Ahora los colombianos piensan dos veces antes de comprar carne de res. Con un aumento en precio del 26.7% durante el último año, eligen consumir granos u otras proteínas más económicas, como pollo y cerdo. El pollo y el cerdo también se han encarecido, pero menos: 20 y 13% respectivamente, según pronunciamientos públicos del sector ganadero.
A la par, dos fenómenos confluyeron en la toma de decisiones de los productores de carne bovina en los primeros cuatro meses del año. El primero, el aumento de la demanda internacional. Segundo, la desvalorización del peso colombiano. Ante ese escenario, los ganaderos prefieren vender sus animales vivos en el exterior que sacrificarlos en el país.
El resultado: un aumento de 113% en las exportaciones de ganado bovino colombiano vivo. La alta demanda externa ha provocado que el alimento se encarezca para el consumo interno.
El director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (Dane), Juan Daniel Oviedo, dijo que se está presentando una relativa escasez de sacrificio de ganado y que hay mayor exportación. También habló del encarecimiento de insumos, como fertilizantes y concentrados.
Una tormenta perfecta para el incremento de precios
De acuerdo con los analistas del ramo, el aumento del precio de la carne de res es un fenómeno internacional.
El informe Coyuntura del sector cárnico en Colombia de la Cámara Gremial de la Carne del Fondo Nacional del Ganado, que analizó el entorno internacional y nacional del sector durante 2021 y los tres primeros meses de este año, concluyó que a nivel mundial la res aumentó un tercio su cotización entre 2020 y 2021. Para 2022, ese incremento rebasó el 11%, cuando el precio por tonelada de carne de res pasó de 6 mil 750 dólares a 7 mil 515 dólares.
Óscar Cubillos, director de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan), señaló que una suma de factores ha incrementado el precio del alimento. Entre ellos: la inflación, el alto costo de insumos por el alza en la tasa de cambio, el paro nacional entre mayo y junio de 2021 —que impidió la comercialización de carne y el sacrificio de ganado—, y el aumento de la demanda internacional.
“El nivel de ingreso de los colombianos también se ha visto deteriorado desde el año 2013 y se deprimió aún más por la pandemia y la crisis social. De ahí que la gente consuma menos carne”, indica Cubillos.
El ya señalado informe Coyuntura del sector cárnico en Colombia, destaca que también se debe analizar si existe alguna responsabilidad por parte de los productores. Razona que cuando el novillo gordo baja de precio, el precio final de la carne debería hacerlo, pero eso no sucede, además la clandestinidad ha ganado terreno.
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La exportación como principal responsable
Según el informe de la Cámara Gremial de la Carne, el precio de la carne colombiana en el mercado mundial fue más barato que en cualquier otro país. Esto dinamizó las exportaciones. Se sumó el tipo de cambio, que beneficia mucho más a los productores.
Por ejemplo, el precio del kilo de novillo gordo vivo en Colombia a nivel internacional se mantuvo en 1.68 dólares el kilo. En Brasil se cotizó en 1.89 dólares; en México, 2.33 dólares; en Argentina, 2.87 dólares; y en Estados Unidos, 3 dólares.
En el Boletín Técnico de Exportaciones en Colombia publicado por el Dane en mayo, se observa que entre enero y abril de 2022, el envío de ganado bovino vivo al exterior aumentó 113% con respecto al mismo periodo de 2021. Pasaron de vender 70 millones de dólares a 149 millones de dólares. Los destinos principales fueron Egipto y los Emiratos Árabes Unidos. Se espera que la tendencia siga en crecimiento y en 2022 se superen las cifras de 2021.
“Los precios han subido debido a la salida en mayor parte de ternero para exportación. Por la salida de esos animales se dice que hay escasez en el mercado colombiano. Al haber escasez, los precios suben. La carne ya no se exporta sino que se venden los animales vivos, lo que sale más rentable para los productores”, señala Andrés Ardila, director financiero de Arcasti Limitada, empresa productora de ganado en Colombia.
Se exporta ganado de mala calidad
A su vez, Juan Pablo Ortiz López, gerente general de Asorangus Comercial S.A., que comercializa la marca Angus Azul, explicó que existen otras variables que no se están teniendo en cuenta.
