De la semilla de aguacate se obtiene una harina que sirve para hacer empaques para frutas y verduras. Después de un tratamiento especial se convierte en un bioplástico apto para proteger alimentos, afirma el ingeniero agroindustrial Juan Felipe Grisales, desarrollador del invento.
El objetivo es reducir el uso de plásticos en la industria alimenticia, pues con desarrollos como este, los alimentos tardarán más en descomponerse. Además, este material se degrada en sólo 30 días.
“De la semilla se obtuvo una harina que se mezcló con agua y glicerol, y mediante diferentes tratamientos se consiguió una película flexible con propiedades mecánicas, barrera a la luz y al vapor de agua, la cual se podría emplear como material de envoltura”, explica Grisales.
Este bioplástico es apto para proteger alimentos y entre las pruebas que se hicieron están: barrera al vapor de agua, barrera a la luz, contenido de humedad, solubilidad y capacidad antioxidante.
Estos empaques están en proceso de registro de patente. Grisales afirma que es el primer experimento de este tipo en Colombia. En México, la empresa Biofase ya hace un procedimiento similar y también usan la semilla de aguacate. Esta compañía comercializa desde hace más de un año diferentes productos a base de semillas de aguacate como popotes, cubiertos y empaques.