Con la pandemia provocada por COVID-19, el robo hormiga se duplicó en el retail y pronostican que seguirá al alza. Ello representa mermas en los inventarios de hasta 15% y genera pérdidas de hasta 7% del total de las ventas, así lo reveló Adolfo Loera, CEO de Biometría Aplicada, empresa especializada en sistemas de seguridad biométricos.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), han diagnosticado que este ilícito puede llegar a generar pérdidas de entre 10 mil y 14 mil millones de pesos al año al sector. Ello representa un promedio de hasta 80 incidentes al día.
“Lo más preocupante de todo esto es que, según la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas 2020 realizada por el Inegi, el 95.5% de los casos no ameritarán una carpeta de investigación ante el Ministerio Público, debido a que son montos muy pequeños. Esto permite que la posibilidad de reincidencia por parte de estos delincuentes sea muy alta”, advirtió el directivo.
En el robo hormiga, las personas esconden los artículos entre sus ropas, también son conocidos como farderos y es uno de los grandes dolores de cabeza de los comercios minoristas del país. Una estrategia para combatirlo es el reconocimiento facial que ayuda a identificar a los farderos y monitorear en tiempo real sus acciones para detenerlos antes de que concreten el robo.
“Este sistema biométrico se basa en la medición de los puntos nodales del rostro, como la separación de los ojos o la longitud de la línea de la mandíbula, entre otros, para generar un template de la cara de la persona que servirá de base para futuras identificaciones”.
Sus proveedores aseguran que el algoritmo puede realizar identificaciones incluso con elementos que pudieran generar distorsiones en la captura como bigotes y barbas, lentes, sombreros, cubrebocas, bufandas y hasta cascos. Esta tecnología se ha usado en eventos deportivos como el pasado Mundial de Rusia 2018, en donde ha demostrado su alta eficiencia al prevenir el ingreso a estadios de personas peligrosas.