Para favorecer la fertilidad de la tierra, obtener un mejor aprovechamiento del agua y romper con ciclos biológicos de plagas y enfermedades en los cultivos, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), promueve la siembra de cultivos diferentes en huertos que se han usado para una sola variedad.
Un ejemplo que ha resultado exitoso es el de la siembra de aguacate en el desierto sonorense. A finales de 2022, productores del Valle del Yaqui esperan la primera cosecha, que prevén tendrá un rendimiento inicial de hasta cinco toneladas por hectárea.
En 2018, productores del Valle del Yaqui iniciaron la siembra de este nuevo cultivo en el desierto sonorense y, en la actualidad, se han reconvertido 355.5 hectáreas, antes destinadas a la siembra de otros productos. El cultivo de aguacate en esta región es una idea innovadora en México, ya que es un árbol que demanda gran cantidad de agua, por lo que hasta ahora, las zonas productoras del país se focalizan en el centro, occidente y sur-sureste.
En este caso se cuenta con un sistema de riego por goteo implementado en los huertos, que activa los sensores de humedad para monitorear de manera digital las necesidades de agua de manera sustentable. En casos como este, se recomienda tomar muestras de los huertos para demostrar la ausencia de plagas cuarentenarias del aguacatero: barrenador grande del hueso del aguacate (Heilipus lauri), el barrenador pequeño del hueso del aguacate (Conotrachelus aguacatae y C. perseae) y de la palomilla barrenadora del hueso (Stenoma catenifer).