En los suelos volcánicos de Jilotepec, Estado de México, entre valles a 2,452 metros sobre el nivel del mar, crece la materia prima de Nixta, licor de elote. El maíz cacahuazintle que se siembra ahí es la única variedad que se usa en la elaboración del destilado que se abre paso en las barras del mundo y que resultó ganador en la categoría de Mejor Producto Emprendedor del Año en los Goula Awards 2021.
Ganaron esa categoría por la implementación de buenas prácticas en sus procesos de producción, la selección de sus materias primas y por lograr un crecimiento ejemplar para un producto nuevo, a pesar de haber nacido durante la pandemia. Además, promueven dentro y fuera de México las variedades de maíz criollo y su nixtamalización —el proceso de origen prehispánico que transforma al maíz para hacerlo más nutritivo y que le da nombre a la marca.
Nixta no sólo captura esos sabores del maíz criollo, también muestra al mundo que se puede convertir en licor. La bebida es producida por Casa Lumbre. Son los creadores del licor de chile Ancho Reyes, de las marcas de mezcal Montelobos y Ojo de Tigre, y del lanzamiento del primer whisky de maíz nixtamalizado del mundo, Abasolo. La empresa define su misión así: “el rescate al patrimonio sensorial, cultural y biológico de México, pero expresado en bebidas espirituosas”.
Fue justo durante el desarrollo de Abasolo —que usa el mismo tipo de maíz, el cacahuazintle—, que sus creadores descubrieron otra forma de honrar al ingrediente.
“Obtuvimos un producto único, el primer licor de elote en el mundo que sin ser añejado es de muy alta calidad y funge como un modificador para coctelería. Así nació Nixta”, explica Samia Okie, brand manager de la marca.
Ella asegura que la marca busca generar conversación sobre el rescate de las variedades de maíces endémicos e incentivar su cultivo. “Queremos rescatar esas variedades y que los campesinos no sientan la necesidad de sembrar otras opciones”, comenta. Por ello, afirma, trabajan con familias que lo han cultivado por generaciones, a quienes les pagan “un precio más elevado que el comercial”.
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De Jilotepec a las barras del mundo
A una hora y 20 minutos de la Ciudad de México, se ubica la destilería Abasolo. Es un conjunto de edificios rehabilitados en las cercanías de los valles donde se cosecha su materia prima.
Desde el año pasado, la destilería es también una atracción turística. Ofrecen recorridos guiados para conocer su proceso de elaboración, al tiempo que se disfruta de catas y maridajes.
Durante el proceso de fabricación de Nixta se usan elotes tiernos, pero también granos maduros. La versatilidad de sus sabores es lo que ha conseguido que se pueda usar como ingrediente de repostería, aperitivo, digestivo o en variedad de recetas de coctelería.
Tras casi seis años de desarrollo y planeación, su lanzamiento oficial fue en marzo de 2020, cuando iniciaba en México la pandemia de COVID-19. Mientras los bares y los restaurantes permanecían cerrados por la emergencia sanitaria, Nixta logró popularizarse entre los bartenders. Su estrategia fue lanzar un concurso para crear recetas de coctelería protagonizadas por el nuevo licor.
Sus productores afirman que durante el primer año de Nixta vendieron 2,400 cajas de 9 litros. El 2021 lo cerraron con 5,500 cajas y esperan conseguir ventas superiores a las 7 mil cajas al término de este año. “En 2022 esperamos crecer un 105% en promedio”, pronostica Okie.
Este licor no solo se queda en México: casi la mitad de su producción se exporta. Por lo pronto, tienen presencia en 12 países, con Estados Unidos como principal destino, pero también llegan a Reino Unido, Suecia, España, China y Australia, entre otros. El plan de exportación para 2022 contempla llegar a 12 países más, así como expandir el mercado a más ciudades de EUA y Latinoamérica, además de posicionarse en Canadá.