su hermano Lorenzo. En 1999, Altex se conformó como una empresa independiente para seguir con su tradición de innovación.
Altex abarca varios rubros que van desde la producción agrícola hasta la acuicultura. Cuentan con nueve plantas en siete estados de la república. El corporativo está en la Ciudad de México, y tiene oficinas de representación en Barcelona, Tokio y Miami. Con ventas anuales superiores a 600 millones de dólares, desde 2009, Altex es dirigida por la tercera generación de esta dinastía, los hermanos Mauricio y Roberto Servitje Labarrere, hijos de Servitje Achutegui.
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Desarrollo aplicado al diseño de empaque
Para explicar el esfuerzo y las razones que los llevaron a ser reconocidos en los Goula Awards, conversamos con Uriel Pineda, gerente de desarrollo de materiales de empaque, parte del área de investigación y desarrollo de Grupo Altex.
“Repensar, rediseñar, reciclar, reducir y reutilizar”. Pineda recita los ejes que rigen la filosofía de trabajo con los que crean sus empaques. “Se trata de economía circular”, dice.
Detrás del diseño de un empaque se busca tener materiales de bajo impacto, que no sean de un sólo uso, y que eficienten las técnicas de producción.
“No nada más es el empaque, que es muy atractivo y amigable con el medio ambiente, también se trata de optimizar toda la cadena de ese producto.”
El empaque tipo clam que resultó premiado, que se ha vuelto un distintivo de las lechugas Eva, es un plástico PET reciclado y a la vez reciclable. “Los materiales con los que está hecha la lámina ya vienen de un proceso anterior, reciclado. Y una vez que se utiliza es reciclable: lo recogen, lo muelen y se puede reutilizar para otro tipo de materiales: cubetas, escobas, ganchos. Es un material que sigue su ciclo de uso.”
Para asegurarse que las láminas que conforman su PET sean de material reciclado, únicamente se adquieren materiales certificados. “Hay empresas de las que no se sabe de dónde viene su PET: en la industria del plástico hay muchos materiales de dudosa procedencia. En cambio, nuestros proveedores están 100% certificados de que su PET se obtiene del reciclaje”, asegura y agrega: “Es el mejor plástico que hay a nivel industrialización. El 100% de nuestros contenedores se recicla.”
A todos sus proveedores se les solicita que sus materiales sean para contacto con alimentos, de acuerdo a las normas de trazabilidad de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). También se les pide que todos los componentes y resinas involucrados en la fabricación de los contenedores tengan proveedores certificados.
“Les pedimos todos esos documentos que nos dan la certeza de que estamos trabajando con proveedores que no vienen con resinas de dudosa procedencia, que el material reciclado cumple sus procesos de lavado y de esterilización para volverlos a integrar a nuestros procesos.”
Uriel aclara: “El envase lo desarrollamos junto con los proveedores, pero no los fabricamos. Nosotros diseñamos la forma en que queremos nuestro contenedor, los materiales que requerimos en cantidad y en peso, y esas especificaciones se las damos al proveedor.”
Pineda informa que Altex en 2020 puso en circulación 13 millones de contenedores al año. “Todo se mueve con el flujo de venta. Cada vez se consume más. Desde hace algunos años hay un boom de este tipo de productos. Para nosotros es incremental.”
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Investigación, una apuesta a largo plazo
Como en toda área de Investigación y Desarrollo, la innovación no se detiene. “Hemos pensado mucho en el tema de biodegradables. Hay la tecnología y las herramientas para hacerlo, pero encontramos que si ese material se queda tirado en la banqueta no va a cumplir su proceso de biodegradación. Este ocurre sólo bajo ciertas condiciones en un relleno sanitario.”
Para estos fines, su equipo está explorando opciones biodegradables o de fuente renovable: semillas de maíz, semillas de aguacate. “También buscamos que nuestros contenedores tengan una menor área de plástico pero que sigan manteniendo la misma calidad, el mismo diseño hasta el cliente final.”
Los retos para lograrlo recaen en muchos aspectos. Por un lado, las fuentes de suministro. También se hacen pruebas de vida de anaquel para mantener el perfil de producto. Se aplican a su vez pruebas de transporte: que no se rompan las cajas o los contenedores. Y no dejan de lado el tema de costo, “porque esto es un ganar ganar”, dice Pineda.
Él visualiza que estas renovaciones a los empaques llegarán al mercado en el mediano a largo plazo. “En unos dos años ya podremos tener materiales ya comprobados y listos para ser comercializados”.