La tilapia o mojarra está entre las especies marinas más consumidas por los mexicanos, junto al camarón, huachinango y ostión. Es la principal especie de cultivo en nuestro país, sólo después del camarón. Sin embargo, las tilapias chinas se consumen tres veces más que las mexicanas. Dos expertos nos revelan las áreas de oportunidad que los productores no han advertido para posicionarse mejor y crecer su mercado.
De acuerdo con datos compartidos por Conafab, en México la producción y captura de tilapia actual es de 101 mil 749 toneladas anuales, con un valor estimado en 2,730 millones de pesos. Esa cifra se refiere al peso del pez completo, no solamente al filete.
La tilapia nilótica (Oreochromis niloticus) es la especie que se produce en México. “Se llama así porque esta especie proviene del río Nilo. Es el pez milagroso que en la Biblia se habla que se reprodujo”, comenta Jaime Almazán, presidente del Grupo Acuícola del Conafab.
Esta especie se introdujo a México, comenta Almazán, en la década de los 70 con la finalidad de alimentar a la población, debido a que es un pez nutritivo, económico y que se produce y cultiva relativamente fácil. Por esto último, hay quien la considera una especie invasora. “Eso es relativo. Sí vino y desplazó a otras especies al no ser de nuestro ecosistema, pero no es algo que esté descontrolado o que esté desapareciendo a otras especies”, responde a la acusación el presidente del Grupo Acuícola del Conafab.
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¿Cómo aumentar la venta de tilapia en México?
La tilapia nos gusta cada vez más. En 2010 el consumo per cápita mexicano de tilapia era de 0.69 kilos al año. En 2020, este índice alcanzó los 1.22 kilogramos. En 2022 el consumo per cápita aumentó 1.6 kilos. Este aumento acarrea que, adicional a las más de 100 mil toneladas de tilapia mexicana, debemos importar unas 113,536 toneladas de filete de tilapia, para satisfacer la demanda. Se trata sobre todo de pescados traídos desde China.
“El 63% de la tilapia son espinas, tripas, cabeza, aletas, escamas y todo lo que no te comes”, comienza a explicar Almazán. Las toneladas de producción mexicana contemplan el pez completo. Las toneladas de mojarra importada son sólo el filete, la carne. En realidad, las tilapias chinas que se consumen en México superan al triple a la tilapia mexicana.
“La industria de tilapia en México está un poco verde”, admite Almazán y reflexiona que en México hay mucho por crecer y mucho mercado por ganar. Explica que la mayor parte del consumo de tilapia se da sobre todo en las mismas poblaciones donde se produce. Los grandes productores limitan su venta a mercados como La Viga en la Ciudad de México. Vender en supermercados o incluso exportar son canales de venta muy poco explorados.
“El de la tilapia es una industria en receso. Tan sólo para abastecer el consumo nacional nos falta mucho”, confirma Rosendo García, Aquaculture Sales Manager en ADM, empresa que ofrece soluciones de nutrición animal y humana.
Ambos entrevistados coinciden en que la capacidad instalada en México para la producción de tilapia desde ahora brinda la posibilidad de crecer mucho más, incluso da para duplicar la producción actual. Pero se debe poner atención en los siguientes puntos.
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4 retos que debe superar la industria de la tilapia para despegar
1.Darle valor agregado al producto. “En la medida de que se desarrollen marcas y se le dé ese valor agregado, el consumo aumentará”, dice Rosendo García. Es uno de los grandes pendientes de esta industria: hace falta que más productores desarrollen su producto a modo de que pueda exhibirse con retailers, llevar a restaurantes o a comedores industriales. “Que la presenten en filetes, lomos, pechos o picada pero empacada al alto vacío. También se puede vender saborizada, lista para cocinarse”, señala con ímpetu el gerente de ADM. Las mojarras mexicanas tienen que salir (pero ya) más allá del autoconsumo y de las marisquerías en las ciudades.
2. Reforzar el tema sanitario. Casi dos tercios de la tilapia, como mencionamos, son desechos (tripas, hueso, cabeza, escamas). “Muy poca gente está tratando estos desechos de manera correcta”, apunta el presidente del Grupo Acuícola del Conafab. Lo ideal, comenta Almazán, es que estos residuos se lleven a plantas de rendimiento donde se producen harina y aceite de pescado. En lugar de ello, los productores los lanzan de regreso al agua, lo que contamina y provoca enfermedades en las mismas tilapias.
3.Cuidar la alimentación y la salud de las tilapias. Fue un mal año para la producción de tilapia mexicana: virus, infecciones bacterianas y malas prácticas de cultivo hicieron que la industria cayera entre 40 y 45%. El sector debe especializarse más en el cuidado de la especie. Rosendo García comenta que su empresa ha desarrollado alimentos funcionales que cubren las demandas nutricionales de cada etapa de la tilapia: “Un pez bien alimentado es un pez sano, que no está estresado y que se reproduce más”. Al preguntarle si es costeable este tipo de alimentos para los pequeños productores, el Aquaculture Sales Manager en ADM señala que con no son grandes las inversiones y que con este tipo de soluciones de alimentación la producción de tilapia podría duplicarse. “También debemos de eliminar o cuidar muy bien el uso de antibióticos porque el consumidor cada vez exige más eso”, agrega el presidente del Grupo Acuícola del Conafab.
4.Distinguir la tilapia mexicana. La gente no tiene idea si la tilapia que come es mexicana o china. El desarrollar marcas de tilapia también ayudaría a que en el empaque se haga esta distinción. “Pero que sea producida y procesada en México porque suele pasar que la traen de china, la procesan aquí y la hacen pasar como mexicana”, advierte Jaime Almazán.
Pese a todo esto, México es el tercer productor de tilapia en Latinoamérica y el noveno en el mundo. El potencial de nuestro país como productor de tilapia es enorme, sobre todo en el sureste donde existen las condiciones ideales de producción controlada.
“Y estamos junto a Estados Unidos, uno de los principales consumidores mundiales de tilapia. México tiene una posición geográfica y comercial privilegiada para la producción de tilapia”, remata Rosendo García.