Con la suma de nuevas herramientas tecnológicas, conocimiento compartido y la recuperación de saberes antepasados, el sector agrícola podrá hacer frente a las nuevas necesidades de alimentación del mundo provocadas tras la pandemia, los conflictos geopolíticos y los efectos del cambio climático, concluyeron en el Congreso Interamericano de Agua, Suelo y Agrodiversidad.
En el encuentro realizado en Ciudad Obregón Sonora, la representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, Lina Pohl aseguró que México es de los pocos países de América Latina que está buscando alternativas para proteger el recurso suelo, que es la base para la protección de la biodiversidad y la productividad.
Resaltó que aunque América Latina solo concentra el 15% de territorio y el 9% de la población mundial; alberga al 50% de la diversidad del planeta, lo cual obliga a asumir la responsabilidad de protegerla con una agricultura resiliente, sostenible y responsable.
Pohl agregó que en la región se deben activar políticas públicas enfocadas a proteger la biodiversidad, pero al mismo tiempo a sacar de la pobreza a los productores latinoamericanos, invertir en ciencia y tecnología y asegurarse de que esas innovaciones lleguen a todos los productores.
“Vivimos una tormenta perfecta, como nunca antes el mundo se enfrenta al bajo crecimiento económico, hambre, guerra, altos precios de los alimentos y cambio climático y la única manera de salir de ella es articular las políticas públicas con la ciencia e innovación tecnológica, el trabajo del sector privado y la ayuda de la academia y organismos internacionales”, agregó.
Durante su participación, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos dijo que esos cambios se deben establecer en los sistemas agroalimentarios y expuso que no se pueden resolver problemas nuevos con herramientas viejas, puesto que es necesario alcanzar un campo más productivo con lo que se tiene disponible.
Villalobos llamó a recuperar los saberes y el bagaje de nuestros antepasados, pero también, las tecnologías y prácticas novedosas que permitirán alcanzar una agricultura más sustentable.