Una vez que el coronavirus dé tregua al mundo, poco a poco las negociaciones comerciales internacionales se reactivarán a todo vapor. Esto se traducirá en el menor costo de venta de una gama de productos de la que los mexicanos aún no conocemos tanto: la inmensa variedad de los quesos europeos.
De acuerdo con un reporte al que tuvo acceso Goula, el arancel para esos derivados lácteos podría tener una disminución progresiva de hasta un 30%, lo que abriría la puerta a un consumo más elevado. Con un menor impuesto, la diversidad de texturas, regiones y sabores, la calidad artesanal y los cuidadosos procesos de elaboración de los quesos de ese continente, serán más accesibles para los mexicanos.
México tiene pendiente la renovación del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUEM). En el diseño y reglas de este acuerdo trabaja la Secretaría de Economía (SE) junto con su contraparte europea y se espera se concrete a finales de año. Cabe hacer mención que con la legislación actual, el queso europeo paga un arancel de 45%, lo que reduce sus posibilidades de consumo.
Charles Duque, director para América del Centre National Interprofessionnel de l’Économie Laitière (Centro Nacional Interprofesional para la Economía Lechera de Francia), confirma el sentido del acuerdo, y explica dos de los cambios más significativos que experimentará la venta de queso europeo. “Los puntos principales de la modernización del tratado comercial con respecto de los quesos de Europa son: la disminución progresiva de aranceles que pueden llegar hasta 30%, y el reconocimiento de las apelaciones de origen, punto muy importante para los europeos que quieren la exclusividad de los nombres de sus quesos para conservar su industria en los diferentes países”, asegura.
Aunque el tratado aún está en negociación, el directivo avizora que la proyección de las importaciones de quesos europeos a México podría incrementarse en un 13% en los siguientes tres años, pero con la entrada en vigor del acuerdo comercial esas cifras podrían cambiar.
El año pasado, la importación de quesos europeos a México cerró en 13 mil 612 toneladas. Para 2023, se pronostica que llegaría a las 15 mil 472 toneladas.
Hasta el momento, no se vislumbran afectaciones significativas a causa de COVID-19 porque la mayor parte de la venta y consumo que el mexicano hace de quesos europeos es durante la época decembrina.
Las claves del crecimiento en el consumo del queso europeo
El freno para el crecimiento en ventas de los quesos maduros está en sus aromas y sabores más pronunciados (algo a lo que no está acostumbrado el paladar mexicano), sus nombres difíciles de recordar, el desconocimiento para incluirlos en recetas cotidianas y sus precios altos. Por ello, una de las estrategias es promocionar recetas usando productos locales para facilitar la familiarización.
También se realizarán una serie de degustaciones en los puntos de venta para dar la oportunidad al consumidor de probarlos. Sobre todo porque en el viejo continente la variedad de quesos maduros es amplia, pero en nuestro país se consumen más los sabores frescos.
En resumen, se trata de acercar la variedad de quesos europeos a las mesas de las familias mexicanas. En ello, la fuerza de ventas que está en la primera línea de consumo debe jugar un papel importante. Alejandro Martínez, gerente de marca de Lactalis México, empresa importadora de lácteos, asegura que el punto de venta es la mejor oportunidad para propagar el sabor de esos productos lácteos.
“El ritual de los franceses para comer queso es replicado por las experiencias gourmet, el acompañamiento con frutas, semillas y vino es un ejercicio que se puede replicar en casa, por eso las degustaciones son la oportunidad para acercar opciones no conocidas”, agrega Martínez. Como conocedor del mercado, comparte que en México los quesos de corta vida, o sea los frescos, son los que más se consumen. Ha constatado que los sabores salado y dulce, así como la sensación que provoca el picor del chile es lo que más se busca; por ello, los de origen europeo que más se venden son: brie, feta, camembert y parmesano.
El gerente afirma que con la reducción de impuestos se podría dar un incremento inmediato en las ventas de entre 4 y 6%. Respecto a la promoción adicional que planea su empresa, están además de las activaciones en el punto de venta, las alianzas con chefs y la participación en eventos gourmet.
Martínez reconoce que el queso francés es el que lidera las preferencias de su mercado y le sigue de cerca el español. Considera que los procesos artesanales, la calidad de los insumos, la denominación de origen y, sobre todo, la homogeneidad de los productos galos, son las claves para inclinar la balanza de la preferencia.
“Al mexicano le encanta comer y le gusta comer bien, pero muchas variedades no las tiene en el radar y a ese mercado hay que enfocarnos”, expone.
Queso, snack listo para cualquier hora
El queso es un producto noble y de fácil acceso porque es un snack listo para cualquier hora del día, pero México no está entre los grandes consumidores de queso a nivel mundial. Ese grupo lo encabeza Estados Unidos, que elabora 4 millones de toneladas al año, de acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO; le sigue Alemania, cuya producción supera los mil 900 millones de toneladas.
En México se producen 40 de las más de 2 mil variedades que se consumen a nivel mundial. Las variedades que más se producen y consumen son doble crema y panela. Se estima que el valor de mercado del queso en el país es superior a los 21 mil millones de pesos.
El consumo de queso per cápita en México sigue siendo bajo en comparación con otros países latinoamericanos como Argentina. Los mexicanos comen alrededor de 2 kilogramos al año, mientras que los sudamericanos 14 kilos.
Por cierto, el Día Internacional del Queso se celebró el pasado 27 de marzo. La FAO dio a conocer que la leche de vaca es la que más se convierte en queso, detrás vienen las opciones de oveja y cabra, pero la variedad producida con leche de alce, está a la alza.
