La Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA) alerta sobre acusaciones e iniciativas que satanizan al endulzante como responsable de enfermedades como sobrepeso, obesidad y diabetes. En un comunicado el presidente del organismo Juan Cortina Gallardo señaló que se pretende castigar injustamente el consumo de productos con azúcar así como imponer impuestos, etiquetados más agresivos y prohibiciones de venta.
Advirtió que se insinúa sin justificación, “una relación entre el consumo de azúcar de caña y los efectos del coronavirus, lo cual puede ocasionar daño al sector”.
El representante gremial señaló que varias familias del campo pueden resultar afectadas seriamente como resultado de las iniciativas que injustificadamente adjudican al azúcar de caña problemas de salud, de los cuales no es responsable, “como sí lo pudiera ser el consumo al alza del jarabe de maíz de alta fructosa y otros edulcorantes artificiales y sintéticos”, sostuvo.
Agregó que la sustitución de azúcar de caña por otros edulcorantes no ha resultado beneficioso para la salud de la población mexicana, ni tampoco la imposición de impuestos a los productos naturales del campo mientras se exenta a otros edulcorantes artificiales.
Sobre la posible reformulación que la industria de alimentos y bebidas enfrenta con la entrada en vigor de las nuevas disposiciones a la NOM-051, manifestó que, “alejan al consumidor de los productos naturales y del campo, hacia productos más procesados o ultra procesados, sin beneficios para la salud y contraproducentes”.
Cortina Gallardo llamó a las autoridades federales y estatales, así como a los legisladores a fortalecer la salud pública y al campo mexicano y no caer “en iniciativas que dañen a nuestro campo cañero, sin beneficiar a la salud de nuestra población”.
Además dijo que el consumo de azúcar de caña en los últimos 25 años disminuyó un 36%, “por ello la caída en la ingesta de este producto no puede ser la causa del incremento en sobrepeso, obesidad, diabetes y otras enfermedades en el mismo período”.
En términos económicos, la agroindustria del azúcar de caña genera 500 mil empleos directos y 2.4 millones de indirectos en 267 municipios rurales a lo largo de 15 estados de nuestro país, donde la actividad azucarera es el principal motor económico de la zona.