Del 31 de octubre al 4 de noviembre de 2022, se realizará el 43 Congreso Mundial de la Viña y el Vino y la 20 Asamblea Nacional de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), en Ensenada, Baja California, por lo que autoridades y empresarios esperan una derrama económica de 3,600 millones de pesos para el estado y el país.
La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda expuso la cifra y refrendó el compromiso de su administración para ofrecer las condiciones necesarias para el evento, en coordinación con el gobierno federal. Además, dijo que espera se consolide un bloque de estados vitivinicultores para impulsar la industria, en beneficio de las regiones y los productores.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en voz de su titular, Víctor Villalobos presentó el avance de los preparativos y aseguró que el congreso será un foro para replantear el futuro de la vitivinicultura del país y del mundo, ante los efectos del cambio climático, a fin de garantizar calidad y volumen con un manejo sustentable de los recursos naturales.
Juan Cortina, presidente del Consejo Nacional Agropecuario expuso que es un orgullo presentar lo logrado por la industria vitivinícola mexicana en estados con vocación como Baja California, pero también, en otros como Chihuahua, Coahuila y Guanajuato. Indicó que la uva es un cultivo de alto valor monetario, lo que se traduce en beneficios para las regiones y los productores, además de que se trata de una industria responsable y que avanza hacia la sustentabilidad. El 2022 deberá ser el año del vino mexicano, puntualizó.
Mientras que el presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola, Hans Backhoff Guerrero, añadió que la cadena productiva del vino genera anualmente empleo para alrededor de 500 mil jornaleros, mil 200 puestos de trabajo directos y 10 mil indirectos. Agregó que México ocupa el tercer lugar mundial en exportación de uva de mesa y se exporta a 25 países.
