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Cómo Entrar Al Negocio De La Maricultura En México

OPINIÓN

Cómo entrar al negocio de la maricultura en México

Por:

Juan Carlos Lapuente Landero

Licenciado en Oceanología, egresado de la Facultad de Ciencias Marinas UABC en 1995. Catedrático en UABC del 2008 al 2015. Fue también Presidente del Comité Estatal de Sanidad Acuícola e Inocuidad de Baja California y del Consejo Nacional Ostrícola.En el sector privado se ha desarrollado en diversas empresas, todas involucradas con la Acuacultura; destacando la elaboración y desarrollo de diversos estudios de factibilidad técnica y desarrollo tecnológico, manifiestos de impacto ambiental; y diversos Planes HACCP para el manejo y empaque de especies acuícolas.Actualmente es Coordinador de Programas de Investigación en Acuacultura del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca). Es jurado de los Goula Awards desde 2020. Cuenta con más de 25 años de experiencia en Acuacultura y Maricultura.




Nuestro columnista Juan Carlos Lapuente nos narra sus aprendizajes con dos emprendimientos en maricultura: uno de mejillones y otro de ostiones.

Realicé mi primer emprendimiento hace ya 27 años, al salir de la carrera de Oceanología, de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). Tenía 23 años. Decidí invertir un pequeño capital en maricultura: cultivar especies marinas en condiciones oceánicas.

La ventaja en este tipo de negocio es que no se tiene que realizar una inversión inicial fuerte, como lo sería con la compra o la renta de un terreno. Sin embargo, sí debe de considerarse un área de operación en tierra para realizar maniobras, almacenamiento de equipo, empaque y, en su caso, proceso del producto.

Sabía que los moluscos bivalvos (como el ostión o los mejillones) no requieren alimentación. En cambio, en los crustáceos, peces y moluscos gasterópodos (como los caracoles), el alimento es el principal gasto de producción: puede superar el 60% de los costos. Por ello, me pareció mejor invertir en el ostión.

En esa época, los investigadores de la UABC realizaban un cultivo piloto de ostión en la Bahía de Todos Santos, en Ensenada, Baja California. A ellos me acerqué para pedir asesoría.

En el año 1999 comenzamos a producir ostión en un sistema de sartas, pero nos dimos cuenta de que no era el mejor lugar. Las condiciones oceánicas elevaban los costos de producción y dificultaban la escalabilidad del proyecto. Pero, sobre todo, ¡había fijaciones naturales de mejillón en nuestras artes de cultivo para ostiones!

Siguiendo el viejo dicho, “si la vida te da limones, vende limonada”, la decisión más adecuada era dejar los ostiones en paz y mejor cultivar mejillones, que se daban naturalmente.

Por casi 20 años estuve produciendo mejillones en la Bahía de Todos Santos, pero por la poca viabilidad para escalar el proyecto, en el año 2017 tuve que vender la empresa.

Ese fue mi primer emprendimiento. El segundo ocurrió así: en 2012 un inversionista me ofreció comenzar la producción de ostión ahí mismo, en Bahía de Todos Santos. Le platiqué mis experiencias al respecto y le recomendé que lo hiciéramos en un lugar con mayor factibilidad técnica para la producción de ostión individual.

Como cualquier otro negocio, lo más importante era escoger el sitio adecuado. En este sentido, se aconseja contratar a un oceanólogo o profesional con carrera afín, con experiencia, para tomar la decisión sobre dónde instalar el cultivo.

Igualmente importante es contar con la tecnología adecuada adaptada a las condiciones oceánicas de la zona de cultivo. Se debe considerar la especie y su etapa, las artes de cultivo (los implementos para la maricultura de una especie), la maquinaria y equipo necesario, personal técnico y la disponibilidad de los insumos.

Para elegir la tecnología, lo recomendable es visitar otros cultivos comerciales en lugares con características similares al nuestro y platicar con el personal técnico. Hoy en día también se encuentra mucha información por internet.

Por ejemplo, para este nuevo emprendimiento visité muchas granjas de ostión en todo el mundo. Una en particular, en el estado de Washington, llamó mi atención por los bajos costos de producción que presentaba y la excelente calidad de su producto. Ellos utilizaban la energía de las mareas para limpiar y mantener las conchas y la carne de los ostiones.

Con la experiencia acumulada, recomendé al inversionista que si bien la bahía original presentaba muchísimas ventajas, y técnicamente era viable, había otros lugares con mejores características.

Gracias a una búsqueda bien enfocada, no solo encontramos un mejor lugar para realizar el cultivo de ostión, también obtuvimos un producto con calidad superior al que se cultiva en toda la región y cuyos precios de venta son del doble a los de la competencia. Esto nos permitió la escalabilidad del proyecto y alcanzar la recuperación de la inversión inicial en los primeros cinco años.

Cierro esta exposición con un dato: la principal ventaja de México para el desarrollo de la maricultura, es su litoral de 11,122 km y una zona económica de 3’149,920 km, donde existe un potencial de cultivo de entre 8 y 16 millones de toneladas métricas de producción. Es decir: hay oportunidad de negocio, sin duda.

Si estás interesado en emprender en maricultura, acércate al Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), donde nos encantará apoyarte con asesoría totalmente gratuita.

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