Foto principal: © 2019 Vinos El Cielo
Hasta ese momento, Gustavo Ortega Joaquín solo había sido un amante del buen vino y la gastronomía. En 2013, decidió emprender con sus socios, José Luis Martínez y Lolita López Lira, un nuevo negocio en la industria vitivinícola de Baja California. Había un problema: no tenía suficientes conocimientos sobre el vino.
Proveniente de una familia en la que varios de sus integrantes se han dedicado a la promoción del turismo, Gustavo era un experto en marketing para este sector. Su larga trayectoria estaba basada principalmente en Quintana Roo y ahí llegó a fungir como presidente municipal de la isla de Cozumel y posteriormente delegado estatal de Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur). También se involucró en negocios de bienes raíces en esa zona, como Isla Cozumel Real States, Club de Playa Mr. Sancho’s o los Desarrollos Turísticos Costa Maya.
Sin embargo, ahora estaba en el otro extremo de la República: el Valle de Guadalupe en Baja California. “Al inicio de mi llegada al Valle de Guadalupe, me encontré con el reto más grande como empresario y fue que no conocía de vino”, reconoce ahora en entrevista para Goula.lat. “En un periodo muy corto tuve que aprender del tema y asesorarme para tomar buenas decisiones”.
Afortunadamente, Gustavo se dio cuenta que, por parte de la gente y negocios locales no había un entendimiento hacia la actividad turística. Un ejemplo de ello es que la mayoría de las bodegas en Baja California permanecían cerradas casi todo el año. Ahora, Gustavo reflexiona: “Un punto a mi favor fue que traía conmigo una vasta experiencia en turismo que podía verter en este nuevo emprendimiento”.
Hoy después de seis años, El Cielo Winery Resort by Karisma en Baja California es un caso de éxito enoturístico. Este gran complejo comprende una línea de hoteles boutique de lujo, viñedos y una bodega poseedora de un espléndido portafolio de vinos.
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Gustavo Ortega y Gina Estrada.
La receta del negocio vitivinícola: la diversificación
Ortega Joaquín, con su carácter sobrio y amable, nos compartió su reflexión con respecto a que la principal aportación de El Cielo hacia los empresarios de Baja California es el entendimiento al sector turístico y la profesionalización de los servicios.
“Aportamos un nuevo modelo de negocio para el sector de la hospitalidad, ahora son muchas las bodegas que cuentan con tiendas, restaurantes y más servicios”. Ese modelo de negocio es diversificar la oferta, no depender únicamente del sector vinícola. “También tenemos el hotel y nuestros huéspedes son consumidores de vino y visitan la bodega de El Cielo. Ambos negocios se complementan. Esto es algo que los demás pueden replicar para hacer crecer la región”, expuso el empresario.
Asimismo, considera que el éxito de El Cielo ha tenido varias aristas, una de ellas es haber llegado en un momento de crecimiento de la industria vinícola, otra ha sido armar un equipo de ventas y no depender de un tercero. “Apostamos por la venta directa y también en línea, así empezamos a cerrar contratos. Una parte importante ha sido escuchar a nuestros clientes y estar pendientes de sus observaciones para corregir nuestra estrategia y seguir avanzando”.
Solo en materia de promoción turística, este destino innovó con una estrategia de acciones puntuales como la realización de fam trips con prensa, agentes de viajes y públicos especializados. El objetivo es dar a conocer al mundo, por medio de recomendaciones expertas, todo lo que El Cielo puede ofrecer.
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© 2019 Vinos El Cielo.
La receta del vino: el ensamblaje
Más allá del éxito de El Cielo como destino turístico, también ha logrado posicionarse como una empresa vitivinícola de clase mundial. Sin ir más lejos, este año, El Cielo participó en el Concours Mondial de Bruxelles con el vino Caipirinha 2016. Su inusitado cuerpo, aroma y sabor le valieron el trofeo del Vino Tinto Revelación Internacional 2019.
En una entrevista para el sitio Concours Mondial de Bruxelles, Ortega declaró: “Qué honor más grande recibir tal reconocimiento de los jurados internacionales, que han catado algunos de los mejores vinos del mundo y que eligieron nuestra Caipirinha 2016 entre más de 5,300 vinos tintos de todo el planeta”.
El vino ha tenido tanto éxito que se han incrementado los pedidos de compra, aunque únicamente cuentan con 12 mil botellas, que apenas alcanzan para su distribución nacional. Sin embargo, se espera muy pronto la añada 2017, misma que repetirá el ensamblaje varietal del vino premiado.
La receta secreta del éxito de Ortega Joaquín es la diversificación del producto, un concepto básico del mundo de los negocios, de la cual el empresario echó mano para explotar al máximo el potencial de El Cielo. Fórmula que también trajo consigo el despunte de Valle de Guadalupe y las diferentes rutas del vino en Baja California, como un destino enoturístico y gastronómico que año con año recibe cientos de visitantes nacionales y extranjeros.
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