El dilema sobre etiquetado en alimentos y bebidas es apenas el comienzo: se avecina otro tema que amenaza con sacudir a la industria. El 5 de septiembre pasado la diputada del PAN, Silvia Garza Galván propuso una iniciativa para crear la Ley General de Envases, Empaques y Embalajes que propone regular su fabricación, importación, comercialización, recolección, reutilización y reciclaje. La idea es evitar la generación de residuos sólidos y minimizar su impacto en el ambiente.
En la exposición de motivos se explica que los residuos sólidos no compostables suelen ser de un solo uso. Los empaques plásticos terminan en barrancas, ríos, calles y drenajes, por lo que no tienen un manejo adecuado y nadie se responsabiliza por ello. También advierte que de acuerdo a datos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en México se generan casi 103,000 toneladas de residuos sólidos urbanos todos los días y menos del 10% se reciclan.
La ruta que delineó Garza Galván incluye incentivar el desarrollo de nuevas opciones de envases, empaques y embalajes de menor impacto ambiental. Esto involucra el uso de mejoras tecnológicas en los materiales. También pretende que los generadores de esos envases, empaques y embalajes asuman su responsabilidad en la recolección, tratamiento y reciclaje de los materiales que venden. Por último, quienes los usan podrán recibir un incentivo económico por los envases que regresen o recolecten.
“Apelamos a que la industria se revolucione a sí misma para desarrollar materiales amigables con el medio ambiente, pero también es una oportunidad para que el consumidor premie o castigue las buenas o malas prácticas”, advierte la legisladora en entrevista.
La creación de una ley de estas dimensiones pretende atajar desde el principio la generación de residuos sólidos y reducir su impacto en el medio ambiente, al clasificar los componentes de cada envase, empaque y embalaje. “Creemos que el primer eslabón de la cadena es el material. Estimamos que, para 2028, México estaría libre de residuos en envases, empaques y embalajes porque todos se integrarían a los sistemas de manejo”, señala la diputada, previendo que su iniciativa se apruebe en los términos que la plantea.
La propuesta clasifica los tipos de materiales que se usan en los empaques, envases y embalajes, para definir su impacto en el medio ambiente, de acuerdo a esta clasificación:
A para los 100 % biodegradables
B para los 100 % reciclajes
C para los no reciclados al 100 % pero que ayudan a cuidar el ambiente
D para los no son biodegradables ni reciclajes, categoría en la que caen los plásticos
El villano de plástico de la película
El plástico es el material que más se usa en los empaques de alimentos. Hiram Cruz, director de la Asociación Mexicana de Empaque y Embalaje (AMEE), advierte que justo ese sector será el más perjudicado en caso de que la iniciativa se apruebe como está.
De acuerdo a información de la AMEE, el año pasado se usaron en el país 2588 toneladas de plástico en la fabricación de envases y embalajes. Esto representa un incremento en sólo cinco años del 38% en comparación con las cifras de 2013. Aún así, el material que más se usa es el vidrio con 4739 toneladas, pero a diferencia del plástico, el vidrio se recicla al 100%.
Cruz asegura que no debería estigmatizarse al plástico sino fomentar la cultura de la reciclabilidad y dar una valorización al residuo como lo que pasa con el aluminio donde las los desechos finales tienen un valor económico alto.
“Se tendrían que modificar las fórmulas de las envolturas…”, dice. “Tan solo para mantener una paleta congelada, la composición incluye polieliteno, PET y EVOH, que a través de un proceso de laminación permite conservar el producto durante mayor tiempo. Se puede y es un paso que hay que dar pero se necesita tiempo”.
Además, para tener un cambio verdadero propone fomentar una cultura del cuidado al medio ambiente con responsabilidades compartidas de ciudadanos, gobierno, y fabricantes de envases, “quienes ya están haciendo su parte con productos innovadores”, señala.
Ejemplo de funda para empaque biodegradable. Cortesía: Zubex Industrial.
Plástico biodegradable
Parte de esa vanguardia es la que encabezó durante los últimos ocho años el ingeniero Gabriel Santos, gerente de producto de Cocción y Cook-in en Zubex Industrial, empresa que desarrolló mediante una tecnología oxodegradable una funda para alimentos que se biodegrada al 100% durante los siguientes 26 meses al estar en tiraderos.
“El 80% de los plásticos se desechan. En esta industria necesitamos trabajar diferente para hacer materiales funcionales que mantengan todas sus propiedades, pero que no dañen el medio ambiente”, explica Santos, sobre la funda que sirve como empaque para embutidos y proteínas, principalmente.
Esta innovación de plástico biodegradable se consolidó con el trabajo de más de 30 científicos, investigadores e ingenieros que participaron desde la academia, laboratorios y en centros de investigación nacionales. Es una tecnología mexicana que ya se comercializa en América del Norte y que ha ganado varios reconocimientos, entre ellos un par de veces como finalista en Innovations Showcase Process Expo 2017 y 2019, feria realizada en Chicago, en la que se presenta la vanguardia en empaques, el Sustainability Award 2018, además de la presea Best “eco friendly” Packaging Latinoamericano. Actualmente se usa en los empaques de toda la línea de jamones Zwan, Quesos Caperucita y en proteínas en marcas como Tuny y Atún Dolores.
El desarrollo ya era sobresaliente desde hace un par de años que se dio a conocer, pero la investigación continúo hasta reducir la cantidad de material que se ocupa en un empaque: actualmente es de la mitad, lo que reduce los costos de producción.
“La iniciativa de ley resultará buena si se perfecciona. Parece que sólo va contra los plásticos, en ese sentido está un poco sesgada”, lamenta Santos, quien seguramente podrá dar su opinión en los encuentros que la diputada promovente organizará en la comisión.
Por lo pronto, no se estima que este periodo legislativo se consolide, pero sí es un paso para abrir la discusión y avanzar en el piso sin reglas -hay normativa vigente pero no abarca toda la problemática-, que es hoy el mundo de los residuos sólidos en el país. La iniciativa de Ley General de Envases, Empaques y Embalajes está turnada a las comisiones de Medio Ambiente, Sustentabilidad, Cambio Climático y Recursos Naturales y a la de Economía Comercio y Competitividad porque es necesaria su valoración desde las ópticas social, económica y ambiental.
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