El incesante auge del tequila (su producción se incrementó en 41% tan solo de 2020 a 2021) ha levantado admiración, inversiones… y también una que otra ceja de quienes se preocupan por el medioambiente. Sobre todo cuando el primer cuestionamiento es: ¿De dónde salen los millones de agaves que se necesitan para satisfacer la demanda?
Una de las principales preocupaciones es que la expansión de cultivos de agave vaya en detrimento de zonas boscosas. En 2019, durante el COP25, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el gobierno de Jalisco y el Consejo Regulador del Tequila (CRT) se comprometieron a trabajar en ello. El resultado es la certificación Agave Responsable Ambiental (ARA).
De qué va y en qué va ARA
El sello ARA en una botella de tequila garantiza que la bebida se elaboró con agaves sembrados en parcelas que no han provocado deforestación. El certificado fue lanzado en mayo de 2021.
Al día de hoy cuatro empresas lo ostentan, mismas que han certificado más de 315 mil litros de tequila libres de deforestación. “Las cuatro empresas que ya cuentan con botellas de tequila ARA están por lanzarlas al mercado. Cuando esto suceda, esperamos que más empresas soliciten su certificación”, agrega el responsable de Proyectos de Sustentabilidad del CRT sin mencionar las marcas. Sin embargo, en noviembre de ese año, el tequila Don Julio Blanco se convirtió en el primero en obtener la certificación ARA.
Carlos López de la Cruz, responsable de Proyectos de Sustentabilidad del Consejo Regulador del Tequila, explica a Goula que la certificación se sustenta en un mapa de compatibilidad elaborado por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) del estado de Jalisco.
“En este mapa, una herramienta pública online, se identifica qué zonas del estado de Jalisco se clasifican como bosque o no bosque. Las áreas que están identificadas como forestales no pueden utilizarse para fines agrícolas”, puntualiza López de la Cruz.
Los productores interesados en obtener la certificación ARA deben entrar a esta plataforma, cargar el polígono del predio en el que siembran o pretendan sembrar agave tequilana weber variedad azul e identificar cuál es el estatus de sus tierras.
El mapa de Semadet emite un reporte de compatibilidad o incompatibilidad que especifica qué porcentaje del terreno es apto para sembrar y cuál no por ser zona forestal. Cuando los plantíos se encuentren en una zona no permitida, los agaves serán jimados para terminar su ciclo y ya no podrá sembrarse más de esta planta.
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La fuerza de un sello en pro del medio ambiente
Los productores que cuenten con su reporte de compatibilidad pueden acceder al certificado ARA. Tanto el reporte como el certificado y el uso del sello ARA no tienen ningún costo. Y aunque su obtención no es obligatoria, el CRT espera que cada vez más empresas descubran sus beneficios: cumplir con la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, convertirse en empresas ambientalmente responsables (lo que brinda un valor agregado al producto) y cumplir con una tendencia que los mercados internacionales aprecian.
Eso sí, Carlos López de la Cruz aclara que quien no cuente con el reporte de compatibilidad de sus sembradíos de agave, no podrá registrarlos ante el CRT, el organismo encargado de salvaguardar la Denominación de Origen Tequila (DOT). “Así desincentivamos los cambios de usos de suelo no aprobados por la autoridad”, agrega.
El estado de Guanajuato firmó un convenio de colaboración para integrarse a la certificación ARA. Esto resulta importante porque el agave plantado en los estados de Jalisco y Guanajuato representan el 87% del agave plantado en toda la DOT.
La meta del CRT es que el resto de estados que cuentan con la DOT se sumen y que para el 2027 todo el tequila que se produzca cuente con el sello ARA, lo que convertiría al destilado en la primera bebida alcohólica en el mundo certificada en su totalidad como libre de deforestación.
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Más retos sustentables: cuidado del agua y emisiones de CO2
Esta industria realizó en 2016 su primera evaluación para identificar la huella del carbono y del agua en la producción del tequila. Esto en un trabajo conjunto con el Centro Mario Molina. En 2021, el CRT realizó una actualización de estas mediciones.
“Encontramos una reducción de 6.1% en nuestra huella de carbono. Es un avance para nuestra meta de 25% de huella de carbono para 2030”, comenta Carlos López de la Cruz. Otra de las metas de la agroindustria tequilera es disminuir su consumo de agua en un 15% también para el 2030.
Para lograr sus objetivos sustentables, nos comenta el líder de Proyectos de Sustentabilidad del CRT, la cadena productiva del tequila trabaja en distintas estrategias, como el tratamiento de agua para que pueda ser reincorporada a los procesos de producción del tequila, sustitución de combustibles fósiles, aprovechamiento del biogás que genera la industria, instalación de paneles solares y el mismo certificado ARA.
Uno de sus proyectos más importantes es lograr que se reconozca que los cultivos de agave capturan carbono, y así obtener Certificados de Reducción de Emisiones (CER), mejor conocidos como “Créditos de Carbono”.
“Eso generaría recursos extra a los productores agave que tienen buenas prácticas agrícolas y ayudará a mitigar la huella de carbono del tequila”, remata el líder de Proyectos de Sustentabilidad del CRT. El tequila quiere conquistar al mundo también por la vía sustentable.