“Hoy la demanda es mayor y en Colombia cada vez se sacrifica menos ganado y el ganado de mala calidad termina saliendo del país. Esto ha impactado las exportaciones, que nos está afectando porque se va todo el ganado, así sea ganado flaco. Eso no genera ninguna cadena de valor para Colombia. La verdad es que no estábamos preparados para exportar a grandes cantidades y asumir ese reto en productividad”, agrega Ortiz.
Una situación que se ve respaldada en esa conclusión del informe de la Cámara Gremial del Ganado: “De enero a marzo de 2021 se exportaron en total 13 mil 750 toneladas de carne y despojos, mientras que en los mismos meses en 2022 se han exportado 10 mil 155 toneladas lo cual representa una disminución del 26%. Esta disminución corresponde aproximadamente a 21 mil 849 bovinos que se han dejado de sacrificar para surtir los mercados internacionales de carne”.
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¿Hay desabastecimiento en Colombia?
El hato ganadero en Colombia está proyectado en 30 millones de reses. Eso incluyen el ganado de leche, toros y las crías, los cuales no hacen parte del mercado de carne bovina. Asimismo, Fedegán explica que el país solo exporta el 5% de lo que produce y la meta es seguir creciendo esa cifra.
“No sé hasta qué punto podemos hablar de desabastecimiento. Me parece que hay mucho sacrificio informal para evadir impuestos. Es difícil tomar medidas para controlar los precios, pues dependemos de la economía mundial y la producción colombiana representa solo el 1.4% de la carne del mundo”, precisa Augusto Beltrán.
Añade: “Lo que sí viene es un ciclo de retención de hembras (no sacrificarlas para estimular el crecimiento del hato) para tener más animales y carne disponible. Así bajaremos el precio local y aumentaremos la capacidad de exportación”.
El mercado de las subastas de ganado
Daniel Alfonso Sánchez, ganadero del Suroriente Colombiano que se mueve en la venta de ganado en subasta, explicó que a pesar de que Fedegán diga que no hay desabastecimiento, la realidad es que en el mercado nacional hubo poca disponibilidad de animales debido a las exportaciones.
“En las subastas lo hemos vivido porque los productores prefieren enviar sus reses en barcos. A mí, que comercializo ganado en subastas, me afectó porque los precios subían hasta un 30%. Hasta hace dos semanas se está empezando a regular nuevamente el mercado”, expresa Sánchez.
Andrés Ardila precisó que no hay una regulación real de precios en el mercado, porque no hay capacidad de almacenamiento en Colombia y todo se mueve por la oferta y demanda.
“El precio de subasta es lo que marca la parada. Sobre la retención de hembras es una estrategia que se maneja cada cinco años con incentivos a nivel nacional y créditos con bajas tasas. El problema es que no sabemos para dónde va ir nuestro mercado por el incremento de las exportaciones. Los afectados son los frigoríficos porque se está dejando de matar ganado en Colombia”, sostiene Ardila.
La carne importada… ¿importa?
La importación de carne, que podría ser otro factor que altere los precios, no es considerada por los expertos como un actor relevante. “Si bien hay afectación de los precios con la importación, esto solo afecta a las carnes finas, que son cortes madurados (punta de anca, rib eye, T-Bone, entre otros) y de ganado gordo de alta calidad, el cual es un mercado mucho más reducido y este sí de lujo. Pero la tasa de cambio sigue favoreciendo la exportación. La carne hoy es un privilegio consumirla por su precio, sea de buena o mala calidad”, señala Juan Pablo Ortiz.
A su voz se une la de Augusto Beltrán, quien desde Fedegan explica que el consumo de carne importada en Colombia es bastante bajo. “Hemos podido identificar que son cortes finos, de muy alto valor. Una carne trabajada y madurada, cortes finos. Son consumidos por los estratos más altos”, añade.
El gerente general de Asorangus Comercial insiste en que el problema de los precios hoy en Colombia no es por el desabastecimiento sino por un mercado deprimido.
“Ganado hay, lo que pasa es que el aumento del precio de la carne desincentiva el consumo. Debemos regular las exportaciones de ganado en pie, porque no podemos dejar de generar empleo y valor a nuestra cadena de producción como los frigoríficos”, concluye Juan Pablo Ortiz.