Entre las principales propuestas de gobierno del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, está la reforma tributaria. Con ella esperan recaudar alrededor de 25 billones de pesos* más para las arcas nacionales. Entre los sectores más afectados por esta decisión está la industria de alimentos y bebidas, pues sus productos serán gravados con un impuesto especial.
El proyecto de reforma está en fase de estudio para una posterior aprobación del Congreso de la República y se espera que sea avalado antes de finalizar este año.
El Gobierno pretende recaudar por concepto de “impuestos a bebidas azucaradas y alimentos ultra procesados”, alrededor de 2.11 billones de pesos* por año. Según el documento “Reforma Tributaria para la Igualdad y la Justicia Social”, presentado por el nuevo gobierno, de esa cifra anual 1.02 billones corresponderán a bebidas azucaradas y 1.09 billones serán de productos ultra procesados.
Estos productos “serán gravados con impuestos por temas de salud. Se busca una mejor alimentación de los colombianos para prevenir enfermedades como la obesidad o la diabetes”, explica el documento mencionado. Por esta razón, la propuesta es que la base gravable se calcule de acuerdo con el contenido de azúcar en gramos por cada 100 mililitros o 100 gramos de producto. Este concepto hace referencia a la concentración, que no es más que el grado de contenido azucarado.
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Así impactará en las bebidas que podrían costar entre 18 y 270 pesos más
Julián Jiménez, especialista en derecho tributario y comercial, y socio de la empresa JHR, hizo un minucioso análisis de la reforma en su canal de Youtube en el que expone que “las bebidas con menos de 4 gramos de azúcar no pagarán un impuesto adicional, pero las que tengan entre 4 gramos y 8 gramos tendrían una tarifa de 18 pesos por cada 100 mililitros, y las que tengan más de 8 gramos de azúcar pagarían 35 pesos adicionales” por la misma cantidad.
La fórmula permite saber cuánto subirán los productos a los que se les aplicará este impuesto. Por ejemplo, una gaseosa de 1.5 litros, subiría su precio en 6.5%. Esto se explica al revisar la tabla nutricional. Una bebida de este tipo tiene 17 gramos de azúcar por cada 240 mililitros. De acuerdo con lo expuesto en la fórmula anterior, alcanzaría un impuesto de 18 pesos por cada 100 mililitros.
Así, el incremento podría llegar a 270 pesos por este producto, el cual pasaría de 4 mil 120 a 4 mil 390 pesos por unidad. Esta fórmula aplica a bebidas gaseosas, jugos, néctares de fruta, energizantes, maltas (no alcohólicas) y en general cualquier tipo de bebida que contenga edulcorantes o azúcares añadidos.
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Esta es la fórmula para los alimentos ultraprocesados
En el caso de los alimentos ultra procesados, “es una posibilidad que los productores, pensando en sacrificar su utilidad o mejorando sus procesos productivos, bajen su precio de venta al público y tras aplicarse este impuesto el comprador final no se vea afectado. Sin embargo, esta decisión se conocerá una vez sea aprobado el articulado”, explica Camilo Silva, cofundador de Valora Analitik, empresa de análisis económico.
Silva complementa que en el caso de las bebidas azucaradas, el impuesto sería asumido en su totalidad por el comprador. “En este caso (alimentos ultraprocesados) es más complejo encontrar un producto que reemplace una gaseosa o un jugo, por lo que la demanda será más inelástica”, recalca.
Los alimentos ultra procesados como el chicharrón en paquete, las galletas, los embutidos y los productos similares de carne, cereales, ponqués, tortas, galletas dulces y papas fritas de paquete, cambiarán sus precios.
Adicional a esto, Jiménez explica que en el caso de los alimentos ultra procesados y con alto contenido azucarado, la base gravable será el precio final de venta.
“Ésta tendría una tarifa adicional de 10%, algo conocido como el ad-valorem, lo que hace referencia a un modelo que se ha utilizado en otros países de la región”.
Algo que aún está por debatirse en el Congreso de la República, es si este impuesto se le deberá cobrar al usuario final o serán las empresas las que asuman este gravamen.
“En este caso la fórmula del 10% adicional al valor vigente, representa una afectación a algunos productos de la canasta familiar y eso debe tenerse en cuenta”, afirma Jiménez.
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La reforma pega fuerte a alimentos de la canasta básica
Alejandro Useche, economista y docente de la Universidad del Rosario de Bogotá, explica que “la canasta básica familiar en Colombia está conformada por 443 artículos. Los alimentos son uno de los grupos que representan el mayor gasto de las personas dentro de la canasta familiar. Así que este impuesto seguramente sí afectará parte de la canasta”.
Para aclarar dudas, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo expuso al presentar la reforma al público que “no habrá impuestos a productos de la canasta básica, pero sí para las bebidas azucaradas y las comidas ultra procesadas”.
Además, agrega que “el éxito del impuesto a las bebidas azucaradas es que no se recaude nada, porque estamos enfocados en el tema saludable, que la gente cambie sus patrones de consumo hacia las bebidas y comidas saludables”, expone.
Respecto a esta situación, Henrique Gómez, presidente de Acodres (Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica), mostró su preocupación con la reforma y la afectación a la industria de alimentos.
“Estos son insumos de una cadena que está viviendo una escalada por precios de inflación desde el año pasado, lo cual ha impedido y ha postergado la recuperación económica”, confirma.
Sobre la manera que esto podría afectar al sector, explica que no se deben aumentar los valores al consumidor al ritmo que crecen los costos, porque se perderían muchos clientes.
“Cada vez que hay un alza en los costos de los alimentos, se estrecha la posibilidad de ingresos”, agrega.
Pese a que el gobierno colombiano afirma que la reforma tributaria y los nuevos impuestos a alimentos y bebidas ultraprocesadas, obedecen a temas de salud pública, en el articulado no está contemplado que el monto recaudado se destine a proyectos de salud. Como lo explica Gómez, “es más un tema de conciencia en el consumidor y de un cobro mayor para que busque otras alternativas alimentarias”.
El gobierno colombiano ya puso sus cartas sobre la mesa. Ahora habrá que construir acuerdos con los diferentes sectores. El objetivo es claro: “recaudar cerca de 9 billones de pesos que provengan de la industria de alimentos”, tal como lo ha expresado el gobierno nacional.
*Todas las cantidades en pesos en este texto se refieren a pesos colombianos.