El mayor reto de Jorge Treviño, fundador y director de la asociación Ecología y Compromiso Empresarial (ECOCE), fue poner de acuerdo a la industria de alimentos y bebidas en cómo mejorar la mala gestión de los desperdicios. Ahora que lo mira en retrospectiva, con más de 17 años dedicado a la responsabilidad social empresarial, puede reflexionarlo de modo más mesurado.
Sentó en la misma mesa a varios de los empresarios y dueños de algunas de las compañías más grandes del país, muchos de ellos competidores directos. Era natural que hubiera rivalidad comercial y muchos intereses incompatibles, el reto fue que comprendieran que las rencillas no aplican en el tema ambiental.
No sólo tuvo que conciliar a los empresarios, también gestionó con el gobierno. Esto lo hizo al colaborar con los legisladores para generar la Ley General de Prevención y Gestión Integral de Residuos, la idea es implementar acciones contundentes y congruentes, entre lo que se hace y se dice porque ya sabemos que en México lo usual es hacer todo lo contrario.
Más allá del cabildeo con los empresarios y los reguladores gubernamentales, su lucha ha sido impulsar, desde su trinchera, la cultura de acopio y reciclaje entre la población.En entrevista para Goula asegura que el manejo de los desperdicios no debe ser visto como una moda, sino como una responsabilidad compartida.
Jorge Treviño es un hombre serio, tenaz y de sonrisa franca. Su intención es sensibilizar a la industria de alimentos y bebidas sobre la buena gestión de los residuos de envases y empaques en México, para cuidar el medio ambiente.
“En el 2020 tendremos una campaña de comunicación muy fuerte y queremos que sea el año del reciclaje”, comenta el directivo. “Vamos a atender a nivel estatal y municipal un trabajo de acopio más complicado, nos enfocaremos en PET y empaques flexibles o de vidrio desechable. Nuestro objetivo es aumentar las tasas de acopio y reciclado.”
¿Cómo ha evolucionado la RSE desde que estás a cargo de ECOCE?
Con ECOCE iniciamos hace 17 años, anteriormente la visión de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) era más un tema de moda que de conciencia real. Sin embargo, en el 2000 con la entrada del presidente Fox, se dio una apertura a la industria y mayor colaboración con el gobierno federal, a raíz de su preocupación por la basura que la gente tiraba en las calles. En aquel entonces, la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal estaba a cargo de Claudia Sheinbaum. Ella se dio cuenta de que no separaban la basura y por consecuencia los rellenos sanitarios estaban cooptados. Por tal motivo iniciamos la colaboración con el gobierno de una forma más visionaria que obligatoria en el tema de responsabilidad compartida.
¿Qué significa el concepto de responsabilidad compartida?
Se refiere a que cada sector de la sociedad tome la responsabilidad que le corresponde en el consumo y manejo de residuos. Por ejemplo, al comprar un producto es porque vas a consumir su contenido ya sea un alimento o bebida, entonces te haces responsable también del envase o el embalaje en el que viene. Los consumidores no están sensibilizados de ello y por tal motivo existe un mal manejo del residuo. Resulta más fácil echarle la culpa a la industria que lo fabricó o al gobierno, en lugar de recoger la basura que generamos. Esto quiere decir que hay que aclarar qué le corresponde a cada cual, que el consumidor no tire y separe su basura, que el gobierno recoja y provea de infraestructura. La industria les da un valor a los residuos y mete estos materiales de nuevo a la economía, ya sea circular o lineal, no importa. La idea es que cada uno haga su parte y se logren resultados efectivos.
¿Qué puede aportar ECOCE a la industria de alimentos y bebidas?
Nosotros consideramos un plan de manejo de residuos después del consumo de varios materiales desde PET, PEAD, vidrio retornable, y otros materiales. También hemos captado aluminio y hoja de lata que vienen de las conservas y bebidas. Empezamos trabajos con PET generando un modelo de gestión exitoso que nos coloca como el país más avanzado en el tema de acopio y reciclaje en América. En 15 años logramos lo que los europeos se tardaron 40. Hemos hecho una labor en la que se recuperan seis de cada 10 botellas PET. Hoy en México tenemos 16 plantas de reciclaje PET, 2,800 empleos directos, 35 mil empleos indirectos e inversiones por más de 312 mil millones de dólares. De las 782 mil toneladas que se mandan al mercado, 438 mil se quedan en México, es decir tenemos una recuperación del 56%, misma tasa de recuperación promedio en Europa. Estamos por arriba de Estados Unidos, Canadá y Brasil. En América Latina somos la región que más recuperamos. Tenemos muy buena experiencia con el reciclaje porque cada vez existe más material que se queda en México y se rehusa dándole un valor agregado. Se hace la gestión desde el punto de vista ambiental, el PET es el material que más se recicla después del aluminio. Hoy nuestro país cuenta con cuatro plantas de reciclado de botella a botella donde regresan a grado alimenticio el plástico PET y no se usa petróleo, no se generan residuos y se hace un proceso de economía circular ejemplo del mundo. Algunas de estas plantas son de Coca Cola, y de productores independientes y embotelladoras como Aga y Jarritos.
¿Cómo la industria alimentaria puede ofrecer soluciones sustentables e innovadoras que cuiden el medio ambiente?
La industria refresquera y de bebidas va a la vanguardia y se rige con parámetros internacionales en temas de responsabilidad social empresarial. Tienen los mejores materiales y tecnologías, además llevan muchos años reduciendo el uso del material, prueba de ello es que la mejor tecnología para el reciclaje botella a botella es de refrescos y se tiene en México. ECOCE ofrece un plan de manejo para toda la industria principalmente la refresquera, de bebidas y alimentos. La idea es estar un paso adelante del gobierno y que la industria conozca las tendencias internacionales que demanda el consumidor. También existe una gran preocupación por la basura plástica que está en los océanos. Más del 50% proviene de tierra adentro, lo que significa que se dispuso mal de esa basura y con la lluvia llega a los ríos, de ahí al mar. ECOCE siembra semillas en la población para ofrecer mejores opciones y ayudar al gobierno con la gestión de residuos para que ellos aprendan cómo separar el material y nosotros los ayudamos a desplazarlo al mercado. También puedo mencionar que debe haber mayor congruencia entre las acciones; ejemplo de ello es que el ciudadano cada día se hace más consciente, pero no encuentran servicios e infraestructura.
¿Por qué las industrias vinculadas al sector alimenticio tendrían que adherirse a ECOCE?
Existe una ley general de prevención y gestión integral de los residuos y en el Artículo 28, dice que todos los que producen venden o comercializan productos que al final se vuelven residuos, tienen que tener un plan de manejo, ello incluye a los productos post consumo que se generan en la cadena de valor, desde el fabricante de materias primas hasta el prestador de servicios que vende el producto final.
¿Cuáles son los retos pendientes?
Lo primero es la empatía en la cadena de valor. Conocer las necesidades de cada sector y dónde le ha faltado hacer cosas con la intención de armonizar acciones y dialogar. Los retos son constantes, cada vez que hay un cambio de gobierno es comenzar a capacitar y explicar. Queremos que la industria no se desespere porque no ve certidumbre a largo plazo.
Nos puedes compartir algunas acciones en las que la industria de alimentos y bebidas puede adherirse a la cultura del reciclaje.
Se debe pensar en el uso del ecodiseño y poder comprobarlo, modificar los empaques y embalajes que están utilizando. Estamos en una época de prescindir de lo no necesario y trabajar en una economía circular, la industria tiene que buscar materiales que al final de su vida tengan una buena práctica en su gestión. Hay que promover el ciclo: vacía, aplasta y deposita. Esta acción tiene mejor valor. Existen empresas que sí tienen buenas prácticas y modelos a seguir como las que pertenecen a ECOCE, por ejemplo, el sector refresquero es muy atacado, pero en realidad hacen muchas acciones, que van desde la innovación tecnológica, la ayuda a comunidades, el otorgamiento de becas y muchas investigaciones en innovación que no se conocen.
¿Qué opinión tienes de la nueva legislación sobre el etiquetado de alimentos y bebidas?
El etiquetado está saturado por símbolos que nadie entiende. Hay que simplificarlo y armonizarlo. En este sentido es importante que la industria siga unida y lleguen a acuerdos. En relación a la tendencia mundial, en el sector de bebidas el consumidor las prefiere bajas en calorías y de colores claros, que son las que mayormente refieren a productos saludables. Otro punto importante es que estén envasadas en materiales simples, de etiquetas sin complicación y con envase reutilizable, reciclable o composteable al 100%.
