En un lapso de dos o tres semanas podría concretarse un cambio que pondrá en jaque a buena parte de los sectores productivos del país, en especial a la industria de alimentos y bebidas. Es posible que se concreten los nuevos parámetros de la NOM-001 sobre descargas de aguas residuales. Ello obligaría a las empresas a realizar inversiones millonarias para cambiar sus plantas actuales de tratamiento de aguas de desecho. La Concamin estima que ello representaría un gasto de 457 mil millones de pesos para el sector industrial del país.
El pasado 27 de agosto, el Comité Consultivo Nacional de Normalización de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Comarnat) aprobó la Modificación a la NOM-001-SEMARNAT-1996, que establece los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en aguas y bienes nacionales. La propuesta incluye nuevos parámetros para determinar la calidad física, química y/o biológica del agua utilizada.
Te puede interesar: Ojo productores de alimentos y bebidas: ¿Qué sigue en la NOM-051?
El documento se encuentra ahora en la página de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), para la recepción de comentarios, pero el tema parece estar más que definido. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en su página en internet, se refiere ya al proyecto como la NOM-001-SEMARNAT-2021, que “será publicada en el DOF en los próximos días”.
“Van a querer publicarlo a la mayor brevedad, en unos 10 o 12 días cuando mucho”, externa su preocupación Eduardo Viesca, presidente de la Comisión de Agua de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin).
¿Por qué el gobierno decidió agitar las aguas residuales?
El principal argumento del gobierno mexicano para realizar este cambio es lo viejo de la regulación vigente, pues durante 25 años no ha sido actualizada, “aun cuando los límites máximos permisibles establecidos habían probado ser insuficientes para controlar la contaminación en los cuerpos de agua”, destaca la Semarnat en un comunicado.
En diciembre de 2017 hubo un primer intento de modificación a la NOM-001. De acuerdo con Eduardo Viesca, ese proyecto fue creado por dependencias de gobierno sin intervención alguna de quienes serían regulados. “Cuando les preguntamos por qué no nos invitaron a la elaboración de la NOM, la respuesta fue: ‘Ya está lista y va a pasar’”.
Viesca afirma que durante la consulta pública, en 2018, se emitieron 1,800 observaciones. La resistencia de los industriales y el gran número de opiniones contribuyeron a congelar el asunto… hasta mediados de este año, cuando las autoridades convocaron a revisar nuevamente el tema.
“Existieron mesas de trabajo, pero no se tomaron en cuenta los múltiples elementos técnicos, jurídicos y económicos que se presentaron. Esta Norma avanzó porque traían ya el mandato de que así fuera”, acusa Mauricio García, vicepresidente de Normalización del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
Todo ello ha provocado que la industria mexicana califique de unilateral e ilegal la medida.
Te puede interesar: ¿Quién gana y quién pierde con el cambio de IEPS a bebidas alcohólicas?
Temperatura de las descargas de agua, la principal preocupación
Las principales modificaciones de la NOM-001 se refieren a los parámetros de color verdadero, temperatura, demanda química de oxígeno y toxicidad.
Eduardo Viesca y Mauricio García coinciden en que la temperatura es uno de los límites que más les preocupan porque pasa de 40°C a 35°C. Lograr que las descargas de agua no superen esa métrica, aseguran, implicará grandes cambios en las plantas de tratamiento.
“Otros parámetros como el color verdadero y la toxicidad de nitrógeno, que actualmente no se miden, requieren inversiones importantes para cumplir con el proyecto de la NOM-001”, señala el vicepresidente de Normalización del CNA.
El presidente de la Comisión de Agua de la Concamin comenta que ya trabajan en un cálculo que establecerá los costos por metro cúbico de agua que supondrá la nueva normatividad. “No lo habíamos hecho porque nunca pensamos que aprobarían este proyecto”, agrega.
Viesca sí tiene otra estimación, la correspondiente a la inversión necesaria para actualizar las plantas de tratamiento de agua de la industria, cifra que podría alcanzar los 457 mil millones de pesos.
El CNA considera que las nuevas disposiciones son innecesarias y que tendrán graves implicaciones en la competitividad de los productores agrícolas. “Son variables que nuestros socios comerciales no tienen, principalmente los involucrados en el T-MEC. Esta norma es más restrictiva”, asegura el vicepresidente de Normalización del CNA.
Productores de alimentos y bebidas alertan de riesgos de normatividad en aguas residuales
Luego de la aprobación del proyecto de NOM-001, el primer comentario fue el de la Asociación de Mujeres Productoras y Empresarias del Maguey y del Mezcal, Capítulo Guerrero: “Los parámetros establecidos en el proyecto aprobado por la Semarnat, resultan imposibles de cumplir, pues no tenemos los recursos necesarios para realizar tales inversiones. Por tanto, nos obligan a cerrar nuestras fuentes de trabajo y el sustento de nuestros hijos”, se lee en su observación plasmada el 30 de agosto en el expediente abierto por la Conamer.
Así, grandes, medianos y pequeños, con más y menos posibilidades de inversión para cumplir la NOM-001, han manifestado su preocupación en los casi 50 comentarios publicados hasta ahora.
La Unión Nacional de Avicultores considera que el análisis de impacto regulatorio hecho por las autoridades subvalora los impactos reales a la competitividad de las empresas, al PIB del país, así como los costos que terminarán por transferirse al consumidor final.
La Unificación Nacional Porcícola hace un llamado que a estas alturas parece ya imposible: integrar un grupo de trabajo multidisciplinario que involucre a los sectores regulados para llevar a cabo una revisión integral de este Proyecto de Norma.
La Cámara Nacional de las Industrias Azucareras y Alcoholeras advierte que, de implementarse las modificaciones, los costos de operación harían inviable la operación de los 49 ingenios azucareros del país, lo que afectaría a 500 mil empleos directos del sector rural.
La última vela encendida para los sectores productivos que se sienten afectados (incluidos la Comisión Federal de Electricidad y Pemex, por cierto) es que la Conamer dictamine en contra de la NOM-001-SEMARNAT-2021.
La apuesta por ahora es al diálogo constructivo con la autoridad. “Parte de la columna vertebral de la industria es el respeto y cuidado al medioambiente y queremos seguir cumpliendo”, asegura el presidente de la Comisión de Agua de la Concamin. Sin embargo, no descarta la implementación de amparos si la nueva NOM-001 termina por ser publicada en el DOF. “Se interpondrán todos los medios legales al alcance. No nos interesa ir a tribunales, pero si no queda de otra…”, concluye Eduardo Viesca.