La pesca artesanal es una de las prácticas más importantes para el desarrollo de la humanidad. Los pescadores han impulsado cambios y tecnificación e inversión para viajar cerca de las costas, con embarcaciones relativamente pequeñas. El objetivo es alcanzar una captura responsable y obtener mayor rentabilidad.
Para incentivar esta práctica en el país se ha optado por hacer uso de las redes sociales para la promoción y venta de productos pesqueros en las comunidades locales, además se han diseñado aplicaciones móviles para llevar un registro, orden y almacenamiento de las capturas diarias.
“Estamos viviendo momentos de cambios muy significativos, con un relevo de cambio generacional, y eso va a permitir repensar el concepto de pescador que teníamos”, expuso el catedrático Alejandro Espinoza Tenorio.
El 2022, que está por concluir, fue nombrado como el Año Internacional de la Pesca y la Acuacultura Artesanales (AIPAA), que estableció la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El director general del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), Pablo Arenas dijo que la pesca y la acuacultura artesanal ayudan a los sistemas alimentarios y combaten los efectos del cambio climático.
Pese a ese potencial, la pesca y la acuacultura artesanales en pequeña escala se enfrentan a problemas específicos como la sobrepesca y la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.