En Colombia, las inundaciones y sequías son responsables de más del 80% de las pérdidas en cultivos y ganado, según datos de la Universidad Nacional de Colombia. Por ello es necesario implementar estrategias para conseguir mejores rendimientos.
El profesor Enrique Alejandro Torres Prieto, de la Facultad de Ingeniería y Administración de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que los drones son aliados tecnológicos que contribuyen a tomar decisiones sobre el riego a cultivos y maximizan la eficiencia en el uso del agua, al tiempo que mejoran la productividad.
Mediante cámaras que captan distintas longitudes de onda, los drones posibilitan la visualización de aspectos no perceptibles a simple vista, lo cual facilita el diagnóstico temprano de las condiciones y enfermedades de los cultivos. Esto evita un uso excesivo de agua y reduce los costos asociados, así como los impactos ambientales negativos.
Además, los drones son una herramienta para la fumigación, ya que determinan el tamaño de la gota, el tipo de cultivo, y la velocidad y altura de vuelo; pero una de las limitaciones vinculadas al uso de estos aparatos es que no hay personal técnico capacitado para operarlos y el costo de los equipos es elevado, oscila entre 15 y 45 millones de pesos*, dependiendo de la calidad y cantidad de los dispositivos requeridos.
*Todas las cantidades en pesos en este texto se refieren a pesos colombianos.