No es un secreto que en 20 años Colombia pasó de ser un desconocido jugador del sector de aguacate Hass, a ser la segunda potencia mundial en producción de este alimento con 979 mil toneladas (detrás de México que lidera el primer lugar con 2.4 millones de toneladas). Sin embargo, en el ranking de exportación, los colombianos están detrás no sólo de México, sino también de Perú y República Dominicana. Es en el mercado internacional, donde aún deben resolver situaciones en los procesos de producción que afectan la calidad y tamaño de la fruta, así como su precio.
“En Colombia se ha dado un crecimiento rápido en extensión de hectáreas plantadas, porque se ha evidenciado que a los tres años de cultivado el aguacate está dando producción para exportar. Esto ha incrementado el interés a nivel nacional e internacional”, explica Juan David Restrepo, CEO de Hass Colombia, una empresa productora y exportadora de aguacate Hass.
Una de las razones para que Colombia quedara rezagado en las exportaciones de aguacate Hass, fue el intenso fenómeno de la Niña durante 2021 y 2022, lo cual generó un deterioro en el producto por exceso de humedad y provocó una pérdida de productividad del 20% en el país.
Según cifras de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), las exportaciones colombianas de aguacate Hass en 2022 alcanzaron los 178 millones de dólares. Esto es algo más de 116 mil toneladas procedentes de 31 mil hectáreas de cultivo. El objetivo es que en 15 años se dé una expansión a 75 mil hectáreas cultivadas y el país ocupe el segundo lugar con el 12% del mercado mundial.
Esto implicaría un crecimiento sostenido del 7,2% hasta 2030, ganar parte del mercado de Estados Unidos, consolidarse como el principal exportador a países europeos como Países Bajos, Reino Unido, España, Bélgica, Francia, y conquistar mercados asiáticos como Japón y Corea del Sur.
Te puede interesar: Colombia quiere ser el segundo exportador de aguacate a nivel mundial
Reto 1. Aumentar la productividad por hectárea
Algo clave para lograr este objetivo, es que la razón de que en este momento los principales exportadores sean Perú y México, es su alta productividad. “Sin embargo, Colombia tiene una ventaja que es muy atractiva para la inversión extranjera. Y es que, al igual que México, tenemos dos épocas de floraciones: la traviesa y la tradicional, lo cual permite tener un volumen de exportación mucho más alto”, explica Juan David Restrepo.
El CEO de Hass Colombia señala que el gran reto es aumentar el rendimiento por hectárea en el país, que está entre 6 y 7 toneladas, una cifra muy inferior a sus principales competidores. En comparación, Perú tiene rendimientos de 25 o 30 toneladas por hectárea. La razón es que un alto porcentaje del material vegetal que se utilizó en las primeras plantaciones de aguacate eran variedades criollas, las cuales no tienen buena adaptación a condiciones de alta humedad y pluviosidad.
El gran reto es utilizar semillas que permitan proyectar un mayor rendimiento y que garanticen una vida útil entre 15 y 20 años. “Si no se elige un buen material vegetal, sin patógenos, en 6 o 7 años ese cultivo va a sufrir con hongos y plagas”, agrega Restrepo.
Te puede interesar:Todo lo que debes saber si quieres exportar aguacate colombiano
Reto 2. Ofrecer precios competitivos
Desde la Corporación de Productores y Exportadores de Aguacate Hass de Colombia (CorpoHass) consideran que el invierno afectó la productividad y la capacidad de negociación de precios competitivos con otros mercados, pues el exceso de agua y humedad produjeron una fruta más pequeña y de menor valor para la exportación frente a los aguacates de otros países.
En Colombia, un productor debe gastar entre $40 y $50 centavos de dólar para producir un kilo de aguacate. Cuando se tienen estándares técnicos más altos, el costo puede aumentar a $70 centavos. Aún así es un 30% menos frente a otros cultivos como el café o el banano. Esta ventaja en los costos de producción en un principio llevó a que pequeños y medianos productores migraran al aguacate Hass.
Sin embargo, esa ventaja se reduce en la negociación del precio con los mercados internacionales. “La fruta de Colombia en Europa la están castigando: la caja de aguacate de 4 kilos de calibre 18, la pagan a $10 euros a otros países, pero a nosotros nos pagan $2 euros menos, al nivel de fruta de Kenia”, explica Juan David Restrepo, CEO de Hass Colombia.
Si bien los pequeños y medianos productores vieron buenos retornos entre 2018 y 2020, se enfrentaron a una difícil situación desde 2021, al punto que la caja de 4 kilos de aguacate Hass llegó a mínimos históricos de $6 euros.
Esta situación generó descontento y propició el abandono del cultivo de aguacate Hass por parte de los pequeños productores. “Se va a presentar una migración hacia medianos y grandes productores que pueden absorber a los pequeños, porque tienen el músculo financiero para aguantar más”, añade Restrepo.
Esa migración hacia grandes productores ya está en marcha. Hace 20 años, cuando comenzó el negocio, lo dominaban los pequeños y medianos. En tiempos recientes se ha generado una transición a empresas grandes como Cartama, Frutigreen, Camposol (Perú), que han llegado a establecer plantaciones de más de mil hectáreas en Colombia.
Te puede interesar: Superiores al Hass: el mercado de aguacates criollos podría valer millones
Reto 3. Tecnificar los procesos
Colombia tiene muchas ventajas para la producción de aguacate Hass de calidad; pero es claro que aún existe un rezago en tecnificación de procesos.
“Cuidar de la alta calidad del aguacate Hass es hoy uno de los objetivos más importantes que el país tiene para los próximos años. Esto significa vigilar de manera estricta todo el proceso de desarrollo de la planta y el control de plagas y enfermedades”, dice Carlos Sepúlveda, gerente de Trade Marketing de Soluciones.
Entre las ventajas de Colombia como país productor están: la disponibilidad de agua, tierra y mano de obra más económica que en otros países, como Perú y Chile. Jorge Restrepo, presidente de CorpoHass, estima que el país tiene características geográficas únicas. “Al tener producción a diferentes alturas de siembra, más o menos entre los 1.700 y los 2.500 metros sobre el nivel del mar, tenemos una gran ventaja a diferencia de otros países y es que tenemos fruta todo el año”, manifiesta.
La tierra colombiana tiene materia orgánica, suelos que no tienen mucha arcilla, está ubicada a una altura óptima y tiene acceso a luminosidad.
A la vez que las condiciones geográficas son una ventaja, las condiciones climáticas son una desventaja por las intensas precipitaciones que se pueden presentar en Colombia. “Muchas plagas por lluvias y material vegetal deficiente son un caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de enfermedades que afectan la calidad y la capacidad de tener rendimientos superiores a 10 toneladas por hectárea”, expresa Restrepo, CEO de Hass Colombia.
Por su parte, Sepúlveda agrega que para reducir el rezago, “el agricultor debe contar con herramientas para un buen trabajo fitosanitario del cultivo y de esta manera garantizar los estándares internacionales de un producto que ha sido considerado durante los últimos años como una de las frutas más deseadas a nivel mundial”.
