El futuro del mundo pende de un hilo de agua. Las futuras guerras por este líquido ya no son una visión catastrófica de ciencia ficción, sino algo más cercano a la realidad de lo que desearíamos. La situación es aún más precaria para los más desfavorecidos: alrededor de 2 mil millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas. Ion Ag+ y Nebulón son parte de las startups que aportan soluciones a este gigantesco problema.
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Agua potable gracias a nanotecnología mexicana: ion Ag+
El contador público Alexis Ortega y el ingeniero José Luis Matas empezaron con la venta de filtros de agua de casa en casa, por allá de 2016. Escalaron poco a poco el negocio hasta desarrollar tecnología para plantas purificadoras de agua y plantas de tratamiento de aguas residuales que ofrecían a hoteles y plazas comerciales. Así crearon su empresa: Grupo Rema.
“Llegó un momento en que el gobierno comenzó a pedir proyectos para comunidades que no tienen acceso a agua. José Luis y Alexis llevaron su tecnología a estos programas sociales y fue un fracaso”, comenta Marco Sandoval, director de Proyectos Especiales de ion Ag+.
Sabían que tenían que proveer agua potable, pero cometieron el error de no conocer el contexto de las comunidades: de qué viven, qué necesidades reales tienen, que muchas veces no hay energía eléctrica, quién iba a manejar las plantas e incluso si estaban dispuestos a aceptarlas. “Nos dimos cuenta que la operación que llevábamos no funcionaba en la comunidad. Les daba miedo tener que mover las llaves o echar a perder algo”, agrega Sandoval.
Ahí nace ion Ag+ en 2013, un brazo social de Grupo Rema para llevar agua a las comunidades por medio de tecnología que se adaptara a las necesidades sociales de los habitantes beneficiados y, sobre todo, que fuera asequible económicamente.
En 2015 tenían lista la tecnología. ion Ag+ purifica agua proveniente de pozos o de algún sistema de recolección de agua de lluvia por medio de nanotecnología: un soporte flotante (hecho de plástico de grado alimenticio) sirve de contenedor para esferas cerámicas de bentonita que liberan iones de plata que matan virus y bacterias. “Como si hablaras de un campo electromagnético. Eso hace”, ilustra el funcionamiento el director de Proyectos Especiales de ion Ag+.
Desde las primeras tres horas de contacto, el 67% del agua está purificada. A las 6 horas, dependiendo de la cantidad de agua, su tecnología alcanza el 99.99% de eficiencia. Esta nanotecnología mexicana está patentada y cuenta con la aprobación de la Cofepris y cumple con todas las normas que regulan la calidad del agua en México y normatividades internacionales.
El desarrollo tecnológico de ion Ag+ no requiere electricidad, mantenimiento, ni conocimientos especiales para su operación. Además, asegura Sandoval, es más económico que otras opciones de purificación de agua, como los filtros.
“Es un producto diseñado 100% para desarrollar programas sociales en comunidades que los necesitan. Lo más importante es que los niños y las personas de estos lugares no se mueran por una enfermedad relacionada con no contar con agua potable”, aclara.
Su trabajo ha obtenido múltiples reconocimientos, entre ellos el premio “Agua y Saneamiento” a la mejor iniciativa de Latinoamérica, otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Femsa. Su nanotecnología ha llegado a Nepal y Chile.
De regreso con Grupo Rema, también ha aprovechado este nanodesarrollo tecnológico basado en iones de plata y lo ha integrado a los procesos de sus plantas tratadoras de agua. Estos sistemas se ofrecen a diversas industrias, entre ellas de alimentos y bebidas.
“En industria refresqueras, en industrias que trabajan grasas… para todo el sector alimentario que necesite tratar aguas jabonosas o con aceites, Rema ofrece soluciones”, agrega Sandoval.
El director de Proyectos Especiales de esa empresa insiste en no perder el enfoque social de su desarrollo tecnológico. “La misma problemática que hay en las comunidades mexicanas sin agua, existe también en las de África y en las de Asia. Ya tenemos contactos con empresas en India que quieren llevar allá el sistema”.
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El emprendimiento colombiano que obtiene agua de la niebla: Nebulón
Jonny Umaña es ingeniero civil egresado de la Universidad La Gran Colombia. En uno de los últimos semestres de la carrera, Umaña inició un proyecto sobre la captación de agua de niebla. Para ello, retomó investigaciones realizadas incluso desde la segunda mitad del siglo pasado en países como Chile, Bolivia y Perú.
Las técnicas utilizadas eran muy básicas: un par de palos unidos por una malla para generar una pantalla por la que la niebla pasaba y quedaba atrapada en formas de gotas de agua.
Los conocimientos de ingeniería civil de Jonny le permitieron desarrollar más la estructura. Se le ocurrió hacerla tridimensional para captar una mayor cantidad de agua. Inició realizando prototipos en la finca de sus abuelos, ubicada en la Belleza, municipio del departamento de Santander en Colombia.
Sus pruebas eran rudimentarias pero efectivas: tres postes de madera (palos que podría encontrar en el campo) colocados para que la malla que los uniera formara un triángulo. Las pantallas contaban con tubos recolectores que llevaban el agua a un tanque de almacenamiento. “Me di cuenta de que podía recolectar 28 litros de agua al día”, comenta para Goula Umaña.
El joven ingeniero vio una oportunidad de emprendimiento para cubrir las necesidades de agua que viven muchas personas en zonas rurales. “En Colombia pasa mucho que las personas que más se ven afectadas por falta de agua son aquellas que viven en el campo. Y creo que en toda Latinoamérica se vive mucho la falta de acueductos en esos sectores”, señala.
Ya graduado y luego de su proceso de investigación, su universidad lo apoyó a desarrollar el emprendimiento. Tuvieron que pasar seis años más de investigación y desarrollo para concretar la oferta. Nebulón provee hoy sistemas de producción y almacenamiento de agua. Sus pabellones climáticos, como ellos los denominan, pueden obtener desde 200 litros hasta 500 litros de agua al día.
No todo se obtiene de la niebla. Aunque esta es abundante en zonas altas de Colombia, resulta inexistente en zonas desérticas del país, donde las comunidades también viven bajo estrés hídrico. Jonny Umaña y equipo se unieron a un aliado japonés que les transfirió tecnología que les permite captar agua también de la humedad en el ambiente (que sí existe en los desiertos) y de la lluvia. Así, los pabellones climáticos de Nebulón logran captar agua todo el día, todo el año y sin importar la zona geográfica en que se instalen.
Los sistemas pueden adecuarse a las necesidades y presupuestos de los interesados. Cuentan con pabellones climáticos basic (con un costo de alrededor de 10 mil dólares), medium (unos 15 mil dólares) y premium (20 mil dólares).
“La idea es continuar con el desarrollo para llegar a opciones más accesibles. Pero con nuestro sistema vas a tener agua para prácticamente 15 años”, asegura Umaña.
Por ahora, el cliente principal de Nebulón es el gobierno de la ciudad de Ginebra, Suiza, que está comprando los pabellones climáticos como parte de una ayuda internacional que brinda a escuelas rurales en Colombia. También les venden a gobiernos de departamentos colombianos. “Usaid (U.S. Agency for International Development) también son parte de nuestros clientes”, añade.
Además de todo, los pabellones climáticos pueden adaptarse para instalar huertos de hidroponía. Así también pueden cultivarse alimentos.
“Los nebulones pueden atender una familia, un hotel, un restaurante, una escuela e incluso atender a la industria alimentaria del futuro. También queremos atender al campo”, concluye Jonny Umaña.
