Como un freno a la actividad comercial así ve Alejandro Solís, director general de Rappi, el nuevo impuesto de 2% que el Congreso de la CDMX, aprobó el miércoles pasado.
Solís agregó que este tipo de obligaciones fiscales sí suben los precios de las transacciones y también tendrán impacto en los pedidos, aunque, se estableció que el 2% de impuestos por cada pedido será cubierto por las empresas de reparto.
“Esta decisión nos agarró por sorpresa y desincentiva toda esta tendencia de continuar innovando. El hecho de tener impuestos hace que se frene la digitalización y modernización de la economía”, dijo en conferencia de prensa.
Esta plataforma de origen colombiano está presente en nueve países de América Latina y en 55 ciudades. Desde el año entrante, en la CDMX pagará un impuesto al 2% de sus ganancias en cada pedido que atienda, por ello, ya piensan en expandirse, pero en otras ciudades.
El directivo explicó que la empresa priorizará en 2022, la expansión de 1,500 kilómetros cuadrados en otras ciudades que tengan más de 300 mil habitantes.