Los combustibles de aviación sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés) son producidos a partir de biomasa vegetal o animal, lo que les permite un ciclo de vida con bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
Antes de la pandemia, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) estimaba que la industria de la aviación contribuía con alrededor del 2% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) del mundo. Pero el estudio “Cuantificando la contribución de la aviación al calentamiento global”, publicado en Environmental Research Letters en noviembre de 2021, señala que la vuelta a la normalidad duplicaría esta contribución al calentamiento global para 2050.
El sector de la aviación quiere ir contra los pronósticos y se ha propuesto alcanzar cero emisiones de CO2 para 2050. La IATA estima que el 65% de ese objetivo se alcanzará a través de combustibles de aviación sostenibles.
En ese contexto, funcionarios de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) se reunieron con integrantes del el Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar (Conadesuca) para tratar el potencial de México en el desarrollo de combustibles de aviación sostenibles a partir de etanol de caña de azúcar.
Durante el encuentro, del que la Sader informó en un comunicado, el sector de la agroindustria mexicana de la caña de azúcar aseguró que cuenta con un amplio potencial productivo para garantizar la autosuficiencia alimentaria en azúcar y aprovechar los excedentes actuales para producir la también llamada bioturbosina.
El encuentro entre autoridades, la agroindustria de la caña de azúcar y el sector de la aviación se calificó como un avance para desarrollar una nueva agroindustria nacional de combustibles sostenibles de aviación en el país.
