En el marco del Día Mundial de la Alimentación que hoy se conmemora en el mundo, David Beasley, director del Programa Mundial de Alimentos, la agencia de la ONU, recién galardonada con el Premio Nobel de la Paz, alertó sobre el crecimiento de la hambruna en el mundo.
“La casa está ardiendo cuando ves que el número de personas que marcha hacia la hambruna ha crecido de 135 millones a 270 millones. Eso es inadmisible y una deshonra para la humanidad. Además de eso 690 millones de personas se van a la cama con hambre cada noche. En un mundo en el que hay 360 billones de riqueza esto es inexcusable”, dijo David Beasley.
El estudio “The Cost of a Plate of Food” del Programa Mundial de Alimentos muestra como un plato básico de comida sigue fuera del alcance de millones de personas. Mientras que en ciudades como Nueva York, una persona gasta un 0,6% de sus ingresos diarios para comprar una comida sencilla, en Sudán del Sur esa misma comida requiere un 186% de los ingresos.
Si un neoyorquino pagase ese porcentaje, su comida costaría 393 dólares. De los 20 países donde cuesta más la comida, 17 están en África Subsahariana. Haití ocupa el cuarto lugar de la lista, con el equivalente a 74 dólares en Nueva York por un plato de comida.
Por otra parte, la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoce como “héroes alimentarios” a agricultores y trabajadores de toda la cadena de valor que garantizan que los alimentos lleguen de la granja a la mesa, incluso en medio de una crisis sin precedentes como la del COVID-19.
Este año el Día Mundial de la Alimentación invita a reflexionar y revivir el aprecio por algo que muchos “dan por sentado y que otros no tienen”, la comida, esencia de la vida y base de culturas y comunidades, y para rendir tributo a todas las personas que participan en el proceso para proveerla alrededor del mundo.
La FAO asegura que preservar el acceso a alimentos inocuos y nutritivos es y seguirá siendo una parte esencial de la respuesta a la pandemia, en particular para las comunidades pobres y vulnerables, que son las más afectadas las crisis económicas resultantes.