Ozempic es un medicamento inyectable usado para reducir el apetito y prolongar el proceso digestivo, desde su aparición trae de cabeza a la industria de alimentos y bebidas del mundo. Su uso no sólo se ha traducido en descalabros en los mercados de valores para gigantes como Coca-Cola, Pepsi o McDonald´s; ya alertó también a empresas como Walmart, que ha visto modificaciones en los patrones de compra de los estadounidenses que usan Ozempic o Wegovy (nombres comerciales del GLP-1, compuesto de esas fórmulas). Quienes se inyectan compran menos.
Estos medicamentos actúan como supresores del apetito e impactan las ventas de botanas, bocadillos y hasta bebidas alcohólicas. El problema es que la demanda de Ozempic sube como la espuma. Según un estudio reciente de Goldman Sachs, se calcula que en 2030, el 13% de la población de EU se inyectará Ozempic. Y en México su popularidad y uso también va en franco crecimiento.
Mattson, empresa estadounidense dedicada a la innovación en alimentos y bebidas, presentó los resultados de su más reciente estudio sobre el tema. Katie Hagan, vicepresidenta ejecutiva de la compañía dijo que “esos medicamentos han cambiado radicalmente la forma en que las personas interactúan con los alimentos”.
Los consumidores de Ozempic buscan alimentos ricos en proteínas, raciones pequeñas y opciones que los mantengan hidratados, señalan en el reporte. Se identificó que en los sectores de congelados y proteínas hay oportunidad de crear nuevos alimentos. Mattson utilizó su IA para generar conceptos alimentarios, los más atractivos fueron: tiras de pollo a la parrilla, yogurt griego, paletas de fruta con electrolitos y mini raciones de comida.