Este mes cumplen un año. Iniciaron cuatro personas y hoy su planta laboral es de 280. Se reconocen como una empresa tecnológica y durante la pandemia ocasionada por el COVID-19, esa tecnología les permitió incrementar sus pedidos en 500%. Jüsto es un supermercado en línea que, por ahora, sólo reparte en la CDMX. Esperan cerrar el año con operaciones en Querétaro, Monterrey y Guadalajara. Para 2021 darán pasos significativos para llegar a Colombia y Perú.
Acaban de cerrar una ronda de inversión por 12 millones de dólares. No es la primera: a finales del año pasado ya habían alcanzado los 10 millones de dólares en una ronda inicial. “La mayoría de los inversionistas repitieron; lo que hicieron fue doblar su apuesta. Por la pandemia, todo fue remoto”, afirma Manolo Fernández, director de Planeación de Jüsto. Entre sus inversionistas están fondos como Mountain Nazca, Foundation Capital, Femsa Ventures y 500 Startups.
Esa última inversión ayudará a perfeccionar su modelo de operación en la CDMX, a comenzar el mes entrante con envíos en Querétaro, y continuar, antes de que concluya el año, con Guadalajara y Monterrey.
“Tenemos planes de abrir una tercera ronda de inversiones para enero entrante que nos ayudará a arrancar en Colombia y Perú, después Chile. A Brasil lo dejamos al final por sus dimensiones”, agrega Manolo, quien subraya que su mejor escuela ha sido esta ciudad: “si lo logramos aquí, lo podemos poner en práctica en cualquier ciudad del mundo”.
Los buenos resultados de Jüsto se explican mejor con las altas ventas de supermercados en línea durante la pandemia. Es una categoría que había permanecido un tanto aletargada, pero el confinamiento y la pertinencia de no acudir a los supermercados fueron el impulso necesario para incrementar sus pedidos.
“Antes de la pandemia apenas el 1% de compras de supermercados se hacía en línea. La tasa prácticamente se triplicó, aún así vamos atrasados respecto a otros países como China o Corea del Sur que están cerca del 18%. Este es un hábito de consumo que se va a incrementar”, expone Manolo.
A ese mercado en crecimiento le apostó Ricardo Weder, ex CEO global de Cabify y creador de Jüsto, que por cierto, se promociona con diéresis, que en su logo se transforman en una carita feliz. Weder reunió a un grupo de trabajo con un común denominador: dominio de logística de envío y tecnología. Ex empleados de Google, Cabify y Mercado Libre, son hoy los pilares de la startup.
¿Cómo funciona Jüsto?
“Queremos ser el supermercado favorito en Latinoamérica en los próximos 10 años y tenemos muchas ventajas”, expone Manolo.
Una de sus armas para conseguirlo es la tecnología. Paola Fernández ocupa el puesto de Chief of People, ella se encarga de la operación tras bambalinas, y afirma que en todos sus procesos hay tecnología. “Esa ha sido la principal arma para seguir duplicando envíos. Gracias a eso pudimos cumplir con las demandas de los clientes porque de un día para otro los pedidos se triplicaron, o más”. Además, les ayudó acelerar el proceso de capacitación para más personas que tuvo que ser corto, rápido y eficiente.
No hay que perder de vista que se trata de un supermercado que funciona 100% en línea. Los datos que recaban de sus clientes en cada pedido les orientan para trazar un mapa de consumo, hacer previsiones de la mercancía y moverla a los lugares en los que potencialmente las podrían pedir. Actualmente tienen cuatro bodegas repartidas por toda la ciudad y piensan duplicarlas, esa misma estrategia repetirán en otras ciudades.
Ambos afirman que cumplir con las expectativas del cliente es lo fundamental. Una vez que algo sale mal se corre el riesgo de perderlo. “Nos falta mucha cultura de atención en América Latina. Tener comunicación fluida y canales para solucionar rápido nos ayuda a que los clientes permanezcan y nos recomienden”, agrega Paola.
Otra de las fortalezas es trabajar directamente con los productores de frutas y verduras. Así eliminan intermediarios y aseguran que los insumos saldrán el mismo día que llegan a los almacenes. Además tienen su inventario en tiempo real, lo que también ayuda para responder más rápido.
El catálogo del supermercado está compuesto por una tercera parte de pequeñas y medianas empresas, a quienes ayudan en su proceso de masificación para incrementar su volumen. “Para ellos también es un reto estandarizar sus procesos de producción y los acompañamos para ofrecer más opciones a nuestros consumidores, y que sean más ricas y sanas”, sostiene Paola.
El modelo de este supermercado que opera totalmente en línea podría ser un camino para la evolución de la industria. Ya se verá. Hoy su resultado es exitoso.
