Para que disminuyan los niveles de azúcar y grasa y produzcan alimentos procesados más sanos, inversionistas y gobiernos del mundo presionan a la industria alimenticia global. Aún en tiempos complicados con alta inflación, como los actuales, la nutrición es una prioridad.
The Financial Times publicó que la nutrición está incluida en el esquema ESG (siglas de Environmental, Social and Governance) que se define como una forma de organizar, analizar y evaluar formas de producción que no se oriente solo a las ganancias.
El medio publicó que grupos de inversores llevan varios años haciendo campaña sobre nutrición, como el Interfaith Centre on Corporate Responsibility, asociación estadounidense que reúne a inversionistas con más de 4 billones de dólares en activos, que colabora con los fabricantes de alimentos y bebidas desde 2014.
Empresas como PepsiCo, Coca-Cola, Kraft Heinz, Kellogg’s y Nestlé han recibido resoluciones sobre nutrición de parte de sus accionistas. Este año, Unilever se comprometió a revisar su información nutricional y a establecer nuevos objetivos después de ser el blanco del grupo de inversores británico ShareAction.
A ello se suma que, en la última década, gobiernos de diferentes partes del mundo como México, Sudáfrica, el Reino Unido y algunos estados de EU, introdujeron impuestos sobre los refrescos con alto contenido en azúcar una medida que redujo el consumo del componente a través de esas bebidas y obligó a los fabricantes a reformular sus productos. En ese sentido, también está la implementación de sellos de alerta en las etiquetas de alimentos y bebidas para alertar sobre los ingredientes críticos en sus formulaciones.
