Pese a que se preveía que la industria refresquera tendría que enfrentar un ajuste más alto en el IEPS por litro, la propuesta de la nueva Miscelánea Fiscal 2020 aprobada por el pleno de la Cámara de Diputados, el viernes pasado, quedó en un ajuste que se fijará respecto de la inflación entre los diciembres de 2010 y 2019.
Este ajuste entrará en vigor el 1 de enero del año entrante. En el dictamen previo aprobado por la Comisión de Hacienda y Crédito Público se había establecido que habría un incremento de 10 centavos por litro de refresco, que finalmente se desestimó. La Miscelánea Fiscal sigue su ruta al Senado donde aún se someterá a cambios.
La ley deI Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IESPS), se impuso en 2014 a bebidas saborizadas, hidratantes y refrescos por su alto contenido calórico, lo que tiene todo el sentido en un país con altos índices de obesidad.
El salvavidas de la reformulación
La industria refresquera tuvo que recurrir a la química para superar en México una sacudida fiscal en 2014 y de momento un nuevo impacto para 2020, porque no hay que olvidar que aún se encuentra en discusión el tema del etiquetado frontal en alimentos y bebidas. Con la ayuda del uso de edulcorantes en sus fórmulas ha recuperado sus volúmenes de ventas en México, de forma casi inmediata.
Los precios de los refrescos aumentaron entre 2014 y 2019 más de 40 %, de acuerdo con cifras del Inegi. Como era de esperarse la venta disminuyó el primer año, pero las marcas realizaron inversiones que les permitieron reformular sus contenidos y vender más productos con poco o nulo contenido de calorías.
De acuerdo al análisis, Desempeño de la Industria Refresquera en México, elaborado por la consultora KPMG, quien recabó información con la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC), el sector ya se recuperó y continuó creciendo en 2018, año en el que se vendieron 18 mil 903 millones de litros de refresco, lo cual representa un incremento de 0.28% con respecto al año anterior y por arriba de los 17 mil 403 millones de 2014.
La consultora ha encabezado los informes de la industria y señaló recientemente que gracias a la reformulación en sus productos redujeron en 7.2 % el contenido calórico de sus bebidas en seis años. Adicionalmente, diversificó el portafolio. En la actualidad, una de cada dos bebidas es baja o sin azúcar, con una reducción de hasta 50 por ciento en contenido calórico. De esa manera, la industria ha elevado la venta de bebidas con sus versiones light o con endulzante artificial.
Cifras de la consultora indican que las ventas de 2017 a 2018 en productos de cola con contenido calórico aumentaron 0.8 %, no calóricos subió 26.1 %, y los bajos en calorías crecieron 149%. En tanto, en bebidas de sabor, la venta en productos no calórico subió 20% y 414% en bebidas bajas en calorías.
Para Oscar Silva, socio líder de Global Strategy Group de KPMG en México, el consumidor sí es consciente del impacto del azúcar en la salud, por ende, cuando sabe que ingiere un producto con menor contenido calórico, mentalmente lo satisface.
“El producto bajo en calorías, ya lleva mucho tiempo en el mercado, el no calórico apenas entró hace un par de años, creo que el mercado tomará más valor al sin azúcar. La conciencia del consumidor es lo que lo lleva a este cambio, no tanto el precio”, añadió.
Debido a la reformulación de bebidas, las marcas no han dejado de vender, incluso, la tendencia de los compradores se dirige, cada vez más, a las presentaciones más grandes tratando de pagar menos por volumen.
En los cuatro años y ocho meses que lleva reportado el IEPS a bebidas saborizadas y refrescos, el gobierno ha logrado recaudar más de 112 mil millones de pesos, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
En 2014 fue de 18 mil 279 millones de pesos, cifra que en 2018 se incrementó a 25 mil 908 millones de pesos, lo que significa un 42% de incremento y se prevé que al terminó de este 2019 crezca aún más.
Industria responsable
Las firmas si han reportado inversión en estos años en los conceptos de responsabilidad social y ambiental, de acuerdo con KPMG. De 2012 a 2018, la industria ha invertido más de mil 300 millones de pesos en iniciativas de cuidado a la salud, medio ambiente, atención social, educación, desastres naturales, entre otras. En 2018, sumaron más de 324 millones de pesos en programas de responsabilidad social.