El Aguardiente Amarillo de Manzanares fabricado por la Industria Licorera de Caldas (ILC), enfrenta, por segunda vez en el año, una disputa con otra marca. Ahora es con la Empresa de Licores de Cundinamarca que los acusa de mentir en su etiqueta y de condicionar la venta del aguardiente amarillo. Los señalan por incurrir en competencia desleal.
Hace apenas una semana, la ILC celebró la resolución a favor de una orden impuesta por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) que obligó a la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) a retirar del mercado su versión de aguardiente amarillo que se comercializaba como Aguardiente Real.
La Empresa de Licores de Cundinamarca argumenta que el Aguardiente Amarillo de Manzanares es etiquetado con la leyenda de 1885, pero que realmente es de 2019. También los acusan que obligan a los tenderos y dueños de licorerías a comprar tres botellas de las otras marcas, que ellos mismos venden, para condicionar la venta del Aguardiente Amarillo de Manzanares.
Ante estas acusaciones, la ILC calificó como ilógicas las acusaciones de “ventas atadas”.
Por lo pronto, las autoridades competentes deberán evaluar las acusaciones y emitir una solución para resolver este conflicto.
