Para evitar el desperdicio de alimentos que restaurantes, fruterías, panaderías y supermercados no venden, tres emprendedores crearon Oliver, aplicación que comercializa comida con descuento.
Ideada por Manuel Oliva, Gonzalo Montenegro y Álvaro Panduro, su modelo de negocio se basa en ingresos por suscripciones, las que obtienen de los comercios inscritos y que se cobra según su volumen de ventas, además de un costo de 500 pesos* por pedido que paga el cliente final.
La aplicación funciona de una manera similar a la de Rappi o UberEats, pero depende de las horas en la que los comercios ofertan sus alimentos y bebidas con descuento. La entrega a domicilio se hace a través de otras empresas como Mensajeros urbanos y Domiciliarios motorizados.
Actualmente, Oliver tiene una red de más de 200 comercios aliados en Bogotá y Barranquilla y ha logrado salvar más de 17 mil alimentos que iban a ser desperdiciados. En dos años de operación lleva más de 5 mil transacciones.
En Colombia se desperdician más de 9 millones de toneladas de alimentos al año. Esta cifra alcanzaría para dar de comer a 8 millones de personas en el mismo periodo de tiempo, según el Departamento Nacional de Planeación de Colombia.
El boom de las foodtech en Colombia crece. Según cifras de KPMG, red global de firmas de servicios profesionales, estas compañías han recaudado 185.4 millones de dólares en los últimos cinco años. En el caso de Oliver, han recibido ingresos por 350 mil dólares entre ventas y rondas de inversión.
En la región hay aplicaciones similares como Nilus en Argentina o Sugo en Perú, compañías que también a la lucha contra el desperdicio de alimentos.